La batalla por la coparticipación excede ampliamente la mera discusión por el dinero. Se transformó en una puja política por el funcionamiento de las instituciones, la división de Poderes y el control cruzado entre cada uno. El cierre del año estará signado por la continuidad del conflicto, en este caso por vía judicial y múltiples presentaciones de denuncias y pedidos de juicio político, para intentar capitalizar el resultado de un partido que se jugará bajo reglas completamente desconocidas.
El lunes, la Ciudad hará una presentación ante la Corte Suprema para informar sobre el incumplimiento del fallo por parte del gobierno nacional. La decisión del máximo Tribunal de Justicia llegó el miércoles al mediodía, después de varios anticipos, para devolverle a la CABA parte de los fondos coparticipables quitados en 2020. Un día después, y acompañado por catorce gobernadores, el presidente Alberto Fernández decidió no acatar la medida lo que derivó en una gran cantidad de denuncias y horas de análisis.
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En ese pedido, la Capital Federal también hará una solicitud de resguardo de los recursos que podría derivar, o no, en el embargo de cuentas del Banco Nación. Según se consideró, la Corte debería avanzar con esa medida. A su vez, el gobierno porteño también comunicó que demandará a todos los funcionarios implicados en la cadena de pago de los fondos coparticipables con la intención de que, temor mediante, decidan desoír la línea marcadad por el Presidente para responder a la orden judicial.
Además, llovieron los pedidos de juicio político, en el Congreso, contra Fernández y también las denuncias. Hay quienes ya advirtieron que el jefe de Estado deberá pensar en qué hará, y cómo lo encontrará, el 11 de diciembre de 2022 en caso de que la fuerza opositora triunfe en las elecciones nacionales y no tenga fueros.
Hacia adentro, Juntos por el Cambio se mostró abroquelado detrás de la batalla del jefe de Gobierno por varios motivos. En principio, por una cuestión meramente pragmática. Quedarse con el dinero para el año que viene y para que la próxima gestión también pueda disponer de esos recursos. En paralelo, lograr avanzar con una medida prometida y hasta ahora incumplida, la baja de impuestos.
Hubo un debate, este viernes, en la Legislatura porteña. Fue para tratar la eliminación del tributo a las compras con tarjeta de crédito pero no llegó a ningún puerto. Según difundió Juntos por el Cambio, el kirchnerismo se opuso, pero en realidad sucedió otra cosa. El oficialismo de la Ciudad buscó sancionar un texto para comprometer la quita del impuesto a la obediencia de Nación al fallo de la Corte. O sea, condicionar la medida. Por lo tanto, no habría una sustracción inmediata sino posiblemente a futuro.
El bloque del Frente de Todos intentó que el impuesto se eliminara este viernes pero, por supuesto, no hubo acuerdo. Para avanzar, eran necesarios 40 votos que nadie tiene en el parlamento porteño por lo que la discusión quedó empantanada y, probablemente, no haya ningún tipo de consenso político en lo que queda de esta gestión. Una paralización, como la del Congreso nacional.
Aún es un misterio quién será el nuevo o la nueva jefe de Gobierno. Un sector del larretismo buscó tentar a María Eugenia Vidal para volver a la Capital por ser una buena candidata, con buenos números. Ella, de momento, no mostró ningún interés y siguió con su construcción nacional. En ese contexto, el jueves se reunieron Jorge y Mauricio Macri en el bar Pepino, en Martínez, para actualizar el posicionamiento del ministro de la CABA.
La foto pudo servir como una muestra de fortaleza en medio de los rumores. Desde este sector, están convencidos que Macri primo será el candidato para mantener el sello PRO en la Ciudad y negaron que Mauricio prefiriera a Vidal por sobre Jorge, una de las especulaciones manejadas en el último tiempo en caso de llegar el momento de decidir entre uno y otro.
Otro de los motivos que abroqueló a la oposición, en este caso por parte de los gobernadores, fue la supuesta desvinculación de la caja de sus provincias en este conflicto. Para ellos, la devolución de los fondos coparticipables, así como la quita durante el gobierno de Macri, no modificó los números de sus distritos por lo tanto la disputa sería sólo entre Nación y Ciudad, extensible a Buenos Aires. Sin embargo, hubo un documento firmado por sus vices rechazando el fallo, entre los nombres se encontró el de Jujuy, lugar comandado por Gerardo Morales.
De cara a un año electoral, la debilitación de los fondos bonaerenses será una clave importantísima a tener en cuenta, dado que es un territorio clave para intentar conquistar los comicios presidenciales. Por eso también enfocaron la defensa de la gestión nacional en esta cruzada. Entonces, al no ver afectados sus recursos, salieron a plegarse a la Ciudad en la batalla por la institucionalidad y la división de poderes.
Las provincias dejaron de lado la discusión por el dinero para cuestionar el no acatamiento de un fallo de la Corte Suprema por poner en riesgo el sistema republicano argentino. De hecho, recién salieron a opinar cuando el gobierno definió que la orden judicial era de “imposible cumplimiento” y no antes, cuando se determinó la restitución de los fondos.
Más allá de la cuestión en particular, a cualquier dirigente de la alianza le resultó útil la batalla por las instituciones, uno de los caballitos de batalla mostrados hace años para enfrentar al kirchnerismo, al cual se dedicaron a calificar como autoritario y solo interesado en su propio bienestar e impunidad.
Ahora bien, la gran pregunta que apareció es si, sobre todo en el PRO, a todos les sirve salir a defender una cruzada propia de Horacio Rodríguez Larreta porque, en caso de triunfar, podría quedar mejor ubicado que el resto. La respuesta fue sencilla, los halcones acompañaron para que, de salir victorioso, no levante la “copa” en soledad y sea una gesta en conjunto. Por otro lado, el obvio atrincheramiento en la CABA, un distrito que el macrismo quiere retener a como dé lugar.
Del otro lado, también se planteó otro interrogante. ¿A Larreta le sirve defender a la Ciudad en detrimento de las cajas de otras provincias? Para el jefe de Gobierno, no habrá ningún tipo de pérdida en esta batalla porque los fondos no afectarán al resto del país al provenir de la coparticipación primaria, la correspondiente a la Nación. Sin tener en cuenta que ese dinero, ya aprobado en el presupuesto, podría servir para realizar obras en todo el país.