Perón: las mejores 5 frases de su último discurso en la Casa Rosada

Se cumplen 47 años del último discurso de Juan Domingo Perón en la Casa Rosada. Qué fue lo que dijo y las mejores frases que le dejó al pueblo argentino.

12 de junio, 2021 | 14.55

Corría el año 1974. Y la mañana del 12 de junio no fue un día cualquiera: Juan Domingo Perón hablaba en la Plaza de Mayo ante miles de personas que, cada vez que dejaba de pronunciar un comentario, lo envolvían con vítores y un inmenso alboroto. Sin embargo, nadie se imaginaba que aquel sería el último discurso que brindaría en el lugar donde el pueblo argentino lo quería ver.

Con un sobretodo gris, y detrás de los micrófonos de Canal 7 y LRA, Perón brindó un discurso sumamente histórico, en un contexto complicado. Mientras la Argentina vivía en democracia -el Oficialismo había ganado por el 62% de los votos en octubre de 1973-, en países de la región como Chile, Uruguay y Bolivia se vivían golpes cívico-militares.

Pese a que en los primeros días de junio corrían rumores de que podría renunciar a la presidencia, y que el 1° de mayo se produjo un quiebre con un sector de los Montoneros, el General continuó firme en su cargo. Y el Pueblo, siempre leal a sus ideas, lo acompañó en la Plaza de Mayo para manifestarle su apoyo y brindarle una nueva muestra de amor.

La Plaza de Mayo el día del último discurso de Juan Domingo Perón, en 1974.

Con 78 años, y la voz un poco más enronquecida, Perón habló durante más de diez minutos; mientras una multitud lo interrumpía con gritos, cánticos y ovaciones típicas como la de "Perón, Perón" . Además de haber resaltado la importancia del Pueblo en la lucha por defender la Patria, también envió un mensaje alarmante. Pese a que la democracia había vuelto en 1973, y casi como si fuera una premonición del Golpe de Estado que se vendría en 1975advirtió que había un "enemigo" que crecía y podía atacar.

Juan Domingo Perón, en su último discurso en la Casa Rosada.

El 1° de julio de 1974, tan sólo 19 días después del célebre discurso, el General fallecería y luego se desataría una nueva dictadura en la Argentina, la más sangrienta. Aun así, las palabras y su legado quedarían para siempre marcada a fuego en la historia.

Las mejores 5 frases del último discurso de Juan Domingo Perón

  1. "Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas".
  2. "Nosotros no defendemos ni defenderemos jamás otra causa que no sea la causa del Pueblo".
  3. "Deseo aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada uno de ustedes que se transforme en un vigilante observador de todos estos hechos que quieran provocarse y que actúe de acuerdo con las circunstancias".
  4. "Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y de la Provincia de Buenos Aires me trae el mensaje que yo necesito".
  5. "Llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino".

Completo: el último discurso de Juan Domingo Perón en la Casa Rosada

“Compañeros:

Retempla mi espíritu estar en presencia de este pueblo que toma en sus manos la responsabilidad de defender la patria. Creo, también, que ha llegado la hora de que pongamos las cosas en claro. Estamos luchando por superar lo que nos han dejado en la República y, en esta lucha, no debe faltar un solo argentino que tenga el corazón bien templado.

Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo, y cuando éste se decide a la lucha, suele ser invencible.

Hoy es visible, en esta circunstancia de lucha, que tenemos a nuestro al pueblo, y nosotros no defendemos ni defenderemos jamás otra causa que no sea la causa del pueblo.

Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una o en otra dirección; pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin dejarnos influir por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda.

EI Gobierno del Pueblo es manso y es tolerante, pero nuestros enemigos deben saber que tampoco somos tontos.
Mientras nosotros no descansamos para cumplir la misión que tenemos y responder a esa responsabilidad que el pueblo ha puesto sobre nuestros hombros, hay muchos que pretenden manejarnos con el engaño y con la violencia. Nosotros, frente al engaño y frente a la violencia, impondremos la verdad, que vale mucho más que eso. No queremos que nadie nos tema; queremos, en cambio, que nos comprendan. Cuando el pueblo tiene la persuasión de su destino, no hay nada que temer. Ni la verdad, ni el engaño, ni la violencia, ni ninguna otra circunstancia, podrá influir sobre este pueblo en un sentido negativo, como tampoco podrá influir sobre nosotros para que cambiemos una dirección que, sabemos, es la dirección de la Patria.

Sabemos que en esta acción tendremos que enfrentar a los malintencionados y a los aprovechados. Ni los que pretenden desviarnos, ni los especuladores, ni los aprovechados de todo orden, podrán, en estas circunstancias, medrar con la desgracia del pueblo.
Sabemos que en la marcha que hemos emprendido tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener; pero, fuerte con el concurso organizado del pueblo, nadie puede ser detenido por nadie.

Por eso deseo aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada uno de ustedes que se transforme en un vigilante observador de todos estos hechos que quieran provocarse y que actúe de acuerdo con las circunstancias.

Cada uno de nosotros debe ser un realizador, pero ha de ser también un predicador y un agente de vigilancia y control para poