Juntos por el Cambio se encontró con un problema impensado hasta hace un año y medio. El crecimiento del espacio libertario empezó a pisar fuerte a la hora de considerar alternativas válidas para intentar ganar, especialmente, la provincia de Buenos Aires. El mayor riesgo de filtración de votos se concentraría allí, en un territorio sin balotaje donde cualquier goteo pondría en riesgo la elección de un candidato. Por eso, se comenzaron a barajar alternativas, hace tiempo, para intentar sumar al menos a uno de los exponentes de ese espacio, José Luis Espert, con la intención de aportar en la PASO de la alianza y trasladar esos votos a un intento de batalla mano a mano contra Axel Kicillof. En ese plano, también apareció la posibilidad de tentar a Javier Milei, aún sin nombre en el distrito más poblado del país, pero con chaces casi nulas de éxito en la misión aglutinadora.
Ya sea por lo novedoso, por el voto anti sistema o por la falta de medición de un candidato de Milei (por la simple razón de que aún no existe) en Buenos Aires, Espert empezó a mostrarse fuerte en las encuestas bonaerenses. Un tercer o segundo lugar, dependiendo el escenario electoral que se monte, que perjudicaría más a Juntos que al Frente de Todos. Por eso, se empezó a trabajar la posibilidad de una alianza que para algunos debería concretarse a como dé lugar mientras que, para otros, debería contemplar la chance de algún riesgo potencial.
La elección provincial está completamente condicionada por la nacional y una boleta presidencial traccionará o tirará hacia abajo cualquier boleta local. Espert decidió jugar con lista corta, por lo tanto no llevará un nombre propio para la Casa Rosada y podría optar, en el territorio, por ir en soledad o sumarse a alguna figura que le garantice, a escala nacional, el contexto que él demanda para generar determinadas transformaciones.
En caso de sumarse a Juntos, donde ya hubo algunas conversaciones, principalmente con el sector del larretismo, podría tener su propia boleta con el sello de la alianza, sólo para la provincia, o podría sumarse a la propuesta nacional de algún otro candidato. En ese caso, la mayoría lo emparentó con Ricardo López Murphy por una cuestión de corte ideológico. En el primer entorno, tendría la potencia de evitar el corte de boleta si el electorado optara por dejar un voto blanco para la categoría de la Casa Rosada. En el segundo, los diez puntos que mide podrían reducirse virtualmente por un arrastre negativo.
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Con un buen candidato a gobernador, el porcentaje de corte de boleta ronda entre los dos y los cuatro puntos en favor de éste y en detrimento del postulante a la presidencia. El mayor número se dio en 2019, entre María Eugenia Vidal y Mauricio Macri, pero con bajísimas probabilidades de repetirse, entonces se mostró como una práctica marginal. Por lo tanto, se consideró ficticia la foto de Espert en provincia aunque no por eso menos peligrosa, por lo que querrían sumarlo a la alianza dado que debería aportar a la PASO de Juntos, con o sin un nombre para la presidencia.
Sin embargo, esa incorporación podría traer inconvenientes, según se leyó desde una tribu provincial, por el potencial del libertario dentro de la interna. Si se sumara sólo con boleta corta, captando un voto anti sistema que ningún candidato tradicional pueda acaparar, la alianza podría encontrarse con un problema. Patricia Bullrich podría considerar que su figura sería lo suficientemente fuerte como para atraer las voluntades liberales, pero ese análisis no fue compartido por todos, básicamente porque los sufragios en favor de los libertarios se presentaron atravesados por un enojo con la clase política. Por lo tanto, se podría captar a un sector pero no a todo.
El suceso Javier Milei apareció como un caso aparte. La posibilidad de un acuerdo con el más trasgresor volvió a ponerse sobre la mesa tras unas declaraciones del radical Martín Tetaz que no habló de una incorporación a la alianza de Juntos sino de un acuerdo estratégico para que, después de las PASO, toda la oposición se encolumne detrás del mejor candidato que pueda enfrentar a Kicillof. O sea, un pacto para que el resto se “baje” de la pelea para sumar fuerzas y convertir la elección general en el inexistente balotaje. Una contienda uno a uno.
Eso se percibió como imposible aunque, en política, nada puede descartarse. La intención de crear un balotaje ficticio está en la cabeza de la coalición hace tiempo pero, en este caso, la alianza no tendría nada que ofrecerle al hombre de los pelos desprolijos. Básicamente, porque él ya se encargó de cosechar más de lo que podría imaginar y Juntos le podría proponer pocos lugares y menos tentadores en un armado en el que hay que “pagarle” a muchos socios.
