De forma continua, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires monitorean el estado de situación del coronavirus para analizar cómo evolucionan las medidas adoptadas el viernes de la semana pasada y, llegado el caso, poner nuevas decisiones sobre la mesa. De todos modos, hay una diferencia fundamental: mientras el gobierno bonaerense apela a la dura realidad, a las aglomeraciones en distintos locales o shoppings, desde el territorio porteño confían en la responsabilidad social, en generar conciencia y en lograr, con la menor restricción posible, la baja de la curva durante las próximas tres semanas.
Desde el Gobierno porteño sostuvieron que ellos, a diferencia del bonaerense, apuestan a concientizar y no a meter miedo. Cuando se adoptaron las medidas que prohíben la circulación nocturna entre la medianoche y las seis de la mañana, desde la administración de Horacio Rodríguez Larreta fueron críticos. Aseguraron que esa decisión conllevaría el "lado B" de las fiestas clandestinas o reuniones en espacios cerrados y reducidos en lugar de las plazas.
Para el Gobierno porteño, la clave está en concientizar a la población y hacerle entender que, al menos por estas tres semanas, no tienen que reunirse en casas, departamentos, bares o restaurantes cerrados, sin distancia social ni barbijo. Algo que se pudo hacer hasta hace unos días y no funcionó, pero argumentaron que fue porque no se puso el foco en acciones orientadas a ese fin y que si los esfuerzos se concentraran en eso, se lograría una respuesta favorable.
Analizaron que para adoptar medidas hay que mirar muchos factores, no sólo la cantidad de contagios sino la ocupación de camas, la tasa de positividad, la cantidad de fallecidos y la vacunación. Respecto a las camas, más allá del colapso que estalló en los últimos días, destacaron que hasta el domingo a la noche había una ocupación del 51% en el sistema público y del 80% en el privado. De todos modos, esos porcentajes aún no reflejaron los picos de infecciones de la semana pasada.
El jefe de asesores del Ministerio de Salud bonaerense, Enio García, explicó en El Destape Radio que la responsabilidad social e individual es importante pero no alcanza, tiene que estar acompañada por políticas públicas porque "si no se ponen reglas, no se respetan determinados límites" y recordó una analogía utilizada por el gobernador Axel Kicillof: "Pensar que la cosa se resuelve con la voluntad individual es como pensar en la idea de libre mercado".
En la reunión que mantuvieron el lunes Santiago Cafiero, Carla Vizzotti, Eduardo Wado de Pedro, Sabina Frederic, Daniel Arroyo. Vilma Ibarra, Gustavo Béliz y expertos se manifestó la preocupación justamente por el comportamiento social, por la falta de respeto de los aforos en lugares cerrados y la continuidad de las reuniones sociales. Esto llevó a la exigencia de mayores controles y medidas concretas, con un principio y un fin.
La realidad es dura. Según el monitoreo realizado por los especialistas, para el 20 o 21 de abril podría haber una ocupación del 80% de las camas de terapia intensiva en la zona del conurbano bonaerense, número que en la actualidad está cercano al 70%. De los más complicados desde el inicio de la pandemia en nuestro país. "El sistema de salud tiene un tope", dijo García no sólo en referencia a la infraestructura sino también a los recursos humanos: "Por más que pongamos más camas y respiradores, tenés que tener personal formado y capacitado para atender esas camas".
En Lanús, su intendente Néstor Grindetti alertó sobre la dramática situación: "Estuvimos el fin de semana al cien por ciento de ocupación de camas pero durante la semana la pasada también todos los días estuvimos oscilando el 100%, tanto el sector público como el privado", dijo en varias entrevistas durante los últimos días.
La Ciudad y el conurbano no pueden ser pensados de forma aislada sino en conjunto. Las medidas que se adopten en un distrito tienen que estar en sitonía con las de su vecino. "Si no logramos disminuir la circulación por otros motivos (en este caso los recreativos), la situación se va saliendo de control y se van a tener que tomar medidas más drásticas", dijo García en referencia a las clases presenciales.
El fin de semana circuló una fake news en la que se afirmó que el Gobierno bonaerense iba a ponerle un punto final a la presencialidad, algo que no es cierto. Según explicó García, buscarán sostenerla todo lo que sea posible porque los contagios dentro de los colegios son mínimos. El problema es el contexto: el colectivo, el tren, el subte en el caso porteño y las múltiples burbujas. Esa circulación es la que hay que limitar.
"En la epidemiología no hay un causante de los contagios" sino que es una cuestión multifactorial, explicaron desde el Ministerio de Salud bonaerense. "Es imposible saber si la gente se contagia en la escuela, entrando a la escuela, en el colectivo que la lleva a la escuela", sostuvieron. De todos modos, reconocieron que "la escuela es un gran afluente de gente moviéndose", y ese es uno de los problemas.
Por caso, Grindetti avanzó con algunas propuestas satelitales para frenar la circulación. Cerca suyo explicaron que los colegios no son una fuente de contagio pero sí la circulación y que el objetivo es reducirla. Por eso, solicitó en los últimos días que las organizaciones sociales locales eviten las concentraciones masivas en la vía pública hasta el 30 de abril. El lunes se encontró de forma virtual con jóvenes y centros de estudiantes para concientizar sobre las fiestas y reuniones sociales: "Es necesario que se den cuenta que no es momento de hacer encuentros masivos en este momento y todos tenemos que hacer un sacrificio”, les dijo.
Al igual que el planteo porteño, en el encuentro se sostuvo que el foco para combatir la segunda ola de contagios debe girar en torno a la concientización y no a la prohibición: “La vacunación es responsabilidad del Estado pero la prevención tiene que ser a partir del cuidado de cada uno de nosotros”, dijo el mandatario comunal.
Las iniciativas fueron avaladas desde el Ministerio de Salud bonaerense, desde donde aseguraron que "en este contexto todo suma" pero no alcanza. Como dijo García, la conciencia social debe estar acompañada por políticas de Estado que regulen. Sobre todo porque la compleja situación actual en hospitales y clínicas no sumó los números de los picos de la semana pasada, con más de 20 mil casos diarios.