“Las lecturas de Milei y por qué es enemigo del Estado”, Elisa Carrió eligió un título -que deja poco a la imaginación– para volver a las primeras planas de la discusión política. Con intenciones reales de volver al Congreso el año que viene, la fundadora de la Coalición Cívica no sólo encabezará un nuevo curso virtual en su Fundación, sino que también reaparecerá en la televisión en medio de un caluroso debate por las sillas en la Corte Suprema, los cruces por las jubilaciones y a las puertas de una nueva ley ómnibus e inminente debate del DNU en Diputados, donde su partido tiene representación.
Pese a estar alejada de los flashes, Carrió se encargó de seguir cada debate y estar encima de todas las acciones realizadas desde el partido y el bloque en Diputados. La Coalición Cívica forma parte del bloque Hacemos Coalición Federal y tomó una posición muy clara respecto la ley ómnibus y el DNU. En el primer debate, el espacio decidió presentar un dictamen propio que, luego, sumó más adeptos dentro del sector que integra. Para el segundo, ya se marcó la inconstitucionalidad del decreto 70/2023, por lo que se espera un rechazo.
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Desde la Coalición Cívica propusieron, por ejemplo, enfocar las energías en sacar recursos de los regímenes diferenciales de promoción, como el de Tierra del Fuego, también cuestionaron enérgicamente la postulación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia y acusaron a sus ex aliados del PRO y la UCR –que participarán del tratamiento en el Senado, donde ellos no tienen bancas– de especular y guardar silencio en lugar de acompañar su objeción.
Carrió está molesta con las actitudes del Gobierno y sus comportamientos. Para ella, y tal vez eso explique parte del título de su nuevo seminario, Javier Milei es un anarquista que odia el Estado y, paradójicamente, fue electo para manejar ese Estado que odia. Según este análisis, el presidente, encerrado en su despacho helado, con el aire acondicionado en valores que le darían una gripe a cualquiera, no puede más que destruir el Estado que detesta. Por lo tanto, sus decisiones - tomadas desde una silla que bajo sus patas tiene papeles doblados con frases en hebreo, probablemente de la Torah - sólo pueden conducir el país al caos.
Lilita buscará abordar, partiendo desde esta base, cuáles son las perspectivas de la Argentina bajo este paradigma, pero también entender lo que piensa y en lo que cree para establecer una suerte de línea divisoria que deje en claro los puntos de coincidencia y las diferencias. El lunes reaparecerá en la televisión para masificar el mensaje de ese seminario. Lo hará en TN, un canal que ya puso en pantalla a Victoria Villarruel, un canal que destacó las frases más provocativas de la vice contra el presidente y que, evidentemente, prefirió mostrar algunas diferencias claras con el gobierno o, al menos, fanfarronear.
Carrió, que estudia volver a ser diputada el año que viene, sabe qué quiere decir y también sabe elegir el momento para hacerlo. Por algún análisis personal, decidió hacerlo ahora, en medio de un debate por la ley ómnibus y el pacto fiscal. La negociación pasa por las provincias cuyos gobernadores se embarcaron en el tratamiento de ambos proyectos en conjunto con un fuerte debate sobre el financiamiento de sus territorios.
Probablemente la fundadora de la Coalición Cívica diga algo, también de las jubilaciones y de la Corte Suprema. De hacerlo, su posición será fuerte. Por años, su partido político denunció, ante el Consejo de la Magistratura y la Justicia penal, a Ariel Lijo por “encubrimiento en el caso Siemens, también por su injustificada situación patrimonial, por sus vínculos y el tráfico de influencias, así como también por su vergonzosa actuación en la causa por el vaciamiento de YPF”.
El problema es que la Coalición Cívica no tiene participación del proceso legal para la aprobación o rechazo de su pliego, que se dará en el Senado. Respecto las jubilaciones, el espacio presentó un proyecto para ajustar los haberes, desde abril, mediante inflación e incluyó un incremento del 20,6% para compensar la pérdida del poder de compra en los primeros meses del 2024. El gobierno se anticipó y modificó el indicador por decreto, frente a lo cual el partido tomó la decisión de consolidar la decisión con la aprobación de una ley a futuro.
La reaparición de Carrió se dará con Mauricio Macri ya asumido al frente del PRO. Si bien fue electo el 19 de marzo, al no haber tenido una lista que le compita, el ex presidente tomará posesión del cargo en abril y se espera que pueda haber una foto con la cúpula del partido amarillo. Después de varios cortocircuitos entre ambos, podría haber una nueva bomba aunque la extinción de Juntos por el Cambio suavizará sus efectos.