Elecciones 2023: Macri intentó ordenar PBA en una reunión con gusto a poco

Se habló de un esfuerzo conjunto, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, para fortalecer los candidatos de los municipios ya gobernados y también de figuras con fuerte posicionamiento en las encuestas para ganar intendencias perdidas. La fiscalización, la imparcialidad a la hora de cuidar votos y la necesidad de no pelearse para garantizar la unidad.

28 de marzo, 2023 | 18.57

Mauricio Macri llegó tarde y la reunión no duró más de media hora. Tal vez cinco minutos más o, incluso, cinco minutos menos. Eso acortó los tiempos para el debate y el concepto con el que se fue la mesa bonaerense del PRO fue prácticamente el mismo que vino trabajando en el último tiempo. No hubo espacio para grandes definiciones, hablaron pocos de los allí presentes y se retiraron. Algunos de ellos agarraron los autos para viajar de Olivos al Congreso para, como diputados, estar en la sesión especial de este martes.

El encuentro había sido planificado hace casi dos semanas, en el último cara a cara de los dirigentes bonaerenses amarillos, también en Vicente López. Se acordó de convocar a figuras nacionales para ordenar la interna en la provincia dada su estrecha relación con las elecciones presidenciales y su consiguiente enfrentamiento por la gobernación. Como líder del espacio, Mauricio fue el primero en ser llamado para inaugurar la ronda de referentes y no lo hicieron viajar más que hasta sus oficinas en Olivos, pero se demoró bastante y la reunión no duró más de 25 o 35 minutos.

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De los 21 presentes, contándolo a Mauricio, sólo hablaron cinco personas. Cuatro de la provincia, entre los que se encontraron Néstor Grindetti, intendente de Lanús y precandidato de Patricia Bullrich; el diputado Cristian Ritondo del vidalismo que podría migrar a las filas de la jefa del PRO nacional; el titular del partido provincial, Jorge Macri - que no formó parte de la foto -y el intendente de Capitán Sarmiento, también nombre bullrichista, Javier Iguacel.

El mitin había sido convocado a las 11, pero la tardanza de Macri no dejó demasiado margen para las charlas, sobre todo porque los diputados presentes, entre los que estaban, además de Ritondo, Diego Santilli y Silvia Lospennato, tenían que volver al Congreso para participar de la sesión convocada para la hora a la que llegaron a Olivos.

Como la sesión se había pronosticado larga, con varios homenajes por el Día de la Memoria y algunas cuestiones de privilegio que, como habitualmente sucede, retrasan el tratamiento del orden del día, los diputados del PRO habían avisado a las autoridades, especialmente al jefe del bloque del Frente de Todos, que algunos se demorarían en llegar para poder estar en el cara a cara con Macri. Pero, evidentemente, no fue fructífero el viaje.

Mauricio, que empezó a jugar como una suerte de ordenador del desorden que él mismo fomentó y alimentó, les pidió dos cosas. Por un lado, que mantengan la unidad y que se ordenen sin peleas entre ellos. Por el otro, que no muestren debilidad. Un mensaje que suele asemejarse bastante al discurso de Patricia Bullrich y que Horacio Rodríguez Larreta busca llevar para su molino amparado en la gestión y no sólo en la dureza de la palabra. Más acciones y menos gritos.

Ante la presencia de los intendentes de los municipio cabecera de las distintas secciones electorales, además de precandidatos y legisladores nacionales y locales, Macri les señaló la necesidad de hacer un esfuerzo, pese a las internas, para garantizar que los caciques puedan hacer la mejor elección posible. Si bien nunca se planificó un temario de antemano, la estrategia para evitar las internas en los municipios fue el tópico obvio y central, casi el único.

No se habló de candidaturas para la gobernación, tampoco de achicar el listado de postulantes que maneja el PRO hace varios meses, con un mayor caudal detrás de Bullrich, ni de un acuerdo para lograr un nombre de unidad para disputar la provincia. No se llegó a nada de eso por lo breve del encuentro. Sólo se abordó lo que ya se venía conversando, que los jefes comunales puedan colgarse de las papeletas de los dos o tres candidatos presidenciales y/o gobernadores.