En Buenos Aires, no importaría la figura elegida por Milei para representar a su espacio sino su propia tracción de arriba hacia abajo, de la presidencial a la local. A nivel país, no logró generar preocupación por la existencia de la instancia del balotaje, pero con una buena performance en tierras bonaerenses, se podría consolidar como la tercera fuerza, lograr ocupar bancas nacionales en el Congreso, en la legislatura y en los concejos deliberante.
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Si soportara perder esta elección a costas de empezar a generar una fuerza política con sustento, incluso hasta se podría convertir en un problema mayor a futuro, en 2027, salvo que sea, como no parece serlo, una expresión del momento y pierda toda atracción con el paso del tiempo. Pero si Juntos por el Cambio consiguiera alzarse con el Gobierno nacional y tener un desempeño tan pobre como el conseguido en 2015-2019, Milei podría ser una alternativa peligrosa.
Más allá de las especulaciones, en líneas generales se confió en un potencial acuerdo con Espert con la salvedad de que Milei, con lista propia, les podría hacer perder la provincia. Si ambos llegaran a ir unificados, una posibilidad fuerte, la solución al problema sería nula. El diputado de Avanza Libertad no descartó acompañar a su par de La Libertad Avanza, pese a que algunos titulares en algún momento los mostraron distanciados. Para las palomas, Espert sería mucho más "útil" para efectivizar el robo del sufragio halcón mientras que para los duros la ventaja radicaría en la existencia de un Milei reacio a conversar con los moderados.
Escenario de PASO
A meses del cierre de listas, en Buenos Aires pareciera perfilarse una escenografía dispuesta para las internas en Juntos, incluso en el PRO. Al no conseguir un acuerdo nacional e ir con varios postulantes a la Casa Rosada, indefectiblemente debería haber la misma cantidad de nombres para el territorio bonaerense, que aporta el 38% del padrón electoral, para generar alguna chance real de triunfo.
Hay consenso en que Diego Santilli es el que mejor mide y el más conocido dentro del mundo amarillo. Él irá en la boleta larga que tendrá a Horacio Rodríguez Larreta como candidato presidencial. “El colo” hará un prelanzamiento de su candidatura en febrero, un formato no tradicional que buscará generar impacto, audiencia y conversación. No se buscará la típica foto del aspirante a un cargo rodeado de dirigentes que lo acompañen, aunque sí se trabajarán los apoyos políticos, fundamentalmente por redes sociales. Una vez hecho eso, en junio o julio, con las papeletas formalizadas, tendrá lugar el lanzamiento formal.
Por el otro lado, Patricia Bullrich ya mostró tres potenciales nombres para la provincia: Javier Iguacel, Joaquín de la Torre y Néstor Grindetti, que prácticamente se inclinó por acompañar 100% a la ex ministra de Seguridad ante los gestos de no competencia que lanzó Macri. De esos tres, el alcalde de Lanús quedaría como el mejor posicionado para llevarlo a disputar la gobernación.
Si Bullrich no se bajara de una presidencial, como se aseguró hasta ahora, tendrá su nombre para la provincia, por lo que habrá internas amarillas. Y, por otro lado, Cristian Ritondo también se abrazaría a las PASO, al negar la existencia de un pacto con Santilli, supuestamente sellado a principios del año pasado, para que sólo se presente el mejor posicionado en las encuestas. El jefe del bloque PRO tiene, como nombre para la Rosada, a María Eugenia Vidal.
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La ex gobernadora probablemente no se lance como candidata presidencial este año, sino que apueste a futuro y a, en el corto tiempo, ocupar algún lugar estratégico que le demande el partido según el proyecto. Por lo tanto, hubo algunos sectores que empezaron a especular con una PASO potente entre Bullrich - Ritondo versus Larreta - Santilli. A los primeros les sumaría mucho más Miliei, enemistado con las "palomas", pero a los segundos les sería más útil Espert, factor clave para erosionar a los halcones.
Como Santilli, Grindetti también empezó a trabajar en su propio lanzamiento como candidato. Después de pasar gran parte de enero de gira por la costa atlántica, febrero lo encontrará en el sur de la provincia y antes de terminar el verano hará un acto concentrado en la presentación de propuestas para subirse definitivamente a la carrera por la gobernación. Ritondo, en tanto, evitará la virtualidad larretista y hará un evento físico, más tradicional, probablemente en marzo.