Juntos por el Cambio empieza a clarificar sus posiciones diferenciadas respecto al decreto de necesidad y urgencia de Javier Milei. Si el macrismo empezó a mirar con buenos ojos el contenido, y algunos pidieron acompañar pese a las formas, la UCR redobló la apuesta y presentó herramientas para que el presidente pueda avanzar con los cambios sin saltearse pasos constitucionales, como el debate parlamentario.
La senadora Carolina Losada avanzó con la redacción de un proyecto de ley que incorpore todos los puntos abordados en el DNU pero en trámite parlamentario "Para no impedir el análisis pormenorizado, por parte de este Congreso, de cada uno de los temas previstos en el megadecreto", dice en los fundamentos, "y al mismo tiempo para impulsar las profundas reformas que el Gobierno de la Nación quiere llevar a cabo desde el ejercicio de las competencias legislativas, es que presento este proyecto de ley, en el cual se condensan todas las reformas contempladas" en el instrumento elegido por el jefe de Estado hace una semana.
La iniciativa aclara que, para poder avanzar con este debate, habría que derogar previamente el decreto para que las reformas se canalicen mediante el instrumento que tiene el Congreso, que es la ley. De este modo, también se atacaría la posible inseguridad jurídica conseguida mediante una herramienta cuestionable.
Se trata, entonces, de un juego en dos etapas. La primera, con "una ley espejo sin ninguna modificación a la redacción original del decreto para que todos los puntos del DNU se discutan por ley", según explicó Losada y, la segunda, "la modificación de la ley que regula los trámites de los DNU”.
Para la senadora, la modificación "le da una salida al gobierno dado que a diferencia de como es ahora con la actual ley, donde el decreto se acepta o se rechaza, si se aprueba la modificación este y otros decretos se podrían aprobar en partes", una de las salidas creativas que propuso la UCR la semana pasada.
No todo Juntos por el Cambio tuvo esta iniciativa. Con el paso de los días y con una distancia considerable respecto del impacto inicial, empezaron a surgir voces aliadas para que Javier Milei intente avanzar con la validez parlamentaria del decreto de necesidad y urgencia que busca desterrar y modificar más de 300 leyes. Figuras más cercanas al sector “paloma” del macrismo sorprendieron con cierta autonomía respecto de su bandada y pidieron acompañar al presidente. Primeros posicionamientos respaldatorios después de la crítica a las formas.
Dos figuras que fueron muy cercanas a Horacio Rodríguez Larreta generaron cierto desconcierto con sus declaraciones. María Eugenia Vidal, a quien el ex jefe de gobierno porteño eligió para que ocupe la banca que ocupa en Diputados, se mostró de acuerdo con el contenido del decreto y pidió que se apruebe en el Congreso.
Para la ex gobernadora, el DNU de Javier Milei debería tener el visto bueno en el Congreso, tanto por el nivel de aceptación del mandatario como por su brevedad en el poder y la necesidad de un cambio. Según contó en Radio Mitre, habló con Larreta para abordar el problema de la seguridad jurídica de esta norma y elaboró una solución: avanzar con lo que propone La Libertad Avanza y limitar cualquier marcha atrás por decreto, en un futuro, o que alguien gestione a través de este instrumento.
Vidal se mostró a favor de poder “definir educación (como servicio) esencial (…), la derogación de la ley de alquileres” por la falta de oferta, o “la eliminación de las multas en los juicios laborales” porque “todos esos cambios son positivos, que hubiéramos hecho tanto si hubiera sido Horacio presidente como Patricia presidente”.
Pero para evitar el problema de que, eventualmente, otro gobierno modifique estas derogaciones o retoques de leyes a sola firma del presidente sería necesario avanzar con un cambio en la norma que regula el control de los DNU. Según anticipó, para que caigan si, después de un tiempo determinado, el Congreso no los aprueba. No podrían entrar en vigencia sin este acompañamiento parlamentario. Esto, sin embargo, deberá esperar al período de sesiones ordinarias que comenzará el 1 de marzo.
Otro legislador que llamó la atención fue Diego Santilli, el candidato a gobernador de Larreta. Fue el primero que sentó una posición firme respecto de la medida. “Van diez días de gobierno, dejen trabajar al presidente”, lanzó en un tuit en el que cuestionó las críticas al instrumento utilizado por Milei. El diputado empezó a ganar cierta autonomía respecto del ex jefe de la CABA.
Santilli decidió acompañar a Milei por convicción. Si bien cree y sabe que vendrán meses difíciles con estas políticas, considera que el presidente está en el camino correcto y que necesita cierto apoyo para poder llevar adelante el cambio. El mensaje de Mauricio Macri la semana pasada, pidiendo votos en favor del DNU, no impactó en esta decisión tomada con anterioridad. Pero claramente el pronunciamiento del ex jefe de Estado abrió la puerta al blanqueo de otras posiciones
La imagen de Larreta no atraviesa un buen momento, un incentivo para ganar cierta independencia por parte de quienes lo siguieron estos años. El timing no acompañó al referente paloma. Pararse frente Milei no apareció como una buena opción, al menos no con recepción amplia. Sobre todo porque, más allá de los matices, en líneas generales Juntos por el Cambio apoya la gestión del presidente.
Para Juntos por el Cambio, es muy difícil plantarse en contra de la totalidad del decreto porque muchos de los temas incluidos en el texto fueron propuestas de la alianza. Eso, junto a la presión social y a que Milei le echará la culpa de los posibles fracasos a la “casta”, sin hacerse cargo él, no dejó a la coalición en una posición fácil.
Por eso, muchos podrían empezar a plantear públicamente su acuerdo en acompañar, salvo que aparezca una vía de negociación para diseccionar el DNU, es a todo o nada. El problema es que algunas medidas no son bien vistas por este espacio, por eso iniciativas más reducidas harían el trabajo más fácil.
Parte importante del PRO parece encontrarse a favor, puntualmente en el sector de los gobernadores que acompañan gran parte del contenido pero cuestionan las formas. El problema es que, también reconocen, enviar el grueso de medidas por ley implicaría mucho tiempo e iría en contra de la supuesta “urgencia” generada por la situación económica.
Sin embargo, ni los gobernadores ni los dirigentes extra-legislativos son los que levantan la mano. Desde la Cámara Alta, una figura larretista abrió el paraguas. “Muchos salimos a criticar la forma, pero no vi a nadie decir ya que lo van a rechazar”, sostuvo para aclarar que ninguno manifestó el sentido de su voto.
Las primeras declaraciones se orientaron a criticar el instrumento, pero nadie manifestó su opción de voto. Según analizó esta sendora, muchas medidas van en sentido correcto y tendrían alta mayoría parlamentaria, con la solidez de una ley para lograr mantenerse en el tiempo, pero con otras no están de acuerdo y otras no tienen ningún tipo de urgencia.