Sin embargo, el ex presidente también dejó en claro que el esfuerzo no deberá ser sólo de los candidatos de arriba sino, sobre todo, de los de abajo. Al encontrar tracción de la boleta completa desde las puntas (presidencia e intendencias), será clave cómo se acomode la base. Porque a nivel nacional, por ahora quedó claro que habrá al menos dos propuestas amarillas.

Esa responsabilidad de los intendentes PRO actuales - o de figuras fuertes que pueden llegar a disputar municipios gobernados por otro signo político - radicará en algo fundamental, ya ubicado en el terreno de la fe: la fiscalización sin arbitrariedades. Cómo hacer para confiar en que los jefes comunales no inclinarán la cancha hacia el campo de sus postulantes nacional y provincial preferidos. En especial porque todos los candidatos se dedicaron a reforzar alianzas con caciques que ya contabilizaron como propios y no querrían compartirlos.

Desde la lógica personal, ese podría ser un obstáculo. Desde la lógica de la construcción política, la división se transformaría en un problema, por lo que intentarán hacer todo para evitarla ya que podría ser beneficiosa para el radicalismo o el peronismo, poniendo en riesgo tierras propias. Por lo tanto, si se consiguiera la ecuanimidad y el esfuerzo para mantenerla, sería la forma más lógica de intentar un armado macizo.

De ahí la necesidad, casi con urgencia, de convocar a los presidenciables a una próxima reunión de la mesa provincial para intentar encontrar, entre todos, la mejor solución. Esa gestión todavía no mostró fecha pero se señaló a Jorge Macri como el encargado de generar los llamados. Si bien el ministro porteño está muy metido en el ordenamiento de la interna, todavía no se aseguró que sea el único responsable de ello. Pero las reuniones se darán en algún momento.

A nivel municipal, en algunos distritos se va a evaluar la posibilidad de llevar adelante una PASO pero con dos asteriscos importantes. En los territorios ya gobernados por el PRO, se buscará evitar la instancia de Primarias para que los caciques no tengan internas y trabajen con lista única. Lo mismo para aquellas zonas no gobernadas por el macrismo pero con nombres muy fuertes que puedan llegar a disputar mano a mano con el peronismo o la UCR, como podría ser el caso de Martiniano Molina en Quilmes. En ambos casos, utilizar el sistema de la V. Que los presidenciables se enganchen de la boleta del mandatario distrital para traccionar de abajo hacia arriba.

La estrategia de la Y, que sería a la inversa, un intendente colgado de todas las boletas para la Casa Rosada y/o gobernación provincial, fortalecerá al cacique de arriba hacia abajo, acaparando votos de todos los sectores posibles sin depender del corte de boleta. Una práctica muy marginal a la hora de contar los sufragios. Ésta, insinuó Mauricio, sería la alternativa más potente para generar competitividad.

En total, el PRO tiene 22 intendencias en Buenos Aires más otras cuatro manejadas por partidos vecinales con guiños claros al macrismo y que podrían considerarse como un híbrido. El número es bastante alto como para lograr conseguir un acuerdo global, por eso se analizará en cada caso particular para conocer qué es lo que más conviene hacer. Lo mismo para aquellas zonas que se buscarán conquistar o reconquistar.

Por lo tanto, la reunión no sólo fue corta sino que no dejó ninguna definición concreta. Se mostró muy dificultosa la tarea de unificar un criterio único para el armado de la provincia compuesta por 135 municipios, por lo que cada distrito va a tener que armarse en forma individual y en eso aún se está trabajando. Probablemente empiece a resolverse después de acomodarse la interna presidencial y charlar con los nombres confirmados para la PASO.

Cuando terminó el encuentro, los diputados se volvieron al Congreso. Diego Santilli y Cristian Ritondo, dos amigos enfrentados en la contienda provincial y que podrían protagonizar una PASO atractiva, habían planeado regresar juntos en el mismo auto, pero el titular del bloque PRO en la cámara Baja tenía otros compromisos y la charla rutera quedó pospuesta para otra ocasión.

