El 2015 vio nacer, a las apuradas, a la alianza Cambiemos. Esa experiencia, sin programa de gobierno ni acciones repartidas igualitariamente, apuntaría a tener una nueva configuración para el 2023 en esos dos aspectos. La necesidad de marcar un rumbo y la existencia de un “plan” se convirtió en eje rector de la campaña opositora. Pero la mayor diferencia giraría en torno al protagonismo de la UCR en la integración de un posible equipo de gestión. Con el desempeño electoral del año pasado, el radicalismo no tiene en mente quedar relegado en la distribución interna, algo que se podría plasmar con unas PASO frente al macrismo o con fórmulas cruzadas, integradas por rojos y amarillos. La foto de Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo, este miércoles en Castelar, alimentó la hipótesis pero no la confirmó.
La presidenta del PRO y el senador radical caminaron juntos por Castelar, una estación antes – yendo desde la Capital Federal – de Ituzaingó, donde hace dos semanas un kiosquero le negó el saludo a Mauricio Macri. En esa localidad del partido de Morón charlaron con “vecinos preocupados porque sus hijos quieren irse del país”, según detalló el legislador mendocino que se abrazó a la posibilidad de frenar, en caso de triunfar Cambiemos, “la decadencia a la que nos llevó este gobierno” con la recreación de la esperanza. El mensaje fue replicado por Bullrich bajo su eslogan, el de “la fuerza del cambio”.
La foto y el slogan compartido alimentaron las especulaciones, un escenario que ningún entorno se esforzó por desmentir. Podría ser una posible fórmula presidencial pero el coqueteo todavía no derivó en confirmaciones políticas. Sin embargo, la del miércoles no fue la primera vez que se mostraron juntos. A mediados de junio, Bullrich viajó a Mendoza donde compartió con Cornejo una actividad oficial en materia de seguridad. Ese evento empezó a engordar la posibilidad de una alianza entre ambos en un futuro.
El federalismo cobró una importancia mayor en los armados políticos y hoy se transformó en un valor central a la hora de pensar en una fórmula presidencial. A eso se le sumó que la UCR planteó, cada vez que pudo, que es un partido de gobierno, no testimonial, y que luchará por tener un nombre radical en la Casa Rosada. Por lo tanto, no podrían quedar fuera de ningún tipo de repartición de cargos y roles en un eventual futuro gobierno. El tercer factor a la hora de pensar alianzas es el de la paridad de género. Entonces, una boleta ideal debería incluir al menos a los dos partidos más numerosos de Cambiemos – el PRO y la UCR -, tener representación provincial y también una mujer.
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El combo hoy no pareció sencillo para los armadores. Bullrich y Cornejo podrían lograr plasmarlo en caso de llegar a un acuerdo. El orden de los nombres, en una fórmula aún no cerrada, podría variar. El radical podría ser el vice de la dirigenta del PRO o viceversa. Nada descartado, tampoco confirmado, pero “alimenta, sí”, la posibilidad de una unión.
Sobre todo porque, hasta el momento, el señalado para intentar disputar la gobernación de Mendoza, por parte del PRO, fue Omar De Marchi. Por lo tanto, no habría ningún tipo de motivo para que Bullrich, como jefa del partido amarillo a nivel nacional, apoye a un radical en esa provincia. La única posibilidad de semejante acercamiento sería el impulso nacional. De hecho, después de la recorrida por Castelar, Cornejo se fue a La Matanza y tuvo su foto con Héctor Toty Flores, un histórico de la Coalición Cívica. Ahora, regresará a su provincia pero hará más apariciones en la zona del conurbano pese a que Mauricio Macri, en mayo, lo mencionó como posible candidato de la UCR en el distrito cuyano para dar una interna con la figura elegida por el PRO.
De Marchi también se transformó en uno de los nombres que marcó la importancia del federalismo en los armados. Horacio Rodríguez Larreta lo sumó a su equipo y quedó a cargo de toda la construcción en el interior. Desde entonces, se convirtió en una de las figuras favoritas del jefe de Gobierno, que suele apegarse mucho a ciertos dirigentes en determinado momento.
Pero el porteño todavía no definió quién podría acompañarlo en la boleta. Lo que sí ya dejó en claro es su intención de generar un gobierno de coalición con representación de todos los actores. En ese esquema, su ideal pasaría por tener un vice radical y un jefe de gabinete del peronismo no kirchnerista. Respecto al nombre del segundo en la fórmula, varias especulaciones. Gustavo Valdés, Gerardo Morales y Carolina Losada. Tres radicales, tres provincianos, sólo una mujer para garantizar la paridad de género.
Frente a las especulaciones, una certeza: el panorama cambió respecto de 2015 y en la alianza, tanto halcones como presuntas palomas, coincidieron en la necesidad de reflejar correctamente el peso de los actores. Hace menos de un mes, Bullrich lo planteó claramente al afirmar que en la “primera de experiencia gobernó el PRO acompañado parlamentariamente por la UCR, pero la coalición tiene que ser más que eso, tiene que ser un verdadero Gobierno compartido" con una fórmula que "debe ser compartida, dándole a cada uno su lugar".