Fisuras en el show de unidad de Juntos por el Cambio

La amalgama circunstancial de la alianza se vió quebrada cuando algunos dirigentes salieron a cruzar a Facundo Manes por no acompañar el pedido de juicio político contra Alberto Fernández. Pero, en líneas generales, los unió la persecución a Cristina Kirchner.

25 de agosto, 2022 | 23.51

Cristina Kirchner ordenó. Unificó al PJ detrás de su defensa y también a la oposición, pero por el motivo contrario. Su figura fue la que juntó a la dirigencia que le dio nacimiento a Cambiemos. El antikirchnerismo fue y es el leitmotiv de la alianza y este sentir, en dos días, sirvió para exponer varias fotos de unidad en medio del caos. Una puesta en escena que, cada tanto, aparece para mostrar algún punto de coincidencia. Primero el pedido de condena contra la vicepresidenta, después el pedido de juicio político contra Alberto Fernández que, sin embargo, trajo sus fisuras.

En 17 horas, Juntos por el Cambio se pronunció en redes sociales, lanzó un comunicado de la mesa nacional, presentó una denuncia ante la Justicia y organizó una conferencia de prensa para “evaluar la falta de idoneidad en el manejo de la cosa pública” por parte del Presidente. Esta última solicitud, en la Cámara de Diputados, contó con el acompañamiento de los diez bloques de la oposición para mostrar unidad en todos los frentes.

Esta avanzada, en apariencia uniforme, derivó en dardos públicos. Pocas horas después de anunciado el pedido de juicio político, algunos referentes opositores salieron a cruzar a Facundo Manes, de la UCR, por no haberlo firmado. En el papel figuró el nombre de los 10 jefes de bloques del interbloque de JxC y podía haber cinco más por adhesiones, por lo tanto no había necesidad de que el médico pusiera el suyo. Pero no aportó, en la previa y en el post, al intercambio en el chat del espacio, lo que generó rumores y, posteriormente, la crítica en redes sociales.

Para el radical, las declaraciones de Alberto fueron "irresponsables y preocupantes" pero no generaron una situación a la altura de un pedido de juicio político, por lo tanto no acompañó la solicitud. Y Manes tuvo que lanzar una explicación oficial. Hizo foco en la causa Vialidad al sostener que "hubo un delito" porque "se robaron plata de todos los argentinos" y la Justicia es la encargada de investigarlo. Por lo tanto, sería un error llevar la discusión al ámbito de la política, pese a que "a muchos" les conviene la estrategia de la grieta.

Sobre la avanzada contra Fernández, sostuvo que un pedido de juicio político es una medida extrema y que la oposición no debería realizar estas solicitudes en forma prematura, sino con un previo análisis pormenorizado. La conferencia de prensa se dio solo 17 horas después de la frase que la inspiró.

El chispazo en Diputados pareció romper lo actuado en la previa, cuando todas las acciones impulsadas tuvieron cierta muestra de participación cruzada, en mayor o menor medida. De una u otra manera, la dirigencia se pronunció a favor del pedido de condena contra CFK y el moño de la pseudoreconciliación de la alianza llegó con la instalación de un desafortunado comentario de Fernández sobre el fiscal Diego Luciani – acusador en la causa Vialidad – y Alberto Nisman.

Uno, dos, tres, ya. En la noche del miércoles, de forma coordinada, la oposición salió a plantear su posicionamiento contra Fernández en redes sociales y anticipó el próximo movimiento: una denuncia contra el jefe de Estado que fue motorizada por la Coalición Cívica pero también contó con el apoyo del diputado macrista, Waldo Wolff. La acusación salió del Congreso de la Nación por entender que los dichos del Presidente “representan una clara amenaza” a los fiscales y jueces de la causa de Obra Pública y a cualquier otro funcionario judicial interviniente en el caso.

El show continuó con un comunicado de la mesa nacional. El segundo en 24 horas. En esta ocasión, fue para que el Gobierno “garantice en forma absoluta la integridad física de los jueces y fiscales que están llevando adelante las causas que involucran a la Vicepresidenta” y encuadró las acciones parlamentarias y legales opositoras bajo el título de “estrategia de protección institucional y constitucional” del Poder Judicial en general y de Luciani en particular.

El tono fue bastante similar al usado el miércoles en el comunicado post foto presencial de unidad, donde expresaron su “preocupación ante la embestida” desarrollada para “amedrentar jueces y fiscales”, por lo que apareció la necesidad de “cuidarlos” y “protegerlos” frente a un “intento de desestabilización”. El terreno fue preparado, entonces, desde el día cero. La insólita comparación entre Nisman y Luciani partió de la construcción comunicacional y política orquestada desde las filas opositoras.

El moño fue el pedido de juicio político en Diputados. Fue contra Fernández “por mal desempeño y eventuales delitos en el ejercicio de sus funciones” al considerar “temerarias y amenazantes las declaraciones del Presidente” que tenderían a “limitar o impedir la libertad de jueces y fiscales para ejercer sus funciones”. El mismo discurso en todos los frentes. En el mensaje más directo y sin intermediarios volcado en las redes sociales, en la denuncia judicial, en los comunicados y en la estrategia parlamentaria.

Uno de los grandes desafíos de Juntos por el Cambio en esta nueva Era del Frente de Todos fue – y es – justamente ese, mantener la unidad pese a cualquier incentivo para buscar fisuras. El episodio Manes dejó al descubierto que eso no será sencillo, porque hubo diferencias hasta en una cuestión que debería ser casi obvia para esta alianza. Sin embargo, más allá de su peso, fue una sola figura. 

Para la oposición, Cristina funcionó como una especie de salvataje. Hace tan solo dos semanas, la alianza se había descontrolado, se plantaron límites de un lado o del otro, tuvieron que salir a refrendar la unidad una y otra vez hasta que reapareció la persona que les hace recordar el motivo de su rejunte: el antikirchnerismo.