El fracaso de Juntos por el Cambio en el debate de Bienes Personales en Diputados evidenció la falta de diálogo, la desconexión en medio de la fragmentación y la ausencia de una conducción clave dentro de un Congreso polarizado. El error de principiante de no tener los votos contados antes de avanzar con el pedido de una sesión especial se debió, en gran medida - o en toda medida -, a la carencia de una figura a la cual responder, algo central cuando un interbloque está dividido en diez espacios diferentes, con internas calientes entre ellos y definiciones sustanciales para los próximos meses. La reunificación radical será un tema que ocupará el verano del partido centenario y su resolución tendrá cierto protagonismo a la hora de decidir quién será la persona encargada de gestionar un espacio tan diverso, con más costo político que beneficios.
La ausencia de Gabriela Brouwer de Koning, de Evolución, fue central a la hora de perder la votación en el recinto. También lo fue la del PRO Álvaro González, aunque en menor medida porque el diputado entró en licencia de 16 días, entre el 10 y el 26 de diciembre, para visitar a su hija en Alemania. El señalamiento a la legisladora de los radicales "renovadores" partió desde el bando tradicional de la UCR, el bloque reconocido institucionalmente por el partido, pero también fue apoyado por el macrismo que salió a defender sus faltazos propios. González por licencia y Camila Crescimbeni por Covid positivo.
"Hay que tener mejor contados los votos para pedir una sesión especial", dijo el senador Martín Lousteau, referente de Evolución, en LN + después de perdido el debate. "Hace rato que no había un Congreso tan parejo. Hay que tomar nota que el Congreso está parejo y que cualquier error genera estas consecuencias. Se podría haber dado vuelta la historia de esta votación", agregó. El error del conteo fue propio y el mensaje, por descarte, también llegó hasta el PRO. Los únicos dos bloques que mostraron ausentes.
Desde la UCR tradicional y un sector del macrismo salieron a señalar a Brouwer de Koning, quien estaría de vacaciones en Disney, pero las desconexiones no se limitaron a eso. Durante el debate en el recinto Martín Tetaz pidió, a los gritos, bajar el IVA y Cristian Ritondo lo cortó en seco explicándole que eso no se puede hacer, o al menos no a la ligera. Algo que podría haberse charlado en una reunión del interbloque.
La falta de conducción será un problema opositor durante las aún no convocadas sesiones extraordinarias. Sin demasiada información oficial, podrían llegar recién para febrero con una agenda vinculada a cuestiones económicas que deberán debatirse en un Parlamento polarizado. Recién para el inicio del período ordinario, que se inaugurará el 1 de marzo, Juntos por el Cambio podría definir una coordinación de interbloque y cerca de un diputado se animaron a especular con una suerte de tutela durante el verano, algo así como una jefatura temporal para ayudar a encaminar las estrategias.
Sin coordinación, Cambiemos se volcó de lleno a sus propias internas. Mario Negri, institucionalmente, sólo es jefe del bloque radical reconocido por el Comité pero abandonó la conducción del interbloque y no tiene ganas de retomarla por una cuestión matemática. Intentar manejar diez espacios diferentes tiene más costos políticos que beneficios y, de momento, prefirió celebrar su mini triunfo en medio de la derrota del martes: Negri pudo sentar a sus 33 diputados pero Evolución no logró hacer lo propio con sus doce.
Cristian Ritondo, otro de los mencionados para comandar la alianza en Diputados, pasó de estar convencido a hundirse en la incertidumbre. A veces quiere, a veces no, dijeron desde el amplio armado cambiemita en la Cámara Baja. Por lo tanto, toda certeza quedó embarrada. El hombre del PRO todavía tiene sobre sus espaldas el veto de Elisa Carrió que, en caso de concretarse la intención de Gerardo Morales de proponer a Rodrigo De Loredo para ocupar esa silla, deberá verse en la difícil tarea de elegir al que menos la molesta.
Sin embargo, desde Juntos por el Cambio dejaron trascender que Patricia Bullrich ya le adelantó a Morales que el interbloque quedará en manos del macrismo. En caso de concretarse la solicitud, De Loredo no podrá sentarse en esa banca, variable que se analizó para promover la reunificación radical en Diputados. Pero de acá a marzo, hay un abismo.
Ahora, el error de Cambiemos en la Cámara Baja pasó a manos del Senado. El Frente de Todos logró la firma del dictamen de Bienes Personales y eludió la exigencia de los dos tercios para habilitar el debate en el recinto la semana que viene. Si la alianza mayoritaria decidiera no bajar a dar quórum, el oficialismo necesitará asistencia perfecta y dos aliados para comenzar el tratamiento del texto. De momento, los opositores optaron por cuestionar la conformación de la comisión de Presupuesto, donde intentaron lograr la paridad pero quedaron detrás del bloque conducido por José Mayans.