Los gobernadores de Juntos por el Cambio conversaron vía Zoom para unificar posiciones de cara a la reunión de este jueves con Guillermo Francos y Nicolás Posse. El encuentro será clave para avanzar en las negociaciones por la ley ómnibus y el pacto fiscal, condiciones necesarias para firmar el acuerdo de gobernabilidad propuesto por Javier Milei para el 25 de mayo.
Los mandatarios cambiemitas decidieron mantener cierta reserva de la conversación para no complicar las posiciones estratégicas. De hecho, en la previa, se prefirió no hablar demasiado sobre sus necesidades y demandas para escuchar al gobierno.
La idea fue confirmada en la reunión virtual de este miércoles a la tarde. Irán a escuchar la propuesta del Ejecutivo para financiar las provincias. Los jefes provinciales no tienen una posición unificada sobre la fuente de ingresos, pero quieren que el Estado reparta, entre las provincias, algo de lo recaudado por algún impuesto.
Por lo tanto, irán con la idea de acompañar la ley ómnibus pero con una fuente que garantice el financiamiento local. Algunos prefieren coparticipar impuestos que no afecten los ingresos de los trabajadores, como el cobrado al cheque o el PAÍS, a transacciones hechas con moneda extranjera.
Otros, más apremiados por la falta de fondos, ven en el retorno de Ganancias un ingreso leve, pequeño pero que puede ayudar. El hecho de que el PRO haya pedido elevar el mínimo no imponible de este tributo para acompañar la inflación de estos meses, da a entender que es posible que la oposición a su retorno fracase.
Los mandatarios fueron clave en el debate por el DNU en el Senado. Ningún legislador de una provincias comandada por un cambiemita votó con contra del decreto – salvo una de Chubut – y tienen la intención de hacer lo mismo en Diputados.
Desde el ministerio del Interior tenían confirmada la presencia de todos los gobernadores después de, la semana pasada, haber tenido que suspender un encuentro similar. Jorge Macri no estará presente porque a la misma hora tiene prevista una reunión con Luis Caputo, ministro de Economía, para intentar resolver la conflictiva coparticipación porteña. En su lugar irá la vice, Clara Muzzio.
En un escenario de conflicto extremo, reapareció Elisa Carrió que, como anticipó El Destape la semana pasada, salió muy fuerte contra el gobierno por su ajuste a los jubilados y marcó su oposición clara a la postulación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. Pero anticipó la posición de su partido de cara a dos debates clave en el Congreso: la nueva ley Bases y el DNU.
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Para Carrió, esta nueva ley ómnibus "puede salir con disidencias" porque, a diferencia de la que fracasó en el verano, a la que describió como un “puchero mal hecho, es más “razonable”. Sin embargo, adelantó que la Coalición Cívica se va a abstener en general y no va a votar la delegación de facultades por lo que, en particular, puede que algunos artículos no salgan avalados en el Congreso.
Con el DNU planteó una posición mucho más negociable. Pese a que los lilitos ya dijeron que el decreto es inconstitucional, la líder del espacio anticipó que no van “a propiciar la reunión porque no queremos que se desarme un gobierno", por lo que se descuenta que no darán el quórum para habilitar la sesión.
Por estas horas, en Diputados se debaten tres sillas para integrar, como auditores, la Auditoría General de la Nación. En la Coalición Cívica no se está hablando ni del DNU ni, al menos en forma notoria, de estos espacios importantes para controlar la gestión. De hecho, se especula con que los lugares queden divididos entre Unión por la Patria, el PRO y La Libertad Avanza.
La primera minoría, en este caso Unión por la Patria, debería quedarse con dos de los tres espacios mientras que la segunda, La Libertad Avanza, con el restante. Pero dado que no se respetó la composición de la Cámara para integrar comisiones o elegir autoridades para las mismas, cualquier otro escenario podría suceder. Incluso, con la herramienta de las uniones circunstanciales, bloques más pequeños podrían pasar a ganar más músculo y representatividad.
Como Miguel Ángel Pichetto ya fue auditor gracias al PRO, se espera que devuelva la gentileza acompañando, con su bloque, una designación amarilla. De este modo, si se suman los diputados de Hacemos Coalición Federal (22) más los del macrismo (37), el espacio circunstancial llegaría a las 59 bancas relegando al oficialismo a una posición de tercera minoría.
En este esquema, quedarían dos sillas para el peronismo y una para el armado conducido por Cristian Ritondo en Diputados. Hay dos nombres que suenan, desde el macrismo, para esa posición: Jorge Triaca, ex ministro de Trabajo de Mauricio Macri, y Santiago Alberdi, apoderado histórico del partido.
En la UCR, según trascendió, se esperaba un apoyo similar del pichettismo, con quien ya se aliaron en el pasado para, por ejemplo, retener la silla de la vicepresidencia segunda de Diputados. Los nombres que sonaron son los de los ex diputados Mario Negri, enfrentado a todo lo que represente el mendocino Alfredo Cornejo. Del lado más cercano a Rodrigo de Loredo, de ascendente en gobernadores halcones, y Alejandro Cacace, muy activo en la negociación de la fallida ley ómnibus.