Sin autonomía, los dirigentes opositores con responsabilidad de gestión no podrán decidir, por sí mismos, si aceptan o no sentarse a una mesa de diálogo con el Gobierno nacional. Cualquier tipo de determinación pasará primero por la mesa nacional de Juntos por el Cambio, instancia en la que se aceptará o rechazará la propuesta, en caso de ser por fuera del ámbito parlamentario. En el Congreso, no habrá trabas para una negociación entre todos los sectores políticos.
Molestos porque el anuncio de la convocatoria al diálogo fue mediático, sin llamados personalizados, temario o instancia definidos, desde Juntos por el Cambio rechazan cualquier mesa compartida por fuera del Congreso de la Nación. Los gobernadores opositores, entre los que están Horacio Rodríguez Larreta de la CABA, Gustavo Valdés de Corrientes y Gerardo Morales de Jujuy, tendrán, sin embargo, una situación mucho más compleja - a la hora de asistir o pegar el faltazo - que sus compañeros sin responsabilidad de gobierno.
Los canales institucionales de diálogo existen y, por su cargo, esos dirigentes deberían acercarse para generar cierto acuerdo. Por eso, cerca de algunos funcionarios englobados bajo ese título no descartaron la participación en esa instancia. Pero, sin embargo, someterán esa decisión al mandato de una mesa nacional que incluye moderados y duros, que incluye a los que enuncian la necesidad de terminar con la grieta y a los que la profundizan.
Diálogo con el gobierno: las condiciones
Una hipotética asistencia debería incluir un temario previo. En principio, podrían estar de acuerdo - con el visto bueno de la dirigencia nacional - con debatir cuestiones vinculadas a la gestión, como ocurrió durante la época de la pandemia. En esos meses de coronavirus, Larreta no tuvo inconvenientes en sentarse con Alberto Fernández y Axel Kicillof, algo que le valió muchas críticas internas. Pero las reuniones fueron de gestión, cómo manejar la pandemia. Con lo poco que se sabe hasta ahora, la nueva mesa sería política y eso no termina de convencer.
Pero el temario será clave. La última vez que asistieron a la reunión sin un punteo previo, recuerdan, intendentes opositores estuvieron en la foto con la que el gobierno anunció la disminución de la coparticipación porteña. Algo que no tienen ganas de repetir. Con ese antecedente y la actual falta de llamados para una citación, también descreen de una invitación efectiva, sobre todo en medio de cruces entre ambas fuerzas políticas. "¿Cómo dialogar con alguien que te agrede?", se preguntan.
En el Congreso de la Nación, el escenario será diferente. Según plantean desde la oposición, el parlamento es el único espacio institucional indicado para dar cualquier tipo de debate. Básicamente, porque es el único que ocupan a nivel país. Para Cambiemos, actualmente sólo existe diálogo en Labor Parlamentaria, dentro de las comisiones y en el recinto, por lo que algo similar no sería alocado.
También se pone sobre la mesa la posibilidad de una gran convocatoria de Alberto Fernández a todos los presidentes de los partidos opositores para generar una gran instancia de acuerdo. Pero, lo cierto, es que nadie se anima a adivinar qué tipo de llamado podría llegar a hacer el oficialismo y, por ahora, sólo se limitan a decir que en este momento, sin el reconocimiento de la derrota y en medio de "agresiones" a dirigentes de Cambiemos, es muy difícil, por no decir imposible, sentarse en una misma mesa.