Patricia Bullrich y Juntos por el Cambio arrancan con una seguidilla de elecciones provinciales que, esperan, le traigan buenos resultados para llegar con impulso a una carrera que los encontró relegados. El primer escalón será Santa Fe, donde se aguarda una victoria “sin precedentes”, una “paliza”, como se la definió en la previa, frente al peronismo.
En ese distrito, la oposición logró romper con el mapa político de los tres tercios para unificar dos de ellos contra uno solo, el del PJ, y arrebatarle el territorio. Las grandes incógnitas pasarán por la Legislatura y algunas ciudades más o menos importantes – Rosario, la más rimbombante – donde el kirchnerismo podría dar batalla.
La foto del domingo será una foto de unidad. Viajará Bullrich, que en las PASO apoyó a la fórmula de Carolina Losada y Federico Angelini, que también se mostrarán en el búnker. Estará Martín Lousteau, el referente político de Maximiliano Pullaro, el candidato a gobernador con las chances de triunfo.
Hasta el cierre de esta nota estaba casi confirmada la presencia de Horacio Rodríguez Larreta, que también acompañó a la pareja política ganadora y designó a Gisela Scaglia como vice. Mauricio Macri estará ausente porque no se mete en elecciones provinciales y porque recién volverá de un viaje por Europa el lunes.
Pullaro cerró su campaña como la inició, recorriendo la provincia. El radical y su equipo mostraron mucha expectativa y confiaron en que la gente lo acompañe a él pero también a las listas de diputados y senadores en cada departamento. Por el tipo de elección, Santa Fe tiene boletas diferentes y cada categoría es un caso aparte. Por eso, la incógnita estará en la Legislatura.
Desde Juntos por el Cambio se confió en que se podría conquistar alrededor de la mitad de la totalidad de los votos emitidos con una diferencia considerable frente a Marcelo Lewandoski, el candidato del oficialismo.
El PJ llegó bastante quebrado, a tal punto que el gobernador Omar Perotti, primer postulante a diputado provincial, dejó de tener una buena relación con quien buscará sucederlo en el cargo y las campañas se dividieron. Eso, más las malas encuestas, también hicieron que haya menos entusiasmo a la hora de militar.
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Por lo tanto, la atención estará posada en otras categorías. En el caso parlamentario, se elegirán senadores y diputados. Para diputados se votará la composición completa de 50 bancas y el que gane se quedará con la mayoría, con 28. El resto de los partidos distribuirán las 22 restantes mediante el sistema D'hondt. El que pierde quedaría con diez o doce legisladores como segundo bloque numeroso. Por eso, el objetivo es ganarle a Perotti.
En el caso del Senado, se pondrán en juego las 19 bancas, una por departamento. El que gana, se lleva al senador sin minorías. Juntos por el Cambio tiene, actualmente, siete de diecinueve. De ganar tres, lograrían la mayoría porque llegarían a diez. Se estaba esperando un triunfo en cuatro o cinco, lo cual los dejaría más cómodos. Pero nada, por ahora, seguro.
El domingo, Pullaro y Scaglia esperarán el resultado en el Centro de convenciones de Puerto Norte, en Rosario, una de las ciudades a mirar con atención durante la jornada. Si el PJ llegara a triunfar, será más por un fracaso del socialismo y la conducción de Pablo Javkin que por mérito del peronismo.
Juan Monteverde podría dar el batacazo, aunque algunos consideraron que es difícil. Llegó con una fuerza aliada que ganó la interna dentro del peronismo, por lo que también se tomó como un debilitamiento del partido en esta elección. Pero junto a Rosario y otras ciudades más chicas, se podrían encontrar triunfos aunque no significativos dentro de la lectura opositora.
Santa Fe será la primera parada de tres antes de los comicios generales de octubre. El próximo domingo, el 17, llegará el momento del Chaco. Allí, Leandro Zdero, que logró cerrar la grieta e incluso consiguió lista de unidad nacional en el distrito, triunfó en las PASO cambiemitas con casi todo el aparato detrás suyo, solo Gerardo Morales quedó afuera. Dirigente ligado al correntino Gustavo Valdés, tuvo los apoyos de Bullrich y de Larreta en plena guerra interna.
Juntos por el Cambio, con las dos listas sumadas, salió primero en una provincia que tuvo una extremadamente baja participación electoral, por debajo del 60%, y estuvo cruzada por el femicidio de Cecilia, utilizado por la oposición y los medios de comunicación para intentar ligarlo al gobernador local. Por lo tanto, lo que ocurra el 17 huye a cualquier tipo de predicciones.
La última parada será Mendoza, el 24 de septiembre. Juntos por el Cambio espera, como en Santa Fe, lograr un caudal de votos sumamente interesante. Pero también lo esperó para las PASO, donde Alfredo Cornejo quedó complicado frente a Omar de Marchi, un PRO que decidió ir por afuera. Si bien la alianza está segura de que ganará, la Unión Mendocina eligió dar batalla y no dar por cerrada la pelea que, esperan, no los deje peleando el segundo puesto sino el primero.
Por lo tanto, la coalición podría llegar al 22 de octubre con tres victorias; o dos victorias y una derrota; o una victoria holgada y una ajustada; o con la sorpresa de dos derrotas y una victoria. Sea cual sea la combinación, y pese a que es imposible trasladar linealmente resultados locales a los nacionales, impactará en el estado de ánimo de una alianza incómoda.