En el último mes viró la posición intransigente de Juan Schiaretti de mantenerse prescindente con su senadora y esposa Alejandra Vigo; y sus tres diputados del bloque Córdoba Federal al proyecto de ley que avala el entendimiento de la Casa Rosada con el Fondo Monetario Internacional.
Ahora, los diputados schiarettistas Natalia de la Sota, Ignacio García Aresca y Carlos Gutiérrez votarán a favor del acuerdo de Argentina con el Fondo, para renegociar los pagos de la deuda de US$ 44.000 millones contraída por Mauricio Macri, de la que gran parte fue fugada a través del pago a bancos internacionales.
Con el avance de los enfrentamientos entre las tropas rusas y ucranianas y el endurecimiento de las condiciones para acceder a créditos internacionales blandos, desde el Centro Cívico, sede del Gobierno provincial, confiaron a El Destape que los diputados cordobesistas levantarán la mano: “Todo el bloque Interfederal votará a favor”.
El proyecto que se negoció en Comisiones y saldrá aprobado tiene sólo tres artículos y se limitará a autorizar al Presidente a realizar “operaciones de crédito público” con el FMI, en el marco de un acuerdo de facilidades extendidas.
Hasta los primeros días de febrero, el bloque schiarettista había anunciado que daría quórum, pero que se abstendría de votar el proyecto oficialista. Sus compañeros de bancada del Interbloque Federal los habían criticado por esa indefinición.
Vigo, en su doble función de senadora y esposa de Schiaretti, ya había adelantado que Córdoba “no quiere que Argentina entre en cesación de pagos” y advirtió que “el plan económico es responsabilidad del Presidente de la Nación”. Lo que quieren decir los cordobeses es que “vamos a firmar el acuerdo para no entrar en default, pero no vamos a ser socios del ajuste”, señaló una voz que integra la mesa chica del schiarettismo.
Más allá de que Córdoba hará valer este apoyo a la Casa Rosada, hay un dato objetivo que está ligado a las finanzas provinciales, por esa razón, si Argentina entra en cesación de pagos, a Córdoba se le complica su frente externo: la deuda en dólares de la provincia regida por Juan Schiaretti trepa a US$ 1.700 millones y fue refinanciada a principios de 2021. En este 2022, Córdoba debe desembolsar US$ 359 millones.
Quién hizo entrar en razones al gobernador cordobés fue su par jujeño, Gerardo Morales, un camaleónico que mantuvo estrechas relaciones con su conmilitón de Cambiemos, Mauricio Macri; y ahora hacer valer su relación con Sergio Massa y se muestra como un radical acuerdista con las políticas macro del Frente de Todos. El 18 de febrero pasado, Morales visitó a Schiaretti y allí le confió que había intentado convencer a los diputados y senadores cambiemitas de la necesidad de acordar con el FMI: “Actuemos con responsabilidad, no miremos para otro lado. Esa deuda la tomamos en nuestro Gobierno, tenemos que hacernos cargo”, le dijo hace 20 días el jujeño al cordobés. Este martes, en el Congreso, Morales ratificó su posición: “La deuda la tomamos nosotros y me hago cargo. Fue una decisión de nuestro Gobierno”.
El portazo de Máximo Kirchner, renunciando a la presidencia del bloque oficialista; y el abandono de sus bancas de los legisladores del PRO en la apertura de sesiones del Congreso le sirvió a Schiaretti para cambiar de rumbo y mostrarse como un moderado: “Estamos viendo cómo otros bloques se manejan con irresponsabilidad. La renuncia de Máximo, el Presidente que necesita del respaldo de la oposición y los provoca, la reacción del PRO de levantarse e irse y sus socios que se queden ahí, en sus bancas. Hay una irracionalidad en general de la que no podemos ser copartícipes”, dicen en voz baja en el schiarettismo. También dicen que “no se puede votar en contra, hay que acordar. No tenemos mucho margen”. En público, desde el peronismo cordobesista señalan que apoyarán el acuerdo, “porque el país lo necesita” y recuerdan que votar todas las leyes de Mauricio Macri entre 2015 y 2019 fue para “garantizar la gobernabilidad, como lo hemos hecho con el Gobierno desde 2019, cuando le creímos conveniente”.
