El PRO duro coquetea con un "liberalismo" que no cierra la puerta a un acuerdo

Espert pateó un posible acuerdo ejecutivo para el 2023 sólo si hay "buenas intenciones" para cambiar el rumo del país y aseguró que en el Congreso piensa debatir con todos. Milei coqueteó con el núcleo duro de JxC pero desde la alianza opositora le lanzaron una advertencia. Para el Gobierno porteño, su efecto de novedad ya pasó de moda. 

05 de noviembre, 2021 | 23.17

Hace tres semanas, Cristina Kirchner reflexionó sobre uno de los datos más sobresalientes de las elecciones, ese que indica que, según lo dijo la vice en un acto en la ex ESMA, "un tercio de los que votaron se fueron a los extremos, a los que quieren quemar el Banco Central y los que piden expropiar todo”. Con breves trayectorias políticas, José Luis Espert en la provincia y Javier Milei en la Ciudad, se convirtieron en la novedad y sorpresa de las PASO. Tanto que Mauricio Macri lanzó varios guiños e incluso el deseo concreto de confluir en un mismo espacio en 2023, y se abrieron al menos dos interrogantes. Por un lado, si los economistas tendrán ganas de participar de esa alianza opositora más amplia y bajo qué condiciones - tanto para los comicios ejecutivos como para el funcionamiento en el Congreso - y, por otro, si su aparición se trató de un fenómeno coyuntural producto del famoso desencanto con la clase política tradicional o si perdurará en el tiempo.

"Ojalá podamos confluir en 2023 con una lista única y que ellos se sientan cómodos de poder participar", dijo Macri en LN+ sobre Milei y Espert. A raíz de ese coqueteo, en TN Myriam Bregman, la candidata porteña por la izquierda, acusó a los economistas de ser "una colectora del PRO" preparada para una alianza en Diputados. Consultado por El Destape sobre esta premisa, Espert aseguró que desde Avanza Libertad "no hay ningún proyecto, ningún acuerdo, ninguna planificación de que se vaya a trabajar con Juntos por el Cambio (en el Congreso), de ninguna manera". Su espacio, dijo, irá con sus propias iniciativas para discutirlas "no con Cambiemos sino con absolutamente todas las bancadas".

Respecto a la convocatoria de Macri, recordó que en 2021 él fue "el único que propuso un mega frente opositor que hiciera una mega PASO para ganarle a (Axel) Kicillof" pero "no prosperó" porque se topó con las negativas del radicalismo y la Coalición Cívica. Con ese episodio como antecedente, no cerró las puertas a una mesa de diálogo para confluir en una misma perspectiva de país, pero con alguna condición. "El 2023, para converger con alguien, sea quien sea, hay que hacerlo con un programa muy claro de reformas, que sea muy explicitado ante la gente, no una convergencia política meramente casual para ganarle al kirchnerismo". Una suerte de proyecto que presente un gran cambio de rumbo para la Argentina.

Así, Espert estaría dispuesto a discutir un acercamiento con Milei, con Macri o con otros dirigentes que tengan "buenas intenciones" y que acuerden en torno a las cosas que, según su visión, hay que hacer por el país. Ese encuentro, entonces, no giraría en torno a cuándo hacer las reformas sino qué reformas hacer. Entre ellas, explicó Espert, "abandonar el modelo populista e ir a una Argentina que comercie con todo el mundo, que deje de usar al mundo como prestamista, dejar de ser mangueros del mundo, vivimos endeudados, tener un Estado mucho más chico para que la gente pague menor cantidad de impuestos y tenemos que reformar todas las leyes laborales" para ponerle fin al trabajo no registrado y fomentar la contratación por parte de las empresas.

Más allá de eso, el economista entendió que no es momento de debatir alianzas para una elección ejecutiva porque este año se definirán diputados y senadores para tratar, desde el Congreso, "urgencias que no pueden esperar dos años" y que aquejan a la ciudadanía "como no llegar a fin de mes, la falta de trabajo, la inseguridad". Por eso, "en su momento se verá" si hay alianza o no.

Del otro lado de la General Paz, en la Capital Federal, Milei se encargó de coquetear mediáticamente con el ala dura de Juntos por el Cambio e incluso se llegó a barajar una fórmula presidencial integrada por Patricia Bullrich y él. Con su aparición antisistema, anti "casta" política, no dudó en tirarse flores con los denominados "halcones PRO" y apartar a los más blandos: "El liberalismo llegó para quedarse. Con palomas del PRO, radicales y CC a ninguna parte", dijo en Twitter.

"No se puede acordar solamente con un sector de Juntos por el Cambio, Javier. No es un menú a la carta. O acordas con todos o seguis solo", salió a cruzarlo el radical Martín Tetaz, segundo en la lista porteña de María Eugenia Vidal. La alianza no se elige, no se puede estar con unos y no con otros, es el combo completo o nada.

Pero el oficialismo porteño no se mostró demasiado concentrado en comenzar a forjar una alianza. Incluso, mira a Milei como un fenómeno que se desinfló, sobre todo después del debate de candidatos en TN. Según los sondeos realizados por el equipo que funciona en Parque Patricios, el economista nunca estuvo cerca de los 20 puntos camino al 14 de noviembre, como señalaron algunas encuestas, y su efecto novedoso comenzó a esfumarse. Siempre en base a los números del Gobierno de la Capital Federal, el hombre de La Libertad Avanza está muy cerca del resultado obtenido en las PASO, en torno al 14%.

En principio, según la planificación y estrategia cambiemita, Milei será un solitario en la Cámara de Diputados, lo que le jugará en contra en el tramo final de la campaña porque no podrá esgrimir el discurso del "freno al kirchnerismo", apropiado por Juntos por el Cambio. Además, aseguraron, no está en los papeles sumarlo. Al menos por ahora.

En paralelo Vidal, que realizará su cierre de campaña el miércoles al aire libre en la Floralis Genérica, se preparó para una elección compleja. Los números la ubicaron en el 47%, muy por debajo del 60% que necesitaría para conservar las diez bancas que ponen en juego por la CABA. Con esa performance, tendría asegurados siete diputados pero confiaron en que crecerá unos puntos más y podrá conseguir ocho. Si bien no renovaría la decena, en caso de aliarse con Milei, podría compensar. Pero es una historia no escrita.

De momento, la estrategia pasó por cosechar unos 270.000 electores más que en la PASO sobre un total de 800.000 ausentes, caudal calculado en base a la previsión de un incremento en la participación, que pasaría del 70% de septiembre al 75% en noviembre. Según los análisis, el mayor ausentismo se registró en el sector de la tercera edad, al cual apelaron con recorridas pero también con cartas en papel que enviaron a los domicilios con las propuestas. Se entendió que por la falta de manejo tecnológico y la costumbre de la lectura en formato físico, así conseguirían mayor atención. Al igual que el Frente de Todos, apuntarán a convencer al electorado para ir a las urnas.

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