El cambio en el gabinete nacional suscitó una gran cantidad de reuniones en el arco opositor, particularmente en la Cámara de Diputados que este martes será la protagonista política de la jornada con la renuncia de Sergio Massa y la elección de una nueva presidenta. La propuesta del Frente de Todos será Cecilia Moreau, cuyo nombre comenzó a sonar casi al mismo tiempo que la confirmación del líder del Frente Renovador en Economía. Juntos por el Cambio se inclinaría mayoritariamente por la abstención para no convalidar el nombramiento pero tampoco obstaculizarlo.
Desde el domingo, los distintos bloques de la alianza mantuvieron reuniones internas para definir una postura, algo que este lunes se llevó a una reducida mesa de interbloque de Juntos por el Cambio. Los encuentros seguirán el martes, a las 13 el PRO se encontrará para afinar una posición. Pese a que nada se cerró con broche de oro, los distintos espacios coincidieron en que habrá una inclinación casi total por la abstención, con algunos rebeldes que empujaron para votar en contra y que, en una cantidad poco representativa, podrían optar por tener una voluntad negativa frente a la designación. Al ser una votación a mano alzada, no nominal, su identidad no quedará guardada en los registros parlamentarios.
El argumento para la abstención será, en on, que el cambio en la conducción de Diputados se debió pura y exclusivamente a un rearmado del Frente de Todos producto de sus internas, necesidades y contexto. Un combo que derivó en la migración de Massa a Economía. Por lo tanto, Juntos por el Cambio no tendría razón para entrometerse. Con un quórum que estará garantizado, el oficialismo podría designar a Moreau al frente de la Cámara sin necesidad del voto positivo de la alianza cambiemita, ya que no habría (o habría pocos) legisladores en contra. No obstruir pero no ser responsables de la designación. Sin embargo, hubo otras dos razones para tal decisión: por un lado, la falta de información oficial hasta muy cerca de la sesión (la confirmación anticipada del nombre elegido no es obligatoria pero sí una práctica de buenos modales parlamentarios, aseguraron) y, por otro, una presunta mala relación con la diputada del FdT porque, consideraron, los destrató.
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Después de amenazar, en la campaña del año pasado, con quedarse con la presidencia de Diputados, la oposición facilitará el trámite parlamentario para que la conducción siga siendo oficialista. Tras una victoria inesperada en las PASO del 2021, María Eugenia Vidal manifestó que la consolidación del voto generaría "la oportunidad" de "frenar el quórum en ambas cámaras y tener la presidencia de la Cámara de Diputados". La ahora legisladora formuló la aspiración muy en línea con lo que días antes había postulado Elisa Carrió: "Si se confirman las primarias, Massa tiene perdida la presidencia de la Cámara de Diputados porque le corresponde a la primera minoría".
Los resultados se confirmaron pero no con la dimensión esperada por la oposición. Juntos por el Cambio no solo no consiguió el 45% deseado para encarar el 2023 con una base más sólida sino que no se constituyó como primera minoría, aunque sí obstaculizó el quórum. Por eso, este martes a las 14, en la sesión, no impedirán que la conducción siga en manos del FdT. Una fuente parlamentaria aseguró, que "el cargo es de la primera minoría" y, en este caso, "le corresponde al Frente de Todos", por lo tanto no se opondrían. O sea, si el oficialismo no tuviera el bloque más grande, ¿podría haber sido otra la historia?
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Lo cierto es que el grueso de las definiciones se terminó de resolver en los días previos. El domingo, la UCR oficial, el lunes la Coalición Cívica y Evolución, el mismo martes el PRO. Si bien hubo reunión de interbloque, reducida, las decisiones puntuales quedaron a consideración y ratificación de cada bloque pero todos irán en sintonía. Con poco show en torno a una sesión catalogada como protocolar, sin más importancia que un trámite institucional.
Con el correr de las horas, la oposición consolidó una posición de serenidad mezclada con cautela. La creencia de que el cambio de gabinete podría generar algún acomodamiento en el rumbo de la economía y de la gestión de Gobierno pero sin ningún resultado trascendental que permita que el Frente de Todos llegue con chances reales de ganar, a nivel nacional, las elecciones del año que viene. La falta de un plan por parte del oficialismo será el discurso aprendido y repetido por estas horas. La necesidad de consolidar un rumbo para mejorar la situación, algo que no se podría hacer con una modificación de nombres.
El Congreso podría, bajo este análisis, convertirse en un espacio de negociación política entre las dos grandes coaliciones. El viernes, en Twitter, Massa aseguró que trabajará "dispuesto a hablar con todos los sectores políticos, económicos y sociales de la Argentina para contribuir al orden, la certidumbre y el crecimiento". Ese fue uno de los grandes ejes de debate en la alianza y, como el año pasado, la respuesta fue que el único espacio para hacerlo es el Parlamento.