El tema dominante del desayuno fue la incorporación de José Luis Espert, los términos y condiciones en los que se sumará sin perjudicar demasiado a un sector. La pelea por la Capital Federal había sido saldada en un mano a mano previo, íntimo, entre los protagonistas titiriteros. Las candidaturas no se tocaron pero en los próximos días habrá novedades relevantes. El mapa del PRO y de Juntos por el Cambio empezó a darle lugar al acomodamiento de fichas. Algunas encontrarán su espacio más rápido que otras. Estas, a diferencia de las primeras, requerirán un mayor grado de análisis, pros y contras de cada una de las jugadas.
El PRO se encontró el último día de la semana para dar una imagen de unidad en medio de las internas, pero lo más interesante está por venir. La puja por las elecciones concurrentes en CABA y la intención de mantener varios candidatos en el campo de juego, se trabajó en la previa en una reunión mano a mano entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri. Por eso, el viernes a la mañana no hubo grandes encontronazos por el disgusto y la desilusión del líder espiritual ante la rebeldía de su discípulo.
La Ciudad y la provincia están casadas. Lo que suceda en una impactará de lleno en la otra. Si hubiera PASO en la Capital Federal, Buenos Aires no tendría chances de conseguir un candidato de unidad. Por el momento, Larreta optó por mantener con fuerza a Fernán Quirós y le dio un jefe de campaña de su más extrema confianza aunque, por el pluriempleo, con poco tiempo. El diputado Álvaro González, también consejero de la magistratura, se divide entre estos trabajos y el de comandar la instalación del ministro de Salud. Pareciera ser más una construcción para la negociación que un caso real.
En las últimas horas el escenario se complejizó ante la posibilidad de que María Eugenia Vidal baje los brazos y opte por hacer lo que el larretismo se dedicó a pedirle hace varios meses, que se postule en la CABA. Algunos vidalistas se sumaron a la cruzada. De serlo, debería representar a todo el PRO y no sólo a un sector, o sea evitar las PASO. Jorge Macri todavía se mostró convencido de que su postulación no dependerá de otras figuras e irá a internas contra quien tenga que ir, sea sólo Martín Lousteau de la UCR o el radical más varios macristas.
Por eso, Vidal, según algún análisis revoleado telefónicamente, no podría ser candidata. Si ella no quiere PASO y PASO conseguirá, no se la jugará. Pero, además, porque entronarla sería cumplir un capricho del larretismo y los duros no estarían dispuestos. Ahora bien, empezó a crecer, sobre todo por estas horas, que el nombre de consenso será el de ella. Patricia Bullrich hará lo que diga Mauricio Macri. Vidal no generará movimientos sin el apoyo del ex presidente. O sea, si la ex gobernadora llegara a postularse, el hombre de la FIFA estaría detrás de la misión y la ex ministra de Seguridad la acompañaría. Eso los uniría con Larreta y el partido amarillo presentaría sólo un nombre.
¿Cuándo se sabrá eso? Vidal, en no más de 7 días, debería comunicar que se baja de la carrera por la presidencia de la Nación. Ahora bien, no publicitaría su (posible) postulación en la Capital Federal ese mismo día sino que esperaría un poco más para hacerlo. Pero con el primer movimiento ya dejará en libertad a Cristian Ritondo, que podría migrar hacia el listado de opciones bullrichistas para Buenos Aires.
Patricia definirá "durante mayo", sin apuro pero sin dormirse. Para ella lo importante, a la hora de pensar en la provincia, es prestarle atención a los extremos de la lista sábana. Desde arriba, traccionaría votos su figura presidencial. Desde abajo, las de los intendentes. Ahora bien, eso podría funcionar sí y sólo sí los comicios estuvieran pegados a los nacionales, sin la modalidad "concurrente" empleada por la Ciudad. De darse este último escenario, el nombre del gobernador será mucho más importante y necesitará de uno taquillero.
Bullrich todavía no decidió quién podría encabezar la provincia. Tiene tres nombres en danza: Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento; Néstor Grindetti, alcalde de Lanús bajo licencia y presidente de Independiente; y Joaquín de la Torre, ex cacique de San Miguel. El común denominador es la pertenencia a territorio bonaerense. A esa lista se le sumaría Ritondo, también con desempeño en el distrito. En principio, el tridente tendrá encuestas y debate político, del que participará Patricia, para escoger.
En números, Ritondo se mostró mucho mejor posicionado que el resto. Y, ya sea por casualidad o causalidad, el nombre del elegido se dará luego de que él consiga ser dueño de su propio pase, cual jugador de fútbol. Sin embargo, no se ubicó tan competitivo como Diego Santilli, el hombre de Larreta en el distrito. Bullrich podría apoyarlo y acordar un candidato de unidad pero él debería coronarla, también, como su nombre para la presidencia. No pareciera ser un escenario posible aunque las bases empezaron a exigir algún tipo de orden.
En ese esquema, podría darse la peculiaridad de tener elecciones concurrentes en CABA y Buenos Aires, en ambos casos con candidatos de unidad PRO, y una disputa cuerpo a cuerpo a nivel nacional. También podría ocurrir algo completamente inesperado, opuesto a este universo paralelo de consolidación abajo y pelea arriba. Un candidato novedoso.
La incorporación de Espert generó mucho debate en el macrismo. El PRO no mostró inconvenientes a la hora de pensar en una ampliación, con la adhesión del hombre de Avanza Libertad y cualquier otro que comparta los valores de Cambiemos. ¿Entra Javier Milei? A un sector le encantaría esa opción pero se convirtió en una discusión saldada por la negativa.
Un grupo de delegados macristas, sin precandidatos en sus filas, irá a conversar con el economista liberal para aclarar los términos y condiciones. Para el bullrichismo, una postulación presidencial de Espert sólo podría significar una cosa: la mano negra de Larreta para buscar robarle votos a Patricia. Sobre todo por su falta de proyección en las encuestas, de estructura para fiscalizar y de financiamiento.
Por lo tanto, podrían generarse inconvenientes en caso de que este sea el verdadero plan. Sin embargo, no verían mal que fuera a la provincia de Buenos Aires. No para competir contra halcones sino para, por qué no, ser candidato fuerte y sorpresivo de Patricia en una PASO. O, en caso de lograr la unidad, tenerlo como posible senador nacional; a Ritondo como postulante para presidir Diputados en caso de ganar los comicios presidenciales y al "colo" como el hombre compartido.
Son muchos factores a tener en cuenta como para tomar una decisión a las apuradas. Sobre todo porque todavía sigue presente el escenario de una interna en todos los estamentos. En la reunión de Bullrich con referentes bonaerenses hubo mucha chicana y enojo hacia los alcaldes larretistas. La ex ministra les dejó en claro que deberán apoyarla si quieren colgarse de su boleta.
El bullrichismo mostró candidatos propios, muchos nuevos y ajenos a la política, en casi la totalidad de los municipios bonaerenses. Por lo que, con esa estructura, podrían dar la batalla en todas las localidades. Incluso en algunas gobernadas actualmente por el PRO. Que la "V" (unidad abajo y PASO sólo en el estamento presidencial) sea la excepción. Habrá que escuchar el reclamo de las bases.