El diputado Mario Negri y el senador Martín Lousteau se enfrentarán este domingo en las internas radicales bonaerenses en lo que será una batalla importante por la conducción de la UCR. En principio, el primero esperará los resultados en Córdoba, donde triunfó el fin de semana pasado, y el segundo lo hará en la Capital Federal, donde también habrá comicios partidarios y se presume que resultará victorioso. Con las dos figuras fuera de Buenos Aires, Maximiliano Abad, por el oficialismo, y Gustavo Posse, del bando retador, competirán para elegir las autoridades provinciales. El resultado tendrá una réplica nacional, el rol del partido en Juntos por el Cambio,
Al igual que en Córdoba el domingo pasado, se espera que el 15% del padrón acuda a las urnas para emitir su voto, algo así como 90 mil de los 650.000 afiliados que tiene el partido centenario en el territorio bonaerense. El oficialismo, con Negri a la cabeza, confía en una victoria que dependerá de la elección en el interior bonaerense mientras que los retadores, con Lousteau al frente, trabajan para dar el batacazo o achicar la diferencia lo más posible, con el fuerte puesto en el conurbano. Esperan, dicen, hacer una gran elección.
Uno de los ejes centrales será la organización. Ambos temen que la elección caiga en la improvisación vivida en Córdoba, donde los resultados oficiales recién se conocieron cuarenta y ocho horas después de cerrada la votación. En ese caso, la interna no se preparó con tiempo y el correo que no había sido contratado. Sin embargo, se supone que en Buenos Aires eso ya fue organizado, por lo tanto no debería haber demasiados pormenores.
Para colaborar con el operativo, desde el Gobierno bonaerense se contactaron esta semana con el presidente del Partido radical y los integrantes del Comité Electoral para ayudar en la organización. Carlos Bianco, el jefe de Gabinete de Axel Kicillof, dijo que apuntan a que las escuelas que están habilitadas no tengan ningún tipo de problema o aglomeración. Se pusieron a disposición 342 establecimientos y se estableció un protocolo claro, el mismo que se aplicó para los comicios del Estado Plurinacional de Bolivia en nuestro país.
Si bien nadie arriesga resultados, serán comicios de aparato. Quien más afiliados logre movilizar, quien más plata invierta para ello, será el que más votos coseche. Desde el bando de Abad, el oficialista, especularon con hacer una buena elección en el interior bonaerense y sacar una diferencia considerable para filtrar la victoria de Posse, por parte de los retadores, en el conurbano. Cerca de este último no descartaron, sin embargo, ganar o achicar distancias en ciertas secciones electorales del interior y dar una sorpresa.
En el cierre, Lousteau marcó la cancha: "Queremos un radicalismo más grande, mejor y con gestión. Esto no es una interna, estamos debatiendo el futuro", dijo en las redes sociales mientras Abad cerraba la campaña en Tandil. Él replicó un mensaje en el que pidió votar "para adelante pero con memoria. Mientras Posse estaba con Kirchner, Scioli, De Vido y Massa, Maxi Abad y Daniel Salvador siguieron en la UCR, en la UCR y en la UCR".
La elección se dará sobre un fondo caliente, cargado de chicanas y cruces públicos entre los máximos referentes de ambos bandos. Tanto Negri como Lousteau se dispararon fuego cruzado en los últimos días, producto de los comicios en Córdoba. El senador acusó al diputado de difundir resultados abultados mucho tiempo antes de que se conocieran los oficiales, más cerrados, y el cordobés señaló al porteño por hacer lo mismo.
El senador apuntó contra el diputado y lo acusó de no querer competir internamente en Córdoba. Negri le respondió que él siempre buscó cerrar la grieta, jamás censurar una línea disidente dentro del radicalismo y le recordó su paso por el gobierno de Cristina Kirchner, para diferenciar a los radicales puros de los que no siempre estuvieron dentro del partido.
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Ambos sectores coinciden en la necesidad de generar un radicalismo más fuerte y protagonista dentro de la alianza de Juntos por el Cambio, pero el de Lousteau se plantea como el único que podría hacerlo, o el único que lo propone. Hace tiempo mantienen una relación tirante producto de la creación, como episodio más cercano, de Evolución. Una línea interna dentro de la UCR en el Congreso de la Nación que le sacó legisladores al bloque de Negri.
"Para vencer definitivamente al kirchnerismo es necesario un Juntos por el Cambio más grande y mejor. Que gane, gobierne y vuelva a ganar. Y para eso la UCR tiene que ser mejor y más grande", dijo el senador en los últimos días en un cruce con Negri. Además, llamó a votar este domingo para que el radicalismo "vuelva a ser el partido que nos enorgullece y enamora". Y lanzó: "Posse tiene que ser Presidente del radicalismo de la provincia para demostrar que en el lugar más difícil del país, como es el conurbano, se le puede ganar al peronismo y gestionar bien y volver a ganar".
Negri también se mostró como uno de los impulsores de la elección. Llamó a votar porque "¡el domingo los radicales bonaerenses dan un paso adelante muy importante!" y no se cansó de replicar mensajes contra el sector retador. Uno de ellos, del presidente de la UCR bonaerense, Daniel Salvador: "Es lamentable la cantidad de agravios, mentiras y faltas de respeto por parte de @gustavoposse hacia la UCR y hacia cientos de radicales que a lo largo y a lo ancho de la Provincia trabajaron intensamente durante estos años para poner al partido de pie. Partido al que abandonó en reiteradas oportunidades para sumarse al kirchnerismo (por el cual fue elegido intendente), el Massismo y otras fuerzas políticas. El es uno de los grandes responsables de la crisis del radicalismo".
Salvador explicó que "Posse no tiene autoridad política para hablar del radicalismo ni de JxC. Ni por el pasado, ni por el presente. Sus legisladores rompieron el bloque en Diputados al otro día que asumió Kicillof la gobernación. Eso es lo que intenta hacer: debilitar el frente opositor" y lanzó que "es tan claro el fortalecimiento de la UCR en la Provincia que hasta el intendente Posse está disputando la presidencia del radicalismo. Sino fuera así, ya estaría buscando un nuevo partido para seguir aferrado al poder".
Desde cierto sector de la oposición analizaron que al Gobierno le conviene una victoria de Posse para ir contra Juntos por el Cambio por medio de la profundización de la grieta interna. Si Posse ganara, tendría más poder y podría complicar a Horacio Rodríguez Larreta en el armado de listas, debilitando aún más la frágil unidad de la alianza opositora que el jueves se mostró junto a Mauricio Macri en Recoleta. Para el oficialismo, en tanto, el jefe de Gobierno porteño es el contrincante ideal para los comicios ejecutivos del 2023.