Malestar en Cambiemos por la jugada de la Coalición Cívica a favor de un pedido de juicio político

El espacio fundado por Elisa Carrió argumentará a favor de su proyecto contra el cortesano Ricardo Lorenzetti y sus socios de alianza se mostraron molestos porque le son "funcionales al kirchnerismo".

02 de febrero, 2023 | 00.05

En el segundo y tercer lugar de la lista de invitados, la Coalición Cívica argumentará, este jueves, en favor del pedido de juicio político contra el cortesano Ricardo Lorenzetti. Habrá dos expositores por este espacio, Paula Olivetto y Juan Manuel López, por lo que en dos tandas de quince minutos mostrará la primera gran división de Juntos por el Cambio en este 2023 en materia parlamentaria y de posicionamiento frente al oficialismo. La postura de los lilitos no cayó para nada bien en el interbloque que, de momento, optó por mantener las críticas por lo bajo pero imposibles de ocultar.

Según el cronograma, habrá expositores para cada expediente de juicio político. Los que vayan en forma individual tendrán, siguiendo el plan original, quince minutos para brindar sus argumentos mientras que los que lo hagan en forma colectiva podrán disponer de media hora. Como el trabajo de comisión iniciará a las 11 de la mañana, se calcularon alrededor de cuatro o cinco horas de alocuciones.

Ese proceso se iniciará, como el jueves pasado, sólo cuando el oficialismo garantice el quórum, algo completamente descontado ya que tiene el número sin necesidad de aliados. Sin embargo, en la primera reunión de esta comisión, también hubo algunos legisladores de la oposición sentados en sus sillas para permitir la habilitación del trámite. Esto fue corroborado por diputados del Frente de Todos, desmentido con cierta molestia por sectores cambiemitas, pero vuelto a ratificar desde un sector de Juntos por el Cambio con la excusa de que “siempre algún dormido hay”. O sea, no se dieron cuenta.

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Si bien lo de este jueves será administrativo y los fuegos artificiales se esperan para la semana que viene, cuando se vote la admisibilidad de los pedidos de juicio político, la chispa ya empezó a rugir y será una jornada clave porque Olivetto y López deberán argumentar frente a 31 diputados y diputadas la presentación contra Lorenzetti. Tanto el primer pedido como la posterior resolución para su ampliación, respectivamente.

Por una cuestión de coherencia, los lilitos mantendrán la línea y continuarán con un proceso que iniciaron años atrás y que el macrismo, cuando fue gobierno, no les habilitó a discutir en la misma comisión. Ahora, esa iniciativa podría generar, para el oficialismo, una oportunidad para conseguir aliados al menos contra uno de los miembros del máximo tribunal.

Esto generó rispideces dentro de Juntos por el Cambio. En mayor o menor medida, desde distintos bloques numerosos del interbloque, se mostraron molestos con la posición adoptada por su aliado fundador. En líneas generales, porque, entendió un diputado, la Coalición Cívica, por un “capricho” de Elisa Carrió, le está haciendo el “juego al kirchnerismo” al darle volumen al “show” montado en el arranque del año electoral.

Para este legislador, Juntos por el Cambio (o el Juntos por el Cambio sin los lilitos) no le abrirá la puerta al kirchnerismo para avanzar con el juicio político porque hacerlo significaría patear la pelota en favor del oficialismo y no es algo que esté en los planes de la alianza. Otro diputado también fue en la misma línea al marcar la ausencia total de “justificativos” para impulsar el proyecto en este contexto, un escenario en el que la iniciativa fue 100% del Frente de Todos.

Con algunos improperios, comprendió que la Coalición Cívica le “hace el caldo gordo” al gobierno pero arriesgó, al mismo tiempo, que sería muy difícil para los lilitos acompañar la admisibilidad por el costo político que deberían pagar al separarse de la manada. “Nadie se suicida en política”, resumió. Ahora bien, en caso de suceder eso, podría estallar una batalla feroz en un año electoral.

La otra opción es que la Coalición Cívica, que aún mantiene el sentido de su voto bajo reserva, opte por no acompañar la admisibilidad que, de todos modos, sería conseguida por un FdT con mayoría en la comisión. Por lo tanto, sostuvo la fuente, deberían “rogar” no llegar a la instancia de tener que votar, en el recinto, de la misma forma que el oficialismo porque sería muy duro para el espacio salir del debate enemistado con sus socios y aliado a Todos.

Más allá del enojo visible, otra fuente parlamentaria también planteó algo más pragmático: “Están solos”. Sin ocultar la molestia interna, comprendió que la Coalición Cívica quedó completamente atomizada dentro de la estrategia de la alianza y que, si bien políticamente sería una señal fuerte de diferenciación en un momento que les exigió unidad, a los lilitos siempre les sirve tensionar y amagar con una ruptura cerca del cierre de listas.

Casi como si fuera una prenda de negociación para conseguir mantener un poderío que, entre deseos ajenos y realidades propias, podría verse reducido a partir del 10 de diciembre. Hubo quienes manifestaron la intención de bajar el poder de fuego de la Coalición Cívica con una merma paulatina de su número de diputados. Si ahora tienen un bloque de once, lograr que sean ocho o, en el mejor de los casos, siete. Pero, más allá de las pretensiones, la realidad. La fuente analizó que los lilitos quedaron rezagados en la construcción de perfiles competitivos frente a la de sus socios. De no tenerlos, los casilleros a llenar van a ser pocos o mal ubicados.

Por fuera del debate electoral, también se analizó que el pedido de juicio político no se transformó en una preocupación para la sociedad y que la posición de la Coalición Cívica no será tema de discusión en ninguna mesa familiar. Al menos no hasta que los medios concentrados empiecen una campaña en contra de este espacio para intentar torcer la voluntad.

Ahí apareció el análisis bilardista. Si la Coalición Cívica decidiera, en un futuro aún incierto, acompañar el pedido de juicio político en el recinto, le sumaría once votos a los 117 del Frente de Todos (118 si se cuenta a la presidenta de la Cámara, Cecilia Moreau). Por lo tanto, no alcanzaría para aprobar la iniciativa contra los o contra un miembro de la Corte.

El gran problema podría aparecer si, durante el proceso, algunos legisladores no contemplados decidieran cambiar su posición y plegarse a uno de los proyectos. En caso de ser de Juntos por el Cambio, todas las fichas apuntarían a un acompañamiento al texto Cívico. De hecho, empezó a flotar un rumor en el aire que indicó que un radical del norte, ex miembro del Poder Judicial, podría ver con buenos ojos ese expediente. El legislador no forma parte de la comisión pero estuvo presente en la primera jornada, podría manifestarse a favor a viva voz y, llegado el caso, levantar la mano en el hemicilclo.

Los más calmos, sin embargo, confiaron en que este entredicho no derivará en una ruptura. En primer lugar, porque cuando gobernó Cambiemos y los lilitos presentaron el pedido de juicio político, éste no fue habilitado por la comisión y no generó ningún inconveniente. Por el otro, porque no creen que “la sangre llegue al río”. Por ahora, ciencia ficción.