Nadie quiere hablar de candidaturas pero todos hablan de candidaturas en Juntos por el Cambio y el famoso poder de veto será clave en el desfile de nombres. Hasta ahora, la varita mágica la tuvo en sus manos Elisa Carrió pero, desaparecida públicamente, comenzaron a aparecer otros dirigentes que tendrán la capacidad de bajar o posicionar algún postulante. El dedo estará presente sólo si la alianza opositora no consigue un acuerdo en las boletas.
Por ahora no se habla de eso, la pandemia y la campaña de vacunación copó toda agenda pero ya se empezaron a ver algunos posicionamientos. Carrió buscará mantener el mismo poder que tuvo en las elecciones de 2019, ser algo así como el filtro de ciertos nombres, y desde el PRO no creen que haya reducido su peso dentro de la alianza opositora.
Sin embargo, otros dirigentes empezaron a aparecer con un gran poder de decisión que sólo se activará en caso de elegir un candidato único, por “consenso”. Patricia Bullrich, presidenta del PRO, y Mauricio Macri, fundador del espacio, tendrán la lapicera a nivel nacional con injerencia de Horacio Rodríguez Larreta, aunque en menor medida.
A la hora de escribir las boletas de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires, la lista de vetadores se ampliará: a Macri, Bullrich y Larreta se le sumará María Eugenia Vidal, a quien el jefe de Gobierno quiere como primera candidata a diputada nacional por la Capital Federal. De todos modos, el larretismo apuesta a evitar las internas y escribir sus propios nombres.
Quien también está a favor de candidaturas por consensos es Carrió. Si bien contempla la posibilidad de, ante la falta de posiciones en común, dirimir una PASO, su preferencia siempre se orientó a lograr un acuerdo. Y aparecerá el dedo. Para el PRO, Larreta es el único que tendrá que pagar un costo por internas.
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A fin de cuentas, los candidatos se definirán cerca del cierre de listas y con encuestas en mano. Sólo irán quienes más midan y varios quieren catapultarse para el 2023. Para la provincia, Bullrich quiere el nombre de la abogada y ex asesora suya, Florencia Arietto; Larreta lo quiere a Diego Santilli, su vicejefe; y aún no se determinó si el Grupo Dorrego, conformado por intendentes macristas, propondrá su nombre. Otro que jugará es Emilio Monzó, quien buscará volver a la Cámara de Diputados tras disputar la interna en Juntos por el Cambio. Patricia ya le habilitó la contienda.
En la Ciudad circulan las fotos de Vidal por el larretismo; Darío Nieto, secretario de Macri, a pedido del ex presidente por los fueros legislativos y otros personajes con destinos más ciertos a veces y más inciertos otras tantas: Fernando Iglesias y Maria Piccolomini para reelegir en el Congreso, y la vuelta de Hernán Lombardi, el vaciador de medios públicos.
Bullrich es una incógnita aparte. Si bien ella dijo que aún no definió su futuro electoral de este año, dirigentes como Jorge Macri ya la marcaron como la mejor candidata por la Ciudad y a Vidal en la provincia. Lo que nadie duda a esta altura es que ella buscará, o tiene ganas, ir por la presidencia de la Nación en el próximo año impar.
Más allá de las diferencias, de los vetos y de las internas, este año Juntos por el Cambio se mostrará en unidad y empujarán todos para el mismo lado. Sin embargo, habrá un antes y un después a partir de octubre, con los comicios de medio término concluidos y la carrera electoral del 2023 ya iniciada.