El viraje
La primera cordobesa que dejó ver el apoyo al acuerdo fue la diputada Natalia de la Sota, hija del gobernador José de la Sota fallecido en 2018: “El acuerdo es necesario para salir de la asfixiante inestabilidad, y también es necesario desde lo político, para terminar con la desconfianza institucional; está claro que la peor situación es caer en default”. De la Sota tiene diálogo fluido con el presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, debido a la amistad que forjaron el líder del Frente Renovador con el padre de la diputada cordobesa.
El diputado Ignacio García Aresca, quien responde al intendente capitalino Martín Llaryora, ya participó de las reuniones de comisión y en la exposición de Martín Guzmán y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. También se reunió con empresarios y la CGT. García Aresca también tiene diálogo con Massa: en 2013, cuando Martín Llaryora era intendente de San Francisco, se plantó y le hizo frente a las listas de De la Sota y Schiaretti. El joven Llaryora tenía el guiño de Sergio Massa, el gran ganador de las legislativas de ese año. Cuando se fue de San Francisco a Diputados, Llaryora dejó en la Municipalidad a García Aresca, un amigo de la adolescencia. En el Congreso, García Aresca tejió una relación con Massa, el amigo de su jefe político.
“Desde el bloque de Córdoba Federal se decidió aprobar la refinanciación de la deuda, pero no el plan económico que se anexa. Buscamos mirar hacia adelante, buscar un acuerdo para que el país no entre en default y después, buscar la mejor forma de afrontar el pago sin arrastrar a la Argentina a una política de ajuste”, advirtió García Aresca.
El diputado schiarettista le dijo a El Destape que “nuestro bloque y nuestro gobernador Juan Schiaretti sostenemos que si las finanzas públicas nacionales entran en default, habrá inaccesibilidad en el financiamiento para provincias y municipios. Por eso acompañaremos la refinanciación para impedir que la Argentina entre en default, porque eso significa un perjuicio tanto para un gobierno nacional como para los provinciales y municipales. Pero no vamos a apoyar la política económica que el Frente de Todos quiere llevar adelante”.
Y agregó: “En la reunión de comisión le manifesté al ministro de Economía, Martín Guzmán algunas cuestiones que tienen que ver con el ajuste ¿Cómo sigue el proyecto económico? ¿Qué criterios va a tomar en un tema tan importante como son los subsidios al transporte? ¿Qué criterios se van a tomar para la nueva distribución de subsidios? La ecuación no cierra si bajan los subsidios y por la guerra de Rusia y Ucrania aumentan los combustibles. Lo mismo ocurre con la energía o las retenciones al agro. Desde Córdoba Federal presentamos un proyecto para la baja escalonada en las retenciones a las exportaciones agropecuarias, pero desde el Gobierno alegan que por efecto de la guerra aumentó el precio del petróleo y por ello aumentan las retenciones”.
El jefe del triunvirato schiarettista, Carlos Gutiérrez, es la voz y el pensamiento del gobernador de Córdoba en Diputados. Cuando habla Gutiérrez, habla Schiaretti: “No podemos ser copartícipes de la irracionalidad. Ante este escenario, no podemos sostener la abstención como estrategia”, batió el parche la última semana el operador de Schiaretti en el Congreso, poniéndose como un mesurado frente a las posiciones del PRO y de la Cámpora.
Apoyo crítico
En la línea de apoyo crítico al acuerdo con el FMI, desde el Gobierno de Córdoba se despegan del ajuste que exige el FMI: “El Presidente necesita que el acuerdo salga por el Congreso, no vamos a poner palos en la rueda, no somos irracionales. Pero que el Presidente se haga cargo de la implementación del acuerdo, si hay ajuste, será la letra chica que escribieron el Presidente y el ministro (Martín) Guzmán, no nosotros”, razonan en el Centro Cívico.
En los despachos cordobeses sostienen que “habrá un aumento de tarifas de alto impacto en el AMBA, ese costo político lo deberá pagar el Presidente. Nosotros no vamos a poner palos en la rueda, no somos irracionales. Pero que el ajuste, principalmente en el AMBA, se hagan cargo los que aprueben cada artículo de la ley”.
Más allá de mostrar mesura, Schiaretti necesita cumplir con los compromisos financieron de 2022 y 2023 para lograr perpetuar al peronismo cordobesista en el Centro Cívico a base de obra pública. Sin el flujo de capitales, el gobernador no tendrá qué mostrar para seducir a los votantes de derecha, el mismo núcleo que comparte con Juntos por el Cambio.