Las decisiones que faltan comunicar se harán públicas cerca del deadline aunque, seguramente, los protagonistas, quienes tienen la última palabra, lo tengan bien en claro y muy conversado con la almohada. El viernes, Horacio Rodríguez Larreta dirá si la elección porteña será o no apartada para no pelearse con los radicales pero enemistarse con un Mauricio Macri que ya le hizo muy difícil la candidatura. La que más se hará desear es María Eugenia Vidal que no sólo aguardará hasta fin de mes sino que, con eso, dilatará la migración de Cristian Ritondo a las posibilidades de Patricia Bullrich. La titular del PRO recién señalará a su nombre en la provincia hacia el ocaso de marzo.
La Ciudad
El jefe de Gobierno porteño es el único encargado de determinar si los comicios en la CABA serán concurrentes o no. Tendrá tiempo hasta el 14 de abril inclusive y el lunes empezará a perfilar la línea fina de la comunicación. Recién allí se sabrá si la difusión se hará esperar hasta el viernes o podría hacerse antes. Larreta no la tiene fácil en la Ciudad. Podría pelearse con muchos aliados según la decisión que tome. Si opta por no separar las boletas, Martín Lousteau, aliado porteño y la otra pata del acuerdo para generar igualdad de condiciones en la competencia, podría iniciar una catarata de pequeños rompimientos en distintos lugares del país. Eso generaría un problema con los radicales no sólo en el nivel local sino en el nacional. Justo cuando Bullrich, cual Pacman, empezó a comer a algunos de los dirigentes boina blanca.
Un dirigente de Evolución aseguró que "no cierra por ningún lado" el candidato único en CABA con traición a la UCR para, sin ganancias para Larreta, llevar nombres separados en provincia y dejar que los radicales se cuelguen de todas las opciones presidenciales. ¿Él tiene que ser el único que reciba el enojo de otros? ¿Podría, en una negociación, pedir unidad en Buenos Aires tras su candidato y obligar a Macri a dar respuestas ante los otros PRO con deseos? Otra opción para garantizar la igualdad pasaría por dejar que todos los nombres porteños de JxC puedan ir detrás de todos los presidenciales. Incluso, otro dato, si Gerardo Morales bajara su pretensión por el sillón de Rivadavia para acompañar a Larreta, ¿no querría que Lousteau pueda acompañarlo en la sábana? Claramente sí.
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de vuelta al sistema separatista Si Horacio se volcara por la opción de distanciar las boletas, Mauricio Macri no sería un hombre feliz. Ese escenario impediría que su primo, Jorge, se pueda colgar - como Y - de las dos fórmulas presidenciales del PRO y, lo peor, despegaría a Lousteau del ancla nacional que representan los dirigentes radicales. Además, se rompería el discurso tribunero de no cambiar las reglas de juego en año de elecciones.
La pregunta, ante esa acción, se centraría en la posible represalia. La consecuencia de la causa. Seguramente el ex presidente no sea el único enojado con Larreta y el partido podría volcar sus apoyos hacia la opción halcona. Pero otra consulta válida es cuánto más, además de lo que hizo durante todo este tiempo, podría hacer Mauricio para perjudicar a Horacio.
Si ya le perdió el miedo, porque el ex presidente no paró de ponerle palos en la rueda a la candidatura de Larreta, poco podría importar lo que haga de acá en adelante. Otra señal que podría indicar la sensación de separación fue un señalamiento desde las entrañas de las filas amarillas. Una fuente macrista no dejó pasar el dato de una encuesta, la caída en la percepción positiva de la gestión porteña. Palo para Horacio. Si empezaron los dardos, ¿se viene la guerra? La calificación capitalina al manejo del distrito nunca supo ubicarse por debajo del 50% y según un estudio de Federico González, en abril se ubicó en el 40%.
Jorge Macri, ante la indecisión, salió a marcar postura públicamente como ya lo hicieron María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich. En un diálogo con LN+, aseguró que "con el tiempo que pasó es muy difícil desdoblar, vamos camino a una unificación". Esto en referencia a la chance de fechas diferenciadas. Respecto a la concurrencia, explicó la complejidad del sistema orientado a buscar, en el cuarto oscuro, dos boletas diferentes e hizo foco en que la CABA nunca sufragó con una única en papel por lo que "va a demorar mucho tiempo. No hay manera de simplificar ese paso”. Sin embargo, reconoció que la decisión sólo es potestad del jefe de Gobierno aunque apuntó a una fibra sensible para Cambiemos, el gasto. Pidió no aumentarlo.
