“Plan”, la palabra mágica para las elecciones del 2023. Patricia Bullrich, una de las lanzadas a la Casa Rosada, presentó sus lineamientos, un proyecto de gobierno que tendrá su plumazo final en octubre de ese año, de cara a los comicios generales. Por ahora son sólo títulos, conceptos generales, pero "la fuerza de un equipo" - slogan inaugurado el martes - trabaja en ellos. Básicamente, las ideas vertidas se orientan a “desburocratizar”, “desmafizar”, tener un Banco Central "independiente" y, en análisis, una nueva moneda.
Una de las preocupaciones centrales de Mauricio Macri, y un dato arrojado por Focus group, gira en torno a la existencia de un plan y de un equipo ejecutor. Para qué la oposición quiere volver al Gobierno, qué es lo que tiene pensado hacer. Con esa lógica, Bullrich convocó al ex presidente para mostrarle que ella tiene una hoja de ruta y que, a diferencia de la gestión Cambiemos, desplegará todas las medidas el primer día, sin una estrategia a cuenta gotas.
Esta postura la explicitó en una entrevista con El Diario de España. En la charla, aseguró que si llegara a ganar las elecciones, desplegará “todas las medidas el primer día. Voy a tener todo listo, todas las leyes preparadas para que se adviertan todos los cambios en cuanto a regulaciones de temas impositivos, laborales, fiscales, impuestos”. A diferencia del gobierno de Macri, donde se mostraron las “cosas por separado”.
Así, Bullrich anticipó algunos lineamientos. Habló de “desburocratizar”, de “asegurar el imperio de la ley en todos los ámbitos” y de “prohibirle al Banco Central emitir moneda para financiar al Estado”. Estas medidas, que por ahora se abordaron de forma superficial, fueron pensadas para “generar confianza, mostrar un cambio de expectativas muy marcado para estabilizar y empezar a crecer”.
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Para lo primero, "tener credibilidad y generar confianza", apuntará a “bajar los privilegios”. Para lo segundo, la estabilización de la economía, irá por “la independencia del Banco Central” y “probablemente la creación de una nueva moneda”, una de las medidas que todavía están en análisis. Finalmente, para empujar el crecimiento, apuntará a la desburocratización del Estado, la simplificación administrativa y desregulación para “eliminar trámites infinitos” mediante un decreto. Así lo explicaron desde su entorno.
Sobre esto último, la presidenta del PRO dijo que revisará leyes, normas y mecanismos burocráticos que, se explicó a este medio, “sólo entorpecen” y permiten la existencia de funcionarios que “traban” inversiones.
Lo económico, en tanto, es una de las cuestiones más llamativas. En principio, se dijo que será necesario cambiar la carta orgánica del Banco Central y eliminar la reforma de 2012 que llevó al país a tener “tres dígitos de inflación”. Vinculado a esto, uno de los proyectos en estudio es el de una nueva moneda de circulación oficial como parte “marketinera” de un plan de estabilización más profundo.
El Austral o el Peso convertible fueron parte de “las dos últimas estabilizaciones serias” y propiciar una nueva denominación de la moneda formaría parte del paquete, “más de forma que de fondo pero importante”. Ambas políticas mencionadas terminaron con crisis, la hiperinflación y el 2001.
Respecto a la moneda, hace un mes Bullrich planteó que “el peso no existe en un sentido de lo que significa una moneda. La dolarización es un proceso irreversible que genera en una sociedad que necesita avanzar sobre su productividad y su competitividad y marcar un sendero”. Esos dichos generaron varias aclaraciones, desmentidas y rumores.
Se intentó explicar que, en realidad, ella quiso decir que dolarizar la economía sería irreversible, pero que se interpretó al revés. Dentro de esa desmentida, se sostuvo que Patricia habló de permitir contratar en dólares, no eliminar el peso. Ahora, con la ratificación de la economía bimonetaria en el acto del martes, se sumó el posible cambio de nombre de la moneda nacional.
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Por otro lado, pero también íntimamente vinculado a los números, uno de los dirigentes presentes en el evento del martes negó que Bullrich haya hablado de una eliminación de planes sociales. Según el lineamiento de la mesa que trabaja políticas de asistencia estatal, las asignaciones no pueden sacarse de un día para el otro sino que hay que normalizar su funcionamiento y quitar intermediarios. Sin embargo, La Nación publicó un textual bastante contundente: “Me dicen que es imposible sacar los planes en seis meses. Yo digo más imposible es no sacarlos porque se van a quedar para siempre. Si no lo hacemos con convicción, nos comen el cambio”.
El ex presidente formó parte de la reunión del equipo bullrichista. Si bien se mostró “contento” y estuvo en la primera fila, no explicitó ningún apoyo hacia quien fuera su ministra de Seguridad. Es que el referente PRO decidió jugar un papel de acompañamiento sin distinciones. En sus últimas apariciones, nombró a todos los “curas que quieren ser Papa” y decidió patear cualquier tipo de definición a marzo o abril del año que viene.
Atravesados por la interna cada vez más feroz con la UCR, con quien disputan el liderazgo de la alianza, en las últimas horas se intentó ponerle paños fríos a una pelea pública. Básicamente, mantener la unidad de la oposición ante la turbulenta relación dirigencial en el Frente de Todos. Si bien no hubo demasiadas definiciones sobre el tema durante el encuentro en Olivos, el jueves habrá un nuevo almuerzo PRO al mediodía y de ahí podrían salir algunas apreciaciones interesantes. En una instancia similar, pero hace algunas semanas, Macri pidió que los amarillos marquen una diferencia con los boina blanca en el Congreso. Uno de los muchos chispazos dentro de la alianza.