Sin que se haya digerido el decreto de necesidad y urgencia que desreguló la Argentina, el presidente dio inicio formal a las sesiones extraordinarias con el envío del proyecto de ley omnibus que deberá ser tratado, en principio, hasta el 31 de enero. Javier Milei se encargó de derogar y modificar una enorme cantidad de leyes que van desde la eliminación de la fórmula de movilidad jubilatoria hasta la puerta de entrada a las privatizaciones de empresas públicas, pasando por la criminalización de la protesta social. Esto obligó a posicionamientos preilimiares de parte de los bloques que se abocarán a su análisis y debate.
A diferencia del DNU que causó confusión en un sector importante de la oposición que comparte gran porción de las medidas pero no la forma, este proyecto de ley permitirá un desglose, punto por punto, ley por ley, para acompañar algunas reformas y derogaciones y rechazar otras, en caso de no compartirlas.
Dado el tamaño del texto, los bloques tendrán que hacer un análisis profundo de los alcances e implicancias. El proyecto incluye a ratificación del DNU 70/2023, y también sumó otros aspectos para empoderar aún más al presidente para que, en el contexto de la emergencia que busca declarar, se le deleguen facultades de otros poderes. El ex diputado radical, Alejandro Cacace, concluyó que “equivale directamente a gobernar sin Congreso”.
El proyecto de La Libertad Avanza elimina la fórmula de movilidad para que el Ejecutivo pueda establecer una automática que realice los ajustes correspondientes. También penaliza las manifestaciones sociales con uno a tres años y seis meses de prisión por formar parte de algún tipo de corte de servicios, a cinco años en caso de organizar la movilización.
Elimina los topes impuestos para tomar deuda por parte del Estado, permite privatización de empresas públicas, entre otros muchos puntos establecidos como cambios en el sistema electoral. En el DNU, ya había incorporado la utilización de la Boleta Única en Papel – un pedido de Juntos por el Cambio hace bastante – y ahora sumó la eliminación de las PASO.
Con algunos de estos proyectos, Juntos por el Cambio encontrará ciertas coincidencias aunque no con todos. La privatización de YPF, por ejemplo, no fue bien tomada, en su momento, por dirigentes con responsabilidad de gestión dentro de la alianza. La entrega de empresas del Estado a manos privadas de verá caso por caso.
Apenas se conoció, se concluyeron algunas posiciones iniciales. En Diputados, el PRO se reunió para hacer un primer análisis general dado que no se llegó a abordar cada uno de los artículos. El trabajo se dividirá según la experiencia de cada uno de los legisladores miembro, que le darán mayor atención a sus áreas de trabajo. Con este trabajo previo, se volverán a reunir en unos días para ya sentar una visión más clara.
Pero, como se explicó previamente, el bloque amarillo vio con buenos ojos la posibilidad de realizar mejoras, proponer cambios y modificaciones al texto que, a diferencia del paquete cerrado del DNU, al ser un proyecto de ley permite el debate pormenorizado.
“Nuestra intención es tener un acompañamiento responsable a lo que proponga el Presidente Milei y su gobierno”, dijo una fuente macrista. El objetivo del bloque será aportar para que el Ejecutivo tenga herramientas necesarias para la etapa inicial de gobierno y su plan. “Sactuaremos en consecuencia para sostener la gobernabilidad que necesita en en el parlamento”, se sentenció desde este sector.
El radicalismo, por su parte, sentó una posición firme respecto a uno de los puntos del proyecto omnibus, la delegación de facultades. Maximiliano Abad, senador y presidente de la UCR en Buenos Aires, la diputada Karina Banfi y su compañero de banca Martin Tetaz cuestionaron esta intención del presidente.
"No es republicano y pone en riesgo cualquier decisión es que uno de los Poderes absorba facultades de los otros o incluso pretenda suplantarlos", dijo Abad. "La UCR siempre se opuso a los superpoderes y a delegar facultades del Congreso al Ejecutivo", sostuvo Banfi.
