Hace tiempo, Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta se comprometieron a elegir en conjunto a la vice del candidato a jefe de Gobierno por Juntos por el Cambio para la Ciudad. Después de dos descartes potentes, quedó Clara Muzzio, actual ministra de Espacio Público. Su marido, Jorge Aguado, fue funcionario del gobierno de Mauricio - que bendijo la designación porteña - y poseedor de la tijera para el CONICET durante su gestión. Amigo de Jorge y alfil de una cara que volvió a un búnker, la Marcos Peña. Poda de larretistas que apoyaron a Martin Lousteau.
El liberal Roberto García Moritán no logró superar el umbral del comité de ética de Juntos por el Cambio. Un descarte cantado por su perfil extremo. La halcona Soledad Acuña jugó muy abiertamente por Larreta en la campaña presidencial, con los consiguientes impactos en la interna porteña, y la que ganó fue Patricia Bullrich. Muzzio se mantuvo afuera. Su designación llamó mucho la atención, no solo por el efecto sorpresa sino porque había otros candidatos con más vuelo político que ella en primera fila.
La respuesta políticamente correcta indica que Muzzio mantiene una relación personal con Jorge y también Aguado, un íntimo del candidato de la alianza. Por esos vínculos, ella siempre apostó por la postulación del ministro de Larreta y no se metió en la campaña del jefe de Gobierno. En la mesa federal establecida para promoverlo, la única vocera del gabinete que se quedó al margen fue ella.
Ya sea por amistad, por lealtad, por no entregarle el lugar a otra persona con mayor gestión en sus espaldas o como un vuelto por haberle dispuesto una interna reñida con la UCR (de hecho, podría haber habido fórmula mixta y se optó por una 100% PRO), esa terminó siendo la decisión.
Se buscó mantener la continuidad en algunas formas y políticas para no marcar un cambio abrupto, pero también se abrió la puerta a una nueva forma de gobernar la Capital Federal, una forma en la que probablemente no tengan lugar quienes ayudaron a Martín Lousteau o se referenciaron demasiado con Horacio.
La respuesta más jugosa, sin embargo, tiene muchos más condimentos. Muzzio tuvo una fama fugaz en 2017 cuando el gobierno de la Ciudad le creó la Subsecretaría de Vías Peatonales. Fue en la misma época cuando la gestión de Mauricio inventó, desde Casa Rosada, la Dirección Nacional de Movilidad en Bicicleta. Hasta entonces, Clara había sido subsecretaria de Uso del Espacio Público y cuando se construyó su nuevo cargo fue sin demasiadas precisiones.
Estuvo allí dos años hasta que ascendió al cargo máximo y se quedó a cargo del ministerio que, entre otras funciones jugosas, tiene a su cargo las políticas de recolección y tratamiento de residuos sólidos urbanos, las obras en espacios públicos, el embellecimiento de la Ciudad y el mantenimiento de parques, alumbrado público, mobiliario, entre otros.
Hace más de una década, seis empresas trabajan en la Ciudad para la recolección de residuos y su contrato fue extendido hasta el 2028. Sólo para el año pasado se calcularon 450 millones de dólares para este servicio, un 5,5% del presupuesto de la CABA. En pesos, 54.000 millones.
Otro gran instrumento del ministerio es el manejo de las obras en las veredas, un meme a esta altura. En julio, una de las últimas novedades sorprendió a varios. La dependencia de Muzzio lanzó una licitación para inspeccionar veredas por $2.200 millones. Monto que se sumó a otra para arreglarlas por $16.000 millones. O sea, se dejó en manos de una empresa el control de los trabajos de otra empresa.
Pero su esposo también tiene mucho que ver en todo esto. Jorge Aguado fue Secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva durante la presidencia de Macri. Las crónicas periodísticas del momento lo definieron como el ajustador del CONICET. Se hizo famoso cuando los científicos tomaron el Ministerio después de un recorte de más del 32% para el sector, limitando en un 60% la admisión a la Carrera de Investigador para 2019.
De hecho, fue uno de los que se sentó frente a 498 becarios postdoctorales afectados por el ajuste presupuestario y sostuvo la posición del gobierno de Macri de no ceder ante sus reclamos. Tuvo su premio, porque cuando Mauricio perdió las elecciones terminó en el Gobierno de la CABA como parte de la Secretaría de Innovación y Transformación Digital, también pasó por el cargo de Control Ambiental de la Capital y estuvo en Tres de Febrero como secretario de Desarrollo Urbano.
El vínculo con el macrismo no es nuevo para Aguado. Su padre, de mismo nombre, fue el último gobernador de la dictadura en Buenos Aires, vicepresidente de Socma y directivo de Correo Argentino. La relación con Mauricio, su familia y sus negocios es de larga data.
Jorge ingresó a la función pública de la mano de Marcos Peña en 2010, quien luego se transformaría en el jefe de Gabinete de un gobierno nacional de Mauricio. Es ingeniero Industrial y en el sector privado se desempeñó como gerente de Marketing de Software para Sudamérica por la multinacional IBM y también fue gerente de Marketing de Dell Latam.
Según trascendió, Peña estuvo el 13 de agosto en el búnker de Juntos por el Cambio en Parque Norte. No se mostró pero se empezó a especular con que se sumaría como consultor y asesor. Si bien se vio el vínculo con la fórmula en la CABA, desde el entorno de Jorge Macri se negó que fuera a sumarse a sus filas de campaña.
Marcos no es una persona muy valorada por todos. Si bien varios le reconocen sus capacidades, también se le objetó ser uno de los autores de la burbuja que dificultó la elección del 2019 para Mauricio. No dejaba que llegaran malas noticias a la quinta de Olivos pese a que los intendentes buscaron llevarle el malestar de la población.
Estos movimientos no serán los únicos. Se espera que Larreta pueda tener participación en la gestión porteña con varios de sus alfiles dentro del Gabinete, pero habrá otros que deberán salir.
Los nombres están marcados y la razón es su apoyo total a Horacio y la consiguiente especulación en la PASO porteña. María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, tiene el número uno. Será una de las primeras en abandonar su puesto por su incondicional apoyo al jefe de Gobierno y que le jugó en contra en las villas de la CABA. Hubo varias fotos de ella con Lousteau. Se espera que su desvinculación se comunique el miércoles en el Gabinete.
También empezaron a sonar los nombres de Felipe Miguel, jefe de Gabinete y José Luis Giusti, ministro de Desarrollo Económico y Producción, más que nada por estar en lugares estratégicos, con estructura y caja para afrontar la campaña hacia las generales.