El nuevo presidente de la Cámara de Casación, Alejandro Slokar, con el apoyo de todos sus colegas, quita de una subrogancia clave en la Sala III al juez Gustavo Hornos, investigado por las visitas al expresidente Macri en la Quinta de Olivos. Esa causa surgió luego de una investigación de El Destape llamada "Operación Olivos".
En el acuerdo general celebrado en la fecha, la Cámara Federal de Casación Penal resolvió que la subrogancia de Gustavo Hornos en el tribunal culmina el 15 de marzo de 2022. La vacante en la sala III se produjo el 16 de septiembre pasado el presidente de la Nación aceptó la renuncia de la jueza Liliana Catucci. Al día siguiente fue cubierta mediante la designación de Hornos como subrogante. El juez mantuvo entonces la doble función de presidente y vocal.
Con la elección de las nuevas autoridades de la Cámara es criterio tradicional del tribunal que se designen los subrogantes para el año entrante. Pero a criterio de Hornos le correspondía seguir –por lo menos- por un año más. Esta postura no solo sorprendió a sus colegas por lo novedosa, sino que se trataba de un quiebre a lo que había acordado el propio magistrado unos meses antes.
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Es así que se difirió la situación para un nuevo acuerdo general, celebrado este martes. Por una abrumadora mayoría de 10 a 1 se excluyó a Hornos de la subrogancia. La voz cantante la llevó Alejandro Slokar, elegido presidente del tribunal para el próximo ejercicio. En solitario, solo el propio Hornos votó en disidencia.
Gustavo Hornos es uno de los jueces cuestionados por haber mantenido numerosos encuentros con el ex presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada y la Quinta de Olivos. Cuando el tema tomó estado público, Hornos dejó trascender que sus incursiones a la Casa Rosada tuvieron que ver con el conocimiento "social" que tenía con el entonces presidente. Slokar ya había manifestado el escandalo institucional que esta situación generaba, al punto de comprometer la representación del cuerpo al quedar en manos de un juez fuertemente cuestionado por aquellas visitas subrepticias de las cuales nunca quiso dar explicaciones a sus colegas.
Además de los cuestionamientos institucionales, las visitas se judicializaron a partir de las denuncias de diputados nacionales del Frente de Todos (FdT). La causa fue impulsada por la fiscal Alejandra Mangano que en su requerimiento de instrucción sostuvo que "se deberá establecer si dichos encuentros entre el expresidente de la Nación y el Juez de Cámara fueron la ocasión para una influencia indebida por parte del primero para la resolución de casos judiciales".
Ayer, el juez Sebastián Casanello requirió a la Secretaría General de la Presidencia que informe si “registra una visita a la Quinta Presidencial de Olivos el día 6 de septiembre de 2019”. Es decir, si Mariano Llorens, flamante presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py y vicepresidente de la Asociación de Magistrados, se reunió con Mauricio Macri mientras era presidente, tal como reveló El Destape en la saga de notas que integraron la investigación Operación Olivos.
Que Llorens entró es un hecho; que fue a ver a Macri también, él mismo lo confirmó; que esa reunión no tiene justificación también, ya que en ese momento Llorens no tenía ningún cargo institucional. Con todo esto, Casanello busca determinar a qué hora entró y salió, con qué vehículo fue, quién lo autorizó, con quién se reunió, si figura el motivo y a qué dependencia de la residencia presidencial concurrió.
Casanello pidió esta información el viernes pasado, en el marco de una causa en la que se apunta contra el novel presidente de la Cámara Federal porteña por su encuentro con Macri y la explicación oficial que dio por aquel cónclave: que fue a conversar sobre cuestiones institucionales. Pésima explicación; Llorens sólo era un camarista federal, por cuyo escritorio pasaban causas sensibles para el interés de Macri, pero no tenía ninguna otra responsabilidad institucional en el ámbito judicial ni político.