Mauricio Macri ya no oculta su intención de no ser un jubilado político. En las pocas entrevistas que dio, abordó la posibilidad de postularse en el 2023, lo que lo podría obligar a jugar una interna con "los curas que quieren ser Papa", como suele decir, y reconoció que prefiere hacer antes que mirar desde la tribuna. Sin embargo, no definió si será candidato pero anticipó una interna opositora entre dos o tres listas con nombres que, en principio, ya se lanzaron a la carrera electoral. Pero en medio de la indefinición le dejó algo en claro a los propios: él será una figura clave en el armado y participará, ya se para acompañar o para impulsar, como ocurrió este 2021.
Para Macri, su rol es el de mantener la unidad. Correrse del centro de la escena para dejar que crezcan otras figuras con intención de tener protagonismo. Algo así como generar una sucesión dentro del PRO. El más capacitado para él, según comenta algún dirigente que supo compartir caminatas con el ex mandatario, es Horacio Rodríguez Larreta pero, de momento, no se siente convencido por el núcleo que lo rodea.
En los últimos días surgió un ida y vuelta bastante confuso que dejó entrever una interna feroz post 14 de noviembre. El sector duro del PRO lanzó que el macrismo criticó a Larreta por no estar presente en Dolores, acompañando a Macri en su indagatoria. Al parecer, la foto - que pidió el jefe de Gobierno - no bastó para mostrar lealtad. Pero también se filtró esta mala mirada del líder PRO al círculo íntimo del porteño.
Desde el larretismo no negaron este tipo de cruces, tampoco les pareció algo descabellado pero acusaron que alguien está tratando de instalar ciertas tensiones entre los de Macri y los de Larreta. Se ve que ya empezaron las operaciones. Un sector, el más confrontativo, no tuvo ningún tipo de problemas en mostrar algunos desencuentros y el otro, el más "dialoguista", prefirió bajarles el precio.
En realidad, Larreta no tiene ganas de romper puentes con el PRO duro. Jugó en silencio, realizó encuentros internacionales, recorrió el país y se puso la campaña al hombro en lugares complejos como Buenos Aires y La Pampa, dos provincias que todavía son una incógnita electoral. La primera, de alto contenido simbólico y la segunda clave para elegir senadores. Sus recorridos se planificaron en base a la criticidad, esos lugares donde están cerca de ganar o de perder un legislador.
Sin embargo, casi como una gambeta, cerca del jefe de Gobierno sostuvieron que todavía no es candidato y que está concentrado en lo que pasará en el 2021. De hecho, desde la calle Uspallata dijeron estar más preocupados por lo que ocurrirá el 15 de noviembre que por instalar el camino a las ejecutivas del 2023. Si habrá crisis oficialista o no. Pero algo descartaron: no tienen intención de acelerar ningún proceso de conflicto en el Gobierno porque no les conviene.
Larreta no es candidato porque formalmente no se lanzaron las candidaturas pero se convirtió en el postulante natural del PRO. Y no será el único de Juntos por el Cambio. Por ese partido, Patricia Bullrich también tiene ganas de lanzarse hacia la cima política y Macri está expectante. No definió si participará o si se mantendrá al margen, sólo para acompañar. Aquí, dos cuestiones: en boleta o no, el ex presidente dijo que no será prescindente. Y, en caso de no correr la carrera, a quién apoyará.
Por el lado de la UCR, también hubo varios anotados precoces. Facundo Manes, actual tercer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, es el proyecto presidenciable del radicalismo bonaerense y su intención es ocupar el sillón de Rivadavia. Pero también se inscribieron otros nombres por el partido centenario, entre ellos su actual jefe nacional, Alfredo Cornejo, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.
En principio, habrá varias instancias de debate. La primera, definir el nuevo presidente de la UCR. Algo que podría tener lugar en diciembre o en marzo. Después, una discusión puertas adentro de cada partido para, de forma ideal, sacar sólo un nombre por espacio. Esto es, que el radicalismo elija su referente y que el PRO haga lo propio. Finalmente, la interna cambiemita, qué fórmula competirá en el 2023.
Con ese panorama, Macri piensa que habrá dos o tres listas que se enfrentarán en una gran PASO. No habrá un dedo señalador para definir nombres porque, básicamente, Juntos por el Cambio no tiene un líder definido. La mesa colegiada, producto del peso que ganó el radicalismo en 2021, desdibujó la cabecera de la mesa y todas las decisiones se toman en conjunto. La interna fue la herramienta que usaron en las legislativas, que les funcionó y que tendrán como opción clave para los comicios presidenciales.