El radicalismo transita una semana de súper acción con tres internas partidarias importantes para definir no sólo las autoridades del espacio sino también el rol que la UCR tendrá dentro de Juntos por el Cambio. Dos sectores están claramente identificados en la contienda: por un lado el liderado por el diputado Mario Negri y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y, por el otro, el bando comandado por el senador Martín Lousteau. Los primeros se autodefinen como "puros", aquéllos que no abandonaron la fuerza en ningún momento, y los segundos buscan, sin romper, tener una participación más preponderante dentro de Juntos por el Cambio. De todos modos, ambos tienen reparos con la actitud del PRO para con ellos durante los cuatro años de gestión macrista. Si bien este domingo habrá internas en Córdoba y el próximo sucederá lo mismo en Ciudad y provincia de Buenos Aires y la elección se nacionalizará por el impacto que tendrá dentro de la alianza opositora.
En Córdoba la disputa se definirá entre Marcos Carasso (Convergencia Córdoba Radical, el candidato de Negri), Rodrigo de Loredo (de Sumar, con el apoyo del sector Lousteau) y Juan Gait (por Córdoba con Todos). El bando de Lousteau es el retador pero, aseguran, hubo cierta confianza de parte del oficialismo partidario (espacio de Negri) y, si bien se espera una victoria de estos últimos, no se descarta una buena elección por parte de la nueva rama. "Negri no quería competir en Córdoba, yo quiero que compitamos en todos lados”, dijo esta semana el senador de Evolución. Lo hizo en referencia a cierto bloqueo en la presentación de su lista, algo que después habilitó la Justicia permitiéndole la contienda provincial.
El 21 de marzo, Buenos Aires y la Ciudad serán claves. En el territorio porteño, se descarta la victoria de Lousteau que cuenta con el apoyo de un histórico armador, Enrique "Coti" Nosiglia. Hay tres listas, dos de las cuales apoyan el liderazgo del senador en la Capital Federal y la opositora podría darle lugar a dirigentes como el actor Luis Brandoni o el exsecretario de Salud Adolfo Rubinstein. En este caso, las internas son indirectas. Habrá elecciones en cada comuna para definir delegados y, luego, el dirigente local.
Buenos Aires es un caso sumamente importante ya que su interna apunta a cambiar la lógica de la participación radical dentro de Juntos por el Cambio con el objetivo de ser protagonistas y socios plenos, no sólo en los lugares de las listas sino también en la discusión de políticas públicas con la ideología como base. En esto coinciden las dos listas que se disputarán el liderazgo el próximo domingo. Gustavo Posse, del sector Lousteau, retará a Maximiliano Abad y Gastón Manes, por el lado de Negri y Morales.
La interna será ajustada. Nadie se anima a asegurar una victoria y todo se definirá el próximo 21 de marzo. Esperan la participación de entre 80 y 90 mil afiliados, una elección de aparato que dependerá de la capacidad que cada sector tenga para movilizar a sus socios y conseguir más voluntades. Ambos hacen el mismo análisis: Posse debería ganar en el conurbano y perder en el interior, donde sería más fuerte Abad. Sin embargo, cerca del intendente de San Isidro no descartan ganar en ciertas secciones electorales para dar el batacazo. Más allá del resultado, aseguran que ya ganaron porque le "patearon el tablero" a los actuales conductores del radicalismo con la aparición de una nueva rama contrincante. Una interna que califican como un hito en la política opositora tanto en tierras bonaerenses como a nivel nacional.
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Abad cuenta con el apoyo, además de Negri y Morales, de Gustavo Sáenz, los intendentes del cobismo, el actual presidente de la UCR bonaerense Daniel Salvador, diputados nacionales bonaerenses, legisladores provinciales y el aparato de Juntos por el Cambio. Posse, en tanto, lo tiene a Lousteau, al Coti Nosiglia y a Alfredo Cornejo que, si bien está en el medio, lo identifican como más cercano a este último espacio. Ambos tienen reparos respecto al rol que ocupó el radicalismo durante el gobierno de Mauricio Macri.
Desde el bando de Abad aseguran que el sector Lousteau es más reacio a la alianza opositora. Entienden que el PRO y la UCR se necesitan y complementan para poder ser un actor relevante en la política nacional. Sin embargo, desde el espacio que apoya a Posse sostienen que no hay intención de romper sino de tener un rol más activo. Lo cierto es que la lógica 2021 no es la misma que la del 2015, momento en que el PRO no tenía estructura nacional y la UCR sí. Hoy, Macri pide que su partido tenga candidatos propios en cada uno de los distritos.
La interna no está exenta de chicanas. El sector de Negri apunta que son más "puros" que el de Lousteau porque nunca se fueron del partido. El jefe del bloque de la UCR en Diputados lanzó esta semana que en 2207 "la mitad del radicalismo se fue detrás del kirchnerismo y hoy me alegro enormemente que muchos han vuelto porque la política no está asociada solamente a triunfos y derrotas, está asociada primero a valores y después los partidos tienen que adecuarse, tener respuestas”. Un mensaje directo para el actual senador. Desde su bando también responden con lo mismo y sostienen que Gustavo Manes se afilió hace pocos meses, sólo para poder competir.
Facundo Manes, el hermano de Gustavo, se cargó la elección y, por lo bajo, negocia con quien haya que negociar y llama a quien haya que llamar para conseguir voluntades. También, lentamente, comenzó con recorridas por todo el país con un discurso más politizado. Es un sector, dicen, que tiene un candidato presidencial para ofrecer a diferencia de sus contrincantes. Argumento contestado con la posibilidad de que Lousteau, en realidad, también tenga un armado nacional.
El senador no hace campaña sólo en el territorio porteño y no se descarta que en 2023 pueda insinuar una batalla electoral nacional para disputarle la interna a Horacio Rodríguez Larreta. El capital político que pueda conseguir en estos años podrá ser usado como moneda de cambio para negociar una postulación seria en la Ciudad de Buenos Aires, como candidato a Jefe de Gobierno, ante el peligro de una competencia con Larreta, que podría restarle votos.