Elisa Carrió volvió a ponerle el cuerpo a Juntos por el Cambio. La líder de la Coalición Cívica se metió en la interna PRO-UCR con una foto junto a Gerardo Morales y un claro límite al discurso de extrema derecha expresado por Javier Milei. Una figura a la que apeló el radical, el fin de semana, para sugerir que Mauricio Macri podría romper la alianza para armar una opción libertaria por fuera. Nuevamente el radicalismo y la CC abrazaron el discurso de la frontera expansiva y la ex diputada asumió un rol pacifista. Bordes a la ampliación y mantenimiento de la unidad como decisión estratégica camino a las elecciones.
En medio de la feroz interna de Juntos por el Cambio, los principales aliados del armado opositor hicieron dos reuniones diferentes, separadas por 1.500 kilómetros. El PRO, con Mauricio Macri como protagonista, tuvo su ya clásico almuerzo quincenal en la capital del país. Casi en paralelo, Elisa Carrió, que comenzó a jugar fuerte con su presencia, se encontró en Jujuy con Gerardo Morales, la otra pata de la pelea intra-coalición. Desde el norte se garantizó la unidad cambiemita mientras que los amarillos optaron por obviar cualquier mención al radical o a Javier Milei.
A fines de abril, Carrió decretó "estar peleada con Mauricio dos meses hasta la reconciliación". Hace unos días, ambos tenían planificado un encuentro, una comida de unidad, pero la dirigente de la Coalición Cívica la tuvo que suspender por un cuadro de bronquitis. Luego, comenzó su gira por el interior del país y eso quedó en suspenso.
Carrió no llegó a juntarse con Macri pero sí se reunió con Morales, con quien el ex presidente tuvo un duro enfrentamiento esta semana, después de asegurar que Hipólito Yrigoyen marcó el inicio del populismo argentino y latinoamericano. Eso derivó en una dura acusación del radical: apuntó contra Mauricio y su presunta intención de romper Juntos por el Cambio para aliarse con el discurso extremo de derecha.
Sin embargo, cerca de la ex diputada aseguraron que no se trató de un apoyo a uno o a otro, sino de una agenda lógica para un viaje por el norte del país. De hecho, la excusa del road trip fue la institucionalización de la Coalición Cívica local, representada por el presidente del partido, José Albizo Cazón.
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Carrió se encontró con Morales en la casa de Gobierno y luego se trasladaron a la residencia del mandatario para almorzar junto a su esposa. Post ágape, se aseguró que "en Juntos por el Cambio hay un núcleo central y la unidad está garantizada”.
Hace unos días, consultada por la interna, Lilita adelantó que su intención es "amansar" a ambos dirigentes, a Macri y Morales. Este pudo ser un primer paso. Poco se difundió del encuentro. En la charla hablaron de "la potencialidad que tiene la energía verde y que la provincia de Jujuy está haciendo una transformación e inversión muy grande". También sobre educación, la construcción de escuelas, un nuevo modelo educativo y la formación docente.
Después de los cruces a fines del año pasado entre Carrió y Morales, esta visita cobró otra dimensión. Desde el año pasado, se cruzaron una vez en abril, en Capilla del Señor, pero hablan por teléfono bastante seguido. "Tenemos una amistad política sincera desde hace muchos años", dijo Lilita. La amistad que la política puede permitir, lo que es bastante.
En el macrismo, hay quienes piensan que a la dirigente sólo le interesa mantener sus diputados en juego y explican la reunión con el jujeño en esos términos.
Casi en la otra punta del país, Macri volvió a reunir a su tropa. Llamativamente, otra vez evitaron hablar de otras fuerzas políticas o dirigentes, como también sucedió en el almuerzo celebrado hace quince días. En uno anterior, el ex presidente había pedido diferenciarse de la UCR en el Congreso, lo que generó peleas internas (con los radicales y diferencias en el PRO). Desde entonces, no se volvió a charlar de estas cuestiones.
En medio de su pelea con Morales, Macri y sus dirigentes no hablaron de la UCR, de la interna ni de Javier Milei. Acompañado por María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Jorge Macri, Humberto Schiavoni, Federico Pinedo, Federico Angelini y Fernando De Andreis, se conversaron temas de coyuntura con un fuerte anclaje en el proyecto político-económico para los presidenciales.
Desde la Fundación Pensar, cuya forma de trabajo abordaron durante la comida, saldrá el grueso del esquema que servirá para los tres candidatos anticipados: Vidal, Bullrich y Larreta. La idea es que este año haya una base sólida para arrancar el 2023 con contenido. Por ahora, Macri se mantuvo afuera de la nómina de presidenciales y dió muchos indicios de ello, de no estar dentro de la carrera electoral. Al menos en lo inmediato. Sus recorridas por el conurbano y el interior, como la foto en Santa Fe, fueron más que nada para demostrar que puede caminar por la calle sin problemas.
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El ex presidente se enfocó en acompañar a todos, poniendo algunas trabas y dificultades. Sobre todo a Larreta. Esta semana, como ya contó El Destape, estuvo en el lanzamiento de los equipos de gobierno de Bullrich, donde se adelantaron algunos lineamientos: desburocratizar, desmafizar, estabilizar, crecer y, tal vez, una nueva moneda.
Fuera del calendario 2023, abordaron el debate por la boleta única en papel, que obtuvo media sanción en Diputados y ahora tendrá que pasar por el Senado, donde él Frente de Todos es mayoría. Pero también hicieron foco en otro proyecto que copará la agenda, el de la reforma de la Corte. Por supuesto, la conclusión fue el rechazo a la iniciativa.
Otro de los temas clave de la agenda fue la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, que terminó con la salida de Matías Kulfas del gabinete tras señalar un supuesto direccionamiento en los pliegos de licitación. Para los amarillos, la obra es muy importante y tiene que hacerse. Si fuera con las condiciones escritas en la gestión anterior, mejor. Pero que se tiene que hacer.