Macri 2023: El juego interno de Cambiemos y el lanzamiento electoral

El ex presidente presentó su segundo libro y los presentes no lograron vislumbrar un salto hacia la candidatura sino la habilitación de la competencia entre los suyos, marcando los dos bandos en pugna.

25 de octubre, 2022 | 00.05

Mauricio Macri incentivó la competencia interna. En la presentación de su libro, no protagonizó un lanzamiento sino un lineamiento. Distinguió las dos posturas que hoy están en pugna en el PRO pero no se definió y evitó tomar partido. Lo que sí dejó en claro fue que el proyecto debería ser mucho más amplio que la mera elección de nombres y que, si se entiende el proyecto, no debería importar el lugar asignado a cada uno porque, en equipo, todos formarían parte del Cambio. El evento no dejó a nadie asombrado, fue casi un copy paste de sus últimas intervenciones, con críticas al populismo, a los sindicatos, al Estado y la necesidad de generar una transformación profunda.

Incluso las fuentes que más esperan el lanzamiento de Macri coincidieron en que Macri no se lanzó. "Estuvo bueno" el acto pero, terminado, taza taza cada uno para su casa. Hubo una interpretación, por el contrario, de un "salgan a competir". En esa línea, marcó las dos diferencias claras entre los candidatos de su espacio: la del cambio con límites hacia los reacios, que encarna Patricia Bullrich, y la del cambio con concesiones, vestida por Horacio Rodríguez Larreta. "O somos el cambio o no somos nada", fue la frase con la que se quedó la ex ministra de Seguridad tras la presentación. Una reafirmación de su postura dura frente a los que podrían generar trabas a esas políticas.

No hubo perlas. Los invitados llegaron, ingresaron, lo escucharon y se fueron. De hecho, después del evento hubo una reunión del bloque PRO en Diputados para definir su postura frente al tratamiento del Presupuesto que comenzará este lunes al mediodía en el recinto. Los amarillos darán quórum pero se abstendrán, en líneas generales. De ese modo, al no sumar votos negativos, sumarían para la media sanción de la ley de leyes después de varias modificaciones en comisión.

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Una fuente presente en el acto aseguró que, según su percepción, Macri mostró "lo mejor que tiene", que es su "espontaneidad, sinceridad y autenticidad" además de, en el último tiempo, "emotividad". Por lo tanto, los asistentes estuvieron ahí por valorarlo como persona, los que lo quieren más y los que a veces dicen que no lo quieren. Incluso, se destacó la participación radical, pese a las importantes ausencias, con las imágenes de Martin Tetaz, Miguel Bazze o Fabrio Quetglas.

Algo que llamó la atención fue la entrada de Mauricio. El ex presidente hizo el precalentamiento junto a su familia, ingresó con ella y lo hizo bajo los acordes de ACDC, caminando entre los presentes como en un mix entre rockstar y boxeador a punto de subir al ring. No faltaron los besos con Juliana Awada, en la previa y en el post, sobre el escenario, de espaldas a la gente levantando sus libros para conseguir un autógrafo. Awada, la escritora de otro libro del núcleo macrista, fue protagonista de una foto cuanto menos extraña. 

En primera fila, se la vio a Antonia, a la esposa de Macri y, al lado de ella, a dos radicales. Por un lado, Rodrigo de Loredo, uno de los más fuertes para buscar la gobernación de Córdoba, perteneciente al bando de Martin Lousteau. En el asiento contiguo, Mario Negri, el jefe del otro bloque de la UCR en Diputados. El primero, de Evolución, el segundo, de la línea oficial. Tanto Negri como a Lousteau son mirados con cierta desconfianza por un sector del partido centenario producto de sus vinculaciones con el PRO. El que no estuvo, o al menos no fue visto, fue Gerardo Morales, presidente del espacio. El jujeño y Mauricio tienen una pésima relación pero en el macrismo creían haber escuchado que el gobernador iba a estar presente. Las ausencias mayores fueron radicales. No hubo gobernadores y tampoco estuvo el titular del interbloque en el Senado, Alfredo Cornejo.

Macri decidió jugar, hasta el final, el papel del misterio. Con el correr de los días, la expectativa empezó a crecer y algunos ya se notaron algo ansiosos por una definición que se hará esperar. Hasta ahora, el ex presidente decidió despegarse de cualquier candidatura y uno de los motivos sería la resistencia familiar a una nueva jefatura de Estado. "Te amo y te admiro", le escribió Awada en uno de los tantos posteos que publicó, uno de ellos jugando con su hija en la previa. A la luz, salió con ellas dos y con dos personas muy cercanas a él, Fernando de Andreis, que ahora trabaja en el equipo de Jorge Macri en la CABA, y Hernán Lombardi, casi como su sombra. 

Para parte de la dirigencia del PRO, más allá de los amores y odios, Macri fue la puerta de entrada a la vida política y es algo que siempre le reconocieron. Para ellos, Mauricio irrumpió con la crisis del 2001, fue convocando a distintas personas que se sumaron a un equipo chico que creció y generó recambio. Ese recambio que hizo posible que para el 2023 haya al menos tres posibles nombres en disputa. Un recambio que el sector amarillo vio estancado en el último tiempo frente a la brisa renovadora del radicalismo.

Pese a las indefiniciones, Macri no dejó de mostrarse como un candidato. La presentación de su libro sirvió para contar lo que él piensa que debería hacer un nuevo gobierno de Cambiemos. Algo que no necesariamente tomaría el resto de sus aliados, al menos al pie de la letra. Algo curioso: si bien todos miran de cerca sus movimientos, en ambos bandos PRO ya se mostraron prácticamente convencidos de que no jugará el año que viene pero, como Mauricio dijo, no le gusta que le digan lo que tiene que hacer así que quedó silenciado. 

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