Por el momento, todas las encuestas lo mostraron a Jorge Macri como el favorito para ganar una interna pero en forma ajustada frente a Lousteau. Según este sondeo, en una PASO con el PRO dividido en tres nombres, superaría al radical por casi seis puntos y en un escenario de internas con él como único postulante, estiraría la diferencia a siete. En un mano a mano, a casi ocho. O sea, no todos los votos de las otras figuras macristas irían con el ministro de Larreta pero claramente ampliarían la distancia con la UCR. El Frente de Todos quedaría segundo y el libertario Ramiro Marra tercero, cerca.
Este estudio se diferenció de otros que mostraron a Fernán Quirós como más competitivo, aunque siempre por debajo de Jorge Macri. Soledad Acuña, por el contrario, nunca salió del nivel bajo de estancamiento. El funcionario de Salud quiere ser candidato pero también quiere que el PRO tenga un solo nombre. Esa definición será para mayo. Pero ahí Elisa Carrió podría generar su propio pico de malestar porque es la que desea impulsarlo como la mejor opción. Sin embargo, la líder de la Coalición Cívica bajó la espuma en su relación con Jorge Macri por lo que sería el problema menor, casi solucionable, para Larreta.
La presidencial que falta
Sin Macri como candidato, María Eugenia Vidal mostró vía libre para poder postularse para la Casa Rosada pero todavía no terminó de confirmar si se aventurará o dejará la posibilidad para más adelante. Hasta fin de mes recorrerá distintas provincias y recién ahí tomará una posición. Si bien logró una buena construcción en el interior, particularmente en el centro del país, un territorio favorable para Cambiemos, no pareció remontar demasiado en las encuestas aunque en algunos distritos se la mostró pareja.
De hecho, cuando se reunió con el ex presidente hace un par de semanas, revisaron una encuesta que la puso cerca de Bullrich y Larreta. Pero un sondeo de Federico González del 31 de marzo no arrojó una buena intención de voto, por debajo de los dos puntos en una interna cambiemita. Si la PASO fuera entre los siete lanzados (los mencionados del PRO más Facundo Manes y Gerardo Morales por la UCR, Carrió por la Coalición Cívica y Miguel Ángel Pichetto por Peronismo Republicano), la proyección es del 1,2% sobre la población general y del 3,2% sobre la de la Primaria opositora.
Esos datos no la ubicarían en la mejor posición posible, sólo robándole votos a alguno de sus competidores, probablemente los más moderados. Sin embargo, el escenario de siete postulantes parece inviable y eso se acortará. Pero de darse ese esquema, según el mismo sondeo, ganaría Bullrich. Los radicales tampoco se acercarían a los tres puntos. Por lo tanto, si Vidal optara por no postularse, le abriría una nueva opción a Cristian Ritondo, su candidato en Buenos Aires.
La provincia
Si Vidal no fuera candidata, Cristian Ritondo tiene un ofrecimiento de Patricia Bullrich para ser el nombre de ella. Esa es una de las versiones. La otra no habla de esa oferta pero sí de una silla vacía que podría ocupar él llegado el momento. La titular del PRO demoró un poco los tiempos para elegir a su delegado en Buenos Aires. No será hasta antes de fin de mes.
La fecha estimada se mostró, cuanto menos, particular. Coincide con la comunicación que eventualmente dará la ex gobernadora bonaerense. Sin embargo, todavía el nombre del diputado no apareció escrito en el listado de tres de Bullrich. Hasta ahora, la resolución se dará entre Néstor Grindetti, Javier Iguacel y Joaquín de la Torre.
Según manifestó Grindetti, intendente de Lanús en La Fórmula, programa emitido por El Destape, entre los tres hay una buena relación y podrán sentarse para definir, en buenos términos, quién es el mejor para enfrentar una batalla difícil por la provincia. "Ojalá", se dijo desde el bullrichismo que todavía no terminó de delinear cómo se hará la selección. Todavía está bajo deliberación.
Desde ese sector se confirmó que la existencia de charlas habituales con Ritondo con la aclaración de que el legislador sigue dentro del armado de Vidal. Según se manifestó, y se vio en entrevistas públicas, el diputado ya dejó en claro que entre las opciones de Larreta y Bullrich, jugará para la segunda. También que está disponible para hacer un acuerdo con la titular del PRO. Pero por lealtad, deberá esperar a la ex gobernadora para hacer cualquier movimiento o pactar con ella para adelantar un traspaso.