La mesa chica de la CGT se reunirá este jueves para decidir una movilización en agosto en protesta contra los aumentos de precios, tal como lo vienen reclamando desde los sectores más combativos de la central como el que encabeza el camionero Pablo Moyano y desde las dos CTA. El encuentro se producirá en un contexto de tensión, en el que dirigentes gremiales y sociales pertenecientes al Frente de Todos salieron a expresar su rechazo al paquete de medidas de contención del gasto anunciadas por la ministra de Economía, Silvina Batakis. Incluso, como en el caso del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de Juan Grabois, adelantaron un plan de lucha contra el Gobierno si en los próximos días no tienen respuesta a algunos de sus reclamos.
Hace varios días que el sector que encabeza Pablo Moyano, uno de los tres secretarios generales de la central sindical, viene proponiendo que la CGT se movilice contra las formadores de precios, como una forma de llevar a la calle los reclamos de los trabajadores y no perder protagonismo. La conducción de la central sindical mantiene una buena sintonía con el presidente Alberto Fernández, quien los recibió días pasados en Olivos para adelantarle algunas líneas de lo que luego anunciaría Batakis y ponerse de acuerdo sobre las políticas de recomposición salarial. Los jefes gremiales no quieren saber nada con los aumentos por decreto o de suma fija y quieren que se mantenga el esquema de paritarias anticipadas, donde pueden hacer valer su peso político. Pero el paquete anunciado por Batakis el lunes, muy dirigido a los mercados financieros, activó las alertas.
En una reunión muy reducida de los principales jefes gremiales realizada el martes pasado en la sede de UPCN, convinieron en hacer lugar a la propuesta y convocar a una gran movilización sindical para agosto, que no tendría epicentro en la Plaza de Mayo como para no generar interpretaciones equivocadas sino en la 9 de Julio. Si bien la protesta estará dirigida contra los formadores de precios, también de alguna manera expresará el malestar de los trabajadores frente a la pérdida de poder adquisitivo por culpa de la inflación galopante. Desde la CTA de Hugo Yasky también alentaban una movilización de ese tipo, a la que agregaban consignas propias como el salario básico universal y la aprobación de los proyectos para gravar la renta inesperada y pagar la deuda con los dólares fugados.
"Batakis le habló a los operadores financieros, a los representantes de los grandes monopolios y empresas del país y no a las familias", se quejó públicamente Yasky, que además es diputado del Frente de Todos alineado con el kirchnerismo. Sindicalistas cercanos como el docente Roberto Baradel y el estatal Daniel "Tano" Catalano también se expresaron en similar dirección, con reclamos puntuales respecto a sus representados. Ante el silencio público de la vicepresidenta Cristina Kirchner y del diputado Máximo Kirchner quedó flotando la duda respecto al real apoyo interno del Frente de Todos al paquete de medidas. Por cierto, no hubo las críticas que seguramente hubiera recibido Martín Guzmán ante anuncios por el estilo.
Sin dudas, la señal más discordante fue la asamblea de este miércoles en el hall de la estación Constitución de Grabois -un dirigente social con llegada tanto a Cristina como a Máximo- junto con el referente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, y el dirigente de la CTA Autónoma Hugo "Cachorro" Godoy, entre otros, donde anunció una jornada de paro y protestas para el 20 de julio si para entonces no había respuestas a sus reclamos: salario básico universal de 15 mil pesos para trabajadores informales, aumento salarial para los empleados públicos y privados, una suba para los jubilados que cobran la mínima y un aguinaldo para los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo.
Grabois se enojó de entrada con la ministra Batakis cuando en su primera entrevista descartó la posibilidad de otorgar un salario básico universal, un proyecto que los diputados del Frente Patria Grande llevaron al Congreso. Según se comenta, Cristina Kirchner también se habría convencido de la inconveniencia de lanzar esa propuesta en este momento, pero no lo manifestó en público. Dirigentes cercanos al Presidente se mostraron ayer enojados por la situación. "Es increíble que el mismo día que la Mesa de Enlace hace un paro para desestabilizar al Gobierno, ellos van y arman esto en Constitución", se quejaban. "Cristina habló con Batakis y se supone que ella apoya todo lo que se anunció. Pero los dirigentes que le responden parecería que no piensan lo mismo, es muy raro", agregaba.
En esta situación, el Presidente recibió por la tarde en su despacho a referentes de organizaciones sociales alineadas al Gobierno nacional nucleadas en la UTEP. “El encuentro fue muy positivo porque estuvimos hablando de la situación a partir de los allanamientos a los comedores, merenderos, casas particulares de compañeros y compañeras, tanto en Capital, 3 de Febrero, La Matanza y en Jujuy, todas en la misma semana”, expresó Esteban "Gringo" Castro, secretario general de la UTEP. Fernández prometió recibir a todos los afectados. La UTEP confirmó de todas formas para esta tarde una feria de productos frente al Congreso en reclamo por una empresa nacional de alimentos.
Todos estos condimentos estarán en el análisis del encuentro de la mesa chica de la CGT de este jueves. Según una versión que circuló ayer, una delegación cegetista -se mancionaba a Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez y José Luis Lingeri- se habría reunido con Cristina Kirchner en el Senado para conocer su posición respecto a las decisiones tomadas por Economía. De confirmarse este rumor, la jefatura de la central obrera contará con información de primera mano para resolver el perfil de la movilización que lanzarán para los próximos días.
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