Los gobernadores de Juntos por el Cambio pusieron el foco en el Congreso. El parlamento será clave para garantizar la gobernabilidad de la futura gestión nacional con bloques opositores más autónomos, dispuestos a debatir y negociar proyecto por proyecto. Por esos recintos pasarán, también las iniciativas que impulsen los mandatarios provinciales.
Los mandatarios resolvieron no plantear una idea de co-gobierno con Milei, sino esperar y ver los primeros movimientos. Sobre todo porque el libertario esbozó muchas políticas que no podrá cumplir por su debilidad institucional. No tiene provincias, intendencias ni mayorías parlamentarias.
Por eso y por guerra afinidad ideológica, los gobernadores decidieron ayudar a la gobernabilidad pero con control parlamentario y la exigencia de una convocatoria cada vez que se toque un tema que los afecte. En forma individual o colectiva, estarán a disposición del llamado presidencial.
Más allá de eso, no se mostraron preocupados por lo que pueda ocurrir con las políticas de gobierno. Según se sostuvo, en algunos de los distritos no tienen obras públicas nacionales, por lo que un recorte en el área no los afectaría de más. Si podría serlo una merma en los recursos económicos, algo que no podría hacer dada la legislación vigente. Pero la definición más importante fue la del trabajo conjunto, sin abandonar la alianza, sea cual sea la forma que adopte.
"Voy a seguir trabajando por una oposición constructiva, no destructiva", dijo Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño saliente, en la misma línea que sus colegas momentáneos. El mandatario apareció como una de las figuras para la construcción de un espacio de centro dispuesto a negociar con todos. Mensajes de este estilo dejan entrever la posibilidad de un intento de supervivencia de la coalición en el parlamento, al menos en lo conceptual, con duración poco previsible. Eso es lo que se está intentando, especialmente, en una de las Cámaras del Congreso.
El Senado, la representación de las provincias, por ahora se mostró mucho más calmo que la cámara de Diputados, en constante ebullición. Si en ésta se espera que pueda haber un quiebre total a partir del diez de diciembre, en la primera se trabaja para mantener la unidad aunque con fecha de vencimiento incierta.
Por ahora, las conversaciones internas entre los senadores arrojaron una conclusión compartida por los diez mandatarios electos que se reunieron este miércoles en la Casa de la provincia de Mendoza: lo mejor que les puede pasar es la unidad. Incluso los más combativos, ubicados más próximos al pensamiento de Javier Milei, decidieron mantener los pies en el plato. Por ahora. Esto podría durar semanas, meses o sortear los próximos dos complejos años sin elecciones.
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Después de algunos rumores de quiebre, la alianza decidió que lo mejor será mantener cierta estructura. A eso se le suma que, en el caso del Senado, la ruptura tampoco movería la aguja. Con Unión por la Patria como primera minoría, a muy pocos acuerdos parlamentarios del quórum, achicar el principal bloque de la oposición no apareció como la mejor idea.
En Diputados, el panorama se planteó diferente. Ninguno de los espacios estará cerca del quórum y se abrieron nuevas puertas para negociar. De no haber separaciones, el actual oficialismo se transformará en la primera minoría y principal oposición con 111 legisladores, mientras que Juntos por el Cambio quedaría en el segundo escalón con 92 y La Libertad Avanza con 41.
Sin embargo, se descuenta que el PRO duro estará dentro del gobierno de Milei y, por lo tanto, romperá la alianza. Incluso, si Cristian Ritondo se transformara en presidente de la cámara Baja, la grieta será inevitable porque sus actuales socios quisieron ponerse en el lugar de oposición y no de oficialismo. En ese caso, los amarillos combativos compondrían un bloque de entre 35 y 50 legisladores, en el mejor de los casos. De conformar un interbloque con los libertarios, podrían intentar una minoría de entre 70 y 90 bancas.
Pero en el Senado, la cuestión será otra. Una de las figuras combativas, que en algún momento se puso en duda, se reunió este miércoles con Patricia Bullrich para delinear la agenda para el final del 2023 y comienzos del 2024 para consolidar el PRO. Una suerte de mensaje de continuidad.
Alfredo de Angelis formó parte de la foto de unidad de JxC después de la derrota del 22 de octubre y luego se pronunció en favor de Milei. Esa posición no lo ubicó por fuera del interbloque sino que trabajará y votará las leyes que considere necesarias, como la reducción de la estructura del Estado, del gasto, la eliminación de impuestos y la promoción de medidas para el agro. Pero se le pondrá un freno a las iniciativas "descabelladas".
Su caso será el de otros y la lógica será la negociación individual, proyecto a proyecto, como sucedió en este tiempo pero con volumen mayor y dentro de los márgenes, hasta donde se pueda, de Juntos por el Cambio. Una actitud que no se notó tanto en Diputados y que en el Senado podría durar poco.
En principio, la ley de ministerios, para reducirlos a ocho, y el Presupuesto, serían acompañados para mostrar un buen gesto con la nueva gestión pero planes como la privatización de YPF o el ajuste en educación tendrán rechazo, según adelantó Martin Tetaz.
El diputado marcó la cancha y el fin de Juntos por el Cambio. "No nos vamos a sumar al gobierno de Milei; vamos a ser su oposición. Vamos a controlarlo y a ponerle los límites que la constitución contempla, desde el congreso, mientras elaboramos una propuesta alternativa que sea democrática, republicana y garantice libertad y oportunidades para todos", lanzó en Twitter.