Después del anuncio, Horacio Rodríguez Larreta se incorporó a la campaña de Patricia Bullrich al 100%. Casi como si hubiera vuelto a ser candidato después de la derrota. El brazo ejecutor de un eventual Gobierno de Juntos por el Cambio. El mismo cargo que ostentó durante la gestión de Mauricio Macri en la Capital Federal y que lo llevó a celebrar 16 años de "transformación" en la CABA. Harán medios de comunicación, actos y hasta una foto con quien apareció como abandónico en dos oportunidades, el ex presidente.
El jefe de Gobierno siempre sostuvo la misma posición. Siempre estuvo a disposición de la ganadora de la interna mientras que, al mismo tiempo, empezó a planificar su regreso como presidenciable. De hecho, su vínculo con los gobernadores propios, y la espina de no haber podido incorporar al schiarettismo, sigue ahí y es alimentado día a día para una nueva construcción de centro.
Su incorporación tardía llegó, con todos estos condimentos, más para no perder votos que para ganarlos. Bullrich fue quien lo decidió. Lo hizo para terminar de consolidar una imagen de unidad pero, sobre todo, para contener sufragios, aunque Larreta ya advirtió que no es poseedor de voluntades. Pero la pinza del jefe de Gobierno y Macri apareció para recuperar por derecha y por centro.
En este tramo final, habrá mucho apoyo. Se esperó que Larreta participe del broche de oro en Cuyo, previsto para el martes. El capitalino mantiene excelente relación con Claudio Poggi, de San Luis, y Marcelo Orrego, de San Juan, dos aliados de Juntos por el Cambio, no pertenecientes a ninguno de sus partidos tradicionales. Por cuestiones de agenda, al cierre de esta nota el jefe de la CABA no logró el hueco para asistir.
Su presencia en otro acto de cierre llegará el miércoles. El lunes estuvo en Barrancas de Belgrano junto a Patricia y Jorge Macri para darle un punto final a la campaña porteña. Los tres en el escenario. Larreta, incluso, habló y arengó a la gente para que grite "Bullrich presidenta". Se llamó a achicar el ausentismo y no sólo retener la Capital Federal sino lograr un mandato nacional.
El miércoles volverán a verse las caras en Córdoba. Se especuló con que la foto sería junto a Mauricio Macri en una tierra en la que se perdieron muchos votos en manos de Javier Milei. Sin embargo, el ex presidente no podrá asistir, o al menos ese fue el último cambio de agenda, y la cumbre entre los tres llegará un día más tarde, en Buenos Aires.
El acto de Bullrich será en Lomas de Zamora, para culminar su campaña con un mensaje anti kirchnerista, en esta oportunidad por la causa de Martin Insaurralde. Luego, irá a Lanús para acompañar a Néstor Grindetti para dar punto final al camino bonaerense.
Allí se espera la foto entre el jefe de Gobierno, la candidata presidencial y Macri. Larreta ya padeció a Mauricio en la PASO y Bullrich lo hizo en las generales, con su constante coqueteo con Javier Milei. Será un encuentro tenso.
Larreta se puso la campaña al hombro, ahora con un lugar claro. Y consiguió algunos puestos para los propios. Bullrich confirmó que Fernán Quirós será parte del equipo del ministerio de Salud en caso de ganar la elección. Lo convocó junto a Enrique Rodríguez Chiantore, que ofició de jefe de Gabinete de esa cartera antes de que Macri la eliminara de un plumazo, hasta fines del 2017. Ambos figuran como voceros sanitarios de su campaña.
Quirós es una figura importante para el larretismo. Fue, en dos oportunidades, casi candidato. Tanto para diputado nacional como para jefe de Gobierno. De gran imagen positiva en todo el país, no logró escalar pero es una cara de confianza para el armado conciliador de JxC. Como lo es Soledad Acuña, su titular de Educación en la Ciudad con un discurso muy parecido al de Bullrich y pareja del candidato bullrichista en Lanús, Diego Kravetz.
Acuña tiene muchas chances de ser la elegida si gana. Como en el caso Quirós, pasó a formar parte de los equipos de Bullrich y, potencialmente, del gabinete. En su área también está Fabio Qetglas, de gran manejo de la oratoria pero sin gestión. Sebastián García de Luca, diputado del sector de Emilio Monzó y armador de Patricia en Buenos Aires, es otro con chances ministeriales, para Interior.
Hasta ahora, los únicos anunciados formalmente, con nombre, apellido y cargo, fueron Larreta, para la coordinación de ministerios, y Carlos Melconian, para Economía. Pero la campaña presidencial del jefe de Gobierno demostró que la suma de dirigentes no alcanza para ganar.
Larreta no tendría intenciones de quedarse con lugares en la Ciudad aunque siempre se especuló con que sería un reservorio de poder. Pero ya lo tuvo, jugó con esa estructura y perdió. Quedarse con una parte, y no con todo, no apareció como opción cómoda. Pero si avanzara en un legado, la negociación sería cara a cara con Jorge Macri.