Los diez gobernadores electos de Juntos por el Cambio quieren mantener la unidad de la alianza y que eso se vea reflejado en el Congreso, en ambas cámaras. Para ello, se reunirán este martes a las 13 en el Club Hípico Alemán, en la CABA, junto a diputados y senadores, tanto actuales como electos. Será un mitin diferente a los anteriores. No tendrá como protagonistas sólo a los mandatarios sino a la herramienta que les dará gobernabilidad. Porque la gobernabilidad que está en discusión no es sólo la de Javier Milei sino la de los jefes provinciales quienes, desde el minuto cero, pidieron un parlamento unido para pelear por sus leyes. Los gobernadores tienen toda la intención de articular ese espacio de debate parlamentario en una suerte de nueva mesa de conducción de una alianza desintegrada.
Durante el encuentro también se tratará la cuestión financiera. Dos gobernadores electos ya plantearon que será difícil el pago de los aguinaldos y echaron culpas sobre la eliminación de la quinta categoría del Impuesto a las Ganancias. Se trata de Maximiliano Pullaro, de Santa Fe, e Ignacio Torres, de Chubut. Un radical y un PRO.
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El tema más caliente, de todos modos, será el Congreso. La reunión fue armada para dar una “señal de unidad y trabajo coordinado” en medio de tantos rumores y expectativas de ruptura. La figura que por estas horas atrae todas las miradas, Cristian Ritondo, estará presente en ese encuentro mientras espera algún tipo de definición de parte del gobierno electo sobre la conducción de la cámara de Diputados.
A la espera de definiciones
Por estas horas, la expectativa es total. El PRO que pactó con Javier Milei quiere que Ritondo comande a los representantes del pueblo por lo que, en plena negociación, ningún otro dirigente amarillo debería arreglar un cargo en el gobierno de La Libertad Avanza. Es en paquete o no es nada. Quedaron en stand by designaciones como la de Luis Caputo en Economía y Patricia Bullrich en Seguridad.
La ex ministra de Mauricio Macri se reunió con Waldo Wolff, futuro titular de Seguridad en CABA, durante la tarde del martes. Si bien el encuentro no se promocionó como un mitin entre funcionarios con la misma responsabilidad, el porteño destacó el "orden" y las "reglas claras" necesarios para la próxima etapa y resaltó tanto la "experiencia" como la "jerarquía" de quien fuera candidata presidencial. En una gira frenética, también se vio con Gisela Scaglia, vice de Santa Fe, por la misma temática. Toda una señal en pleno tironeo.
En medio de tanta incertidumbre, y con la premisa de que “hasta el 10 (de diciembre) hay tiempo” para definir, los libertarios empezaron a sacar músculo. Oscar Zago, que asumirá en unas semanas en su banca, aseguró en FutuRock que “siempre conviene tener uno propio para que llegue el acuerdo con los demás y podamos interactuar”. Lilia Lemoine, futura diputada, compartió esas declaraciones en redes sociales. A ese deseo de quedarse con la jefatura, Zago le sumó las internas ajenas que, probablemente, no sean las más buscadas por el nuevo oficialismo.
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A esta altura, la disposición de piezas pareciera indicar una ruptura de Juntos por el Cambio con Ritondo al frente de la Cámara bajo el argumento de no ser co-gobierno. Gran parte de los aliados decidió quedarse en el lugar de oposición y un ascenso del jefe del bloque PRO apareció como parte de una fusión de ese sector con La Libertad Avanza.
De suceder eso, cerca de diez diputados amarillos estarían en condiciones de abandonar el espacio, no sólo de bloque sino también de interbloque. El ritondismo cree, sin embargo, que los puentes no se cortarán y que a Milei le convendrá tenerlo al frente para conversar con los cambiemitas.
Ritondo podría tener alrededor de 30 diputados para lograr una alianza con La Libertad Avanza. De ocurrir este escenario, el destino del bloque del “centro”, que empezaron a dialogar hace tiempo Emilio Monzó y Nicolás Massot, tomaría mucho más impulso. La intención es lograr una representación alejada de los dos polos de la grieta con radicales, larretistas, peronistas no kirchneristas y afines.
Sin la expectativa de poder, Juntos por el Cambio rompió canales de diálogo internos y cualquier tipo de incentivo para permanecer unido pese a las notorias diferencias. Por eso, para los que ya perdieron la fe en un pacto de supervivencia, el bloque centrista se armará sea Ritondo presidente de la Cámara o no. Una posición interesante ya que se especula con una sobrevida en caso de que el diputado no llegue a la máxima silla.
Eso será posible porque un sector, para nada despreciable, decidió que no quiere estar junto a quienes pactaron con los libertarios a espaldas de la coalición y el ascenso del jefe de bloque sólo serviría para tener una excusa. La Coalición Cívica, por ejemplo, ya retomó su autonomía y no recibió una convocatoria formal por parte de los gobernadores. Un flyer llegó al celular de un diputado y esa fue toda la comunicación que existió. "Y si se fueron de JxC", se retrucó.
Los diputados que responden a los gobernadores deberían quedar en ese grupo para poder negociar según la necesidad. Pero, aún sobre terreno fangoso, se especula que serán más los que no tengan un mandatario al que responderle. A grosso modo, el bloque del centro podría estar en torno a los 50 legisladores. Habrá matices. El radicalismo, que espera unificarse en un par de semanas, tiene referentes con ganas de ser una oposición cerril a Milei y otros que, con el mandato de los gobernadores y su gobernabilidad en mente, prefieren ser un instrumento de los jefes provinciales según las necesidades.
¿Las diferencias pondrán en riesgo la posibilidad de lograr la unidad boina blanca? La UCR, que dividió su bloque hace dos años, podría volver a un solo armado ahora que el PRO más combativo decidió alejarse. Martín Lousteau y Gerardo Morales trabajan para tener la llave que consiga los votos para que el primero suceda al segundo en la conducción del Comité nacional, pelea para la que también se anotó el correntino Gustavo Valdés.
De tinte federal, se especula con que el gobernador del litoral podría contribuir a la desporteñización de las fuerzas políticas. De corte halcón, se acercó al “Grupo Malbec” que supo construir para la candidatura de Patricia Bullrich y no se mostró contrario a las ideas de “cambio” del libertario. Si los jefes de las provincias lograran manejar los bloques en el Congreso, sin embargo, el peso de los partidos –en especial de la UCR– quedaría licuado en el parlamento.