Tetaz, en una entrevista con TN, marcó ciertos límites a la voluntad de colaborar, como - además de facultades delegadas - el rechazo al ajuste a los jubilados o suba de impuestos como las retenciones. Por lo tanto, podría haber un acompañamiento en general pero rechazo en determinadas iniciativas.
Nació un nuevo espacio en Diputados
En un contexto de extrema fragmentación, tres bloques decidieron unirse bajo una sola conducción para ganar peso y conseguir presencia en todas las comisiones. Pero, centralmente, para ser la llave del quórum. Con 23 legisladores, Hacemos Coalición Federal será necesario para que cualquiera de los dos costados de la grieta pueda abrir una sesión en el la Cámara Baja.
El bloque, que integró a Hacemos Nuestro País, Cambio Federal y Coalición Cívica, tendrá 23 miembros. Se conformó para lograr una mayor y mejor “coordinación parlamentaria” entre tres sectores que ya actuaron en conjunto para, por ejemplo, colocar un nombre en la clave comisión bicameral que controla los decretos presidenciales.
La jugada fue cuestionada por los sectores que pidieron definir la conformación de las comisiones mediante el sistema D'hont por no tratarse de un bloque sino de un conjunto de espacios no constituidos formalmente. Para ese entonces, los tres espacios que ahora se unificaron, más Innovación Federal, se unieron como sectores políticos y, por decisión de la presidencia de la Cámara, pudieron avanzar en su petición.
Ahora, con este nuevo movimiento, el armado pasó a estar constituído formalmente. Los datos ya fueron cargados en el sistema oficial y pasaron a ser el quinto bloque más numeroso en una Cámara completamente fragmentada. Primero, Unión por la Patria (102); segundo, La Libertad Avanza (38); tercero, el PRO (37); cuarto la UCR (34); quinto Hacemos Coalición Federal (23) y luego otros ocho sectores con menos de diez legisladores cada uno que, sumados, también llegan a 23 pero con dispersión.
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“Eso nos da representatividad en todas las comisiones”, dijo uno de los 23 diputados del nuevo espacio. Al tratarse de bloques reducidos de forma aislada, el hecho de reunirse les dio músculo para participar de una repartición más equitativa con el resto de los sectores en base a un sistema de cálculo proporcional.
Pero, especialmente, serán la llave del quórum. La Libertad Avanza, el PRO, la UCR, Innovación Federal y otros provinciales no llegan, sumados, a conseguir el número mágico de 127 diputados para abrir cualquier sesión. Por eso, este nuevo espacio podrá plantarse, para un lado o para el otro, como indispensable para lograr avanzar con cualquier debate.
Este nuevo espacio buscará constituirse como un bloque de centro que otorgue gobernabilidad pero que no co-gobierne con La Libertad Avanza, una postura más distante de la que, en principio, adoptó el macrismo pese a que decidieron no plegarse al bloque oficialista.
Hacemos Coalición Federal intentará tener una postura constructiva, acompañando lo que consideren que es correcto y está bien pero, al mismo tiempo, tratando de mejorar las iniciativas con las que no se coincide, con negociaciones puntuales que, si no se escuchan, derivarán en un no apoyo de parte de este armado.
En líneas generales, los tres espacios se manifestaron en favor de que el mega-DNU firmado por Javier Milei hace una semana pase por el Congreso de la Nación en formato de ley. Incluso, referentes de la Coalición Cívica y de Cambio Federal acompañaron con su nombre un proyecto de ley impulsado por el diputado radical Martín Tetaz para que Milei gobierne con el parlamento. Para eso, redactó un texto con todos los artículos incluídos en el decreto pero con la finalidad de debatirlo en el parlamento, punto por punto.
El nuevo bloque se reunió poco antes del ingreso de la ley omnibus a Diputados. Por eso, se especuló con que casa uno analizaría en privado para poner en común luego. En el caso de las privatizaciones, por ejemplo, habrá algunas que cierren más que otras, por lo que el abordaje será caso a caso.
Ley a ley.