Ritondo, hombre de María Eugenia Vidal, podría ser el elegido por Patricia Bullrich para la provincia pero esa definición aún no llegó. En el bullrichismo se desconoce el acuerdo entre el ex ministro y la ex gobernadora, mucho menos los tiempos que, a esta altura, empezaron a apremiar. Si la recién casada no decidiera pronto si se baja o no de una carrera por el sillón de Rivadavia, podría generarle un compromiso al diputado.

En principio, los tres nombres anotados en el cuaderno de Patricia (Javier Iguacel, Joaquín De la Torre y Néstor Grindetti) están en igualdad de condiciones y no hay un favorito o un dirigente posicionado en un mejor escalón frente al resto. Según se dijo, cualquiera podría llegar a ser. Pero en ese armado todavía está la silla vacante para sumar al diputado que, en base a trascendidos, debería ser el que puje, junto al alcalde de Lanús, para ocupar el lugar máximo en la boleta provincial. Pero todavía no sucedió nada de eso.

Por lo bajo, con Macri también se charló sobre “la entrega de tierras nacionales” por parte del gobierno “a sus amigos” con foco en la figura de Juan Grabois. Se sostuvo que “hay que pararlo”, pero no se profundizó. Un episodio vinculado a él generó, una vez más, una interna entre los nombres del PRO. Santilli se quejó en Twitter y le brindó su apoyo a Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón. Juan Pablo Arenaza, el jefe de campaña nacional de Bullrich, le retrucó que “recibe millones de pesos del GCBA” por lo que le pidió ser “coherente”. No fue casual que, poco después del mano a mano con Mauricio, hayan salido muchos opositores a apuntar contra el Grabois.

Algo de esto mencionó Julio Garro, de La Plata, en sus redes sociales al detallar que se abordaron los problemas económicos, la inflación, los salarios, la inseguridad y “la avanzada de las tomas de tierra que afectan la propiedad privada y generan un clientelismo político de la pobreza, promovido desde los sectores que integran el propio gobierno”.

No hubo tiempo para profundizar sobre otro de los temas importantes para la provincia, la figura de Javier Milei. El libertario, que todavía no mostró un candidato bonaerense, apareció muy bien posicionado en las encuestas nacionales y un nombre fuerte en Buenos Aires podría poner en aprietos a Juntos por el Cambio. Por eso, y también para robarle votos a los halcones del macrismo, se trabaja en un intento de pacto con José Luis Espert para sumarlo al armado cambiemita. Algo que se le atribuyó directamente al larretismo como una maniobra para erosionar competidores internos.

En la reunión junto a Mauricio estuvo su primo, Jorge, que es el nombre que el ex presidente eligió para mantener al PRO frente al gobierno porteño y espera que Larreta baje a los otros dirigentes que levantó para ser el único. También los mencionados Santilli, Ritondo, Grindetti e Iguacel, todos precandidatos. No faltaron los intendentes de La Plata, Julio Garro; de Junín, Pablo Petrecca; de Olavarría, Ezequiel Galli; de Pergamino, Javier Martínez; de Bahía Blanca, Héctor Gay; de Tres de Febrero, Diego Valenzuela; y Soledad Martínez, de Vicente López.

Quien también movió piezas en Buenos Aires fue Facundo Manes. Un poco más alejado del minuto a minuto de una campaña intensa y con fuertes niveles de agresión, el diputado y precandidato presidencial reunió a 27 caciques radicales para darle su apoyo. Abordaron la situación social, económica y el “cambio profundo que la Argentina necesita”. El neurocientífico apeló a la memoria emotiva reciente con la gesta del 2021, donde salió derrotado en Buenos Aires pero consiguió un número inesperado frente al “aparato” del macrismo.

Lo acompañaron, entre otros, Miguel Fernández, presidente del foro de intendentes radicales, Maximiliano Abad y Érica Revilla, presidente y vice de la UCR Buenos Aires, Gastón Manes, titular de la Convención Nacional y jefes comunales, además de la presencia de la diputada local Viviana Dirolli. Después de visitar Bahía Blanca, Punta Alta, Tornquist y Pigué, esta semana estará en Junín, Lincoln y Chacabuco.