Sin poder instalar agenda hace una semana, Juntos por el Cambio se alista para mostrar una foto de unidad y presentar en sociedad a sus candidatos. El objetivo, consolidar el voto interno el 14 de noviembre para romper el quórum del Frente de Todos en el Senado con la intención máxima de volver a ser gobierno en 2023. El camino hacia las generales no será pacífico, ya se avizora una confrontación de las figuras del núcleo duro cambiemita con los nuevos integrantes del Gabinete de Alberto Fernández, al cual definen como "grupo de choque" y plantean una lucha cuerpo a cuerpo donde la fiscalización y el territorio serán más importantes que la comunicación mediática y el federalismo buscará imponerse como norma.
"Estamos volviendo mucho antes de lo que esperábamos, defendamos este voto y en 2023 somos gobierno", dijo Patricia Bullrich, presidenta del PRO, en un zoom partidario con simpatizantes del espacio. El camino no será sencillo para la alianza, el radicalismo se le plantó al macrismo el 12 de septiembre y trabaja para construir candidatos que puedan tener un rol protagónico en los comicios ejecutivos, en principio, sin romper. El espacio que fundó Mauricio Macri sabe que no será fácil, sabe que pueden perder cualquier interna con la UCR si van divididos y trabaja en acuerdos para evitar varias listas, como se vio este año en la CABA, al tiempo que intenta clavar banderas amarillas en todo el país para tener representatividad en cada rincón.
Pero la estrategia es la unidad más allá de las diferencias. Con eso como base fundamental, junto a caminatas en territorio y fiscalización, esperan afrontar el primer paso para conseguir el objetivo mayor, mantener los votos conseguidos el 12 - S y ampliarlos donde sea posible. Juntos por el Cambio no incrementó su base electoral este año sino que el Frente de Todos la redujo y varios factores podrían modificar ese resultado en noviembre: desde una participación mayor de la ciudadanía hasta la mejora económica y el camino hacia el fin de la pandemia. Por eso, Bullrich arengó a los propios y pidió redoblar esfuerzos en particular en las ocho provincias que eligen senadores porque allí el resultado será estratégico para sacarle el quórum a Cristina Kirchner. Esos distritos son Córdoba, Santa Fe, Catamarca, Chubut, Corrientes, La Pampa, Mendoza y Tucumán.
La victoria cambiemita los sorprendió. Ni ellos se atrevieron a pensar en un festejo electoral a dos años de perder la PASO 2019 y mucho menos que el peronismo tocaría su piso histórico. Estos comicios, le dijo Bullrich a los suyos, rompieron mitos: el que dice que un peronismo unido es invencible y el que dice que el único que puede gobernar es, otra vez, el peronismo. Algo que, reflexionó, tuvo lugar por la falta de rumbo del Gobierno, lo que les permitió crecer en todos los estratos sociales, achicar brechas en distritos donde siempre perdieron y ganar donde solían empatar.
El discurso será similar a lo visto hasta ahora: jóvenes que se quieren ir del país, alumnos que no tuvieron clases presenciales en pandemia y comercios que cerraron frente a la vacunación VIP y la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos. Pero no será suficiente. Por eso, la presidenta del PRO pedirá redoblar el esfuerzo para defender el voto, ver quiénes no votaron e ir a buscarlos. "Va a ser una lucha cuerpo a cuerpo", dijo para advertir sobre un crecimiento de los sufragios peronistas luego de que el Gobierno pusiera "un grupo de choque en el Gabinete", en referencia a Aníbal Fernández y Juan Manzur.
Esos esfuerzos se concentrarán, en Buenos Aires, en la tercera sección electoral donde celebraron una reducción en la distancia de votos con el Frente de Todos. "No ganamos la tercera pero sí se hizo la mejor elección histórica", dijo Diego Kravetz, del ministerio de Seguridad de Lanús, en el mismo encuentro. El objetivo será consolidar candidatos en esa zona del conurbano para establecer una base más alta de votos camino al 2023.
Otro de los distritos fundamentales para Cambiemos es Córdoba, el "corazón de la resistencia kirchnerista", como lo definió la candidata Laura Rodríguez Machado que dijo una cosa pero quiso expresar otra. En realidad, buscó manifestar que la provincia resiste al kirchnerismo pero se interpretó diferente. Más allá de eso, la senadora remarcó algunos datos: pese a los apoyos nacionales, los cordobeses votaron lo que quisieron y buscó destacar el nacimiento de un federalismo PRO que ya no depende de la mesa ubicada en la Capital Federal.
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"Los votos se consiguen en la calle y con la gente, no hay marketing político que reemplace el caminar y recorrer", dijo Rodríguez Machado que, de yapa, le dio su "sentido pésame" al Frente de Todos porque "acá no tienen votos". La lista del oficialismo nacional sacó casi el 11% de los sufragios en las categorías de diputados y senadores pero aún así analizó que "apenas pasó el piso" necesario para llegar a noviembre.
Quien también se mostró confiado post PASO fue el moderado Horacio Rodríguez Larreta que ya arrancó su carrera presidencial y decidió inaugurarla con un evento internacional para relanzar la Ciudad a nivel mundial. Completamente en inglés, el mandatario porteño fue entrevistado por Robert Wood, Miembro de la unidad de Inteligencia de The Economist, para el encuentro "Back to BA".
En su presentación, Larreta habló del avance de la vacunación, de la baja en la cantidad de casos, de la intención de generar una Ciudad que reduzca la cantidad de traslados poniendo oficinas, comercios, escuelas y lugares de esparcimiento cerca de cada hogar. También se refirió al objetivo de atraer "talentos" y estudiantes internacionales con el incentivo de tener una mejor calidad de vida y, por otro lado, recuperar los niveles de turismo del 2018 y ampliarlos en un 50% en los próximos ocho años.
Pero el punto central fue la economía. El entrevistador le cuestionó que sus planteos de crecimiento chocan con un ambiente de negocios no tan amigable a nivel nacional, en referencia al Gobierno de Fernández, y Larreta coincidió: "That's a hell", dijo. Para el mandatario, la situación macroeconómica es preocupante pero se mostró optimista a mediano y largo plazo. "Lo bueno es que ganamos la elección y se puede ver un cambio hacia una economía orientada al mercado", sostuvo en referencia a una alternancia de signos políticos en 2023. Cuestionó que "hoy hay mucha regulación", que la economía es "muy cerrada y no está funcionando" pero destacó que los precios de la Argentina son muy bajos. Que eso, junto a la perspectiva para las próximas elecciones, lo hacen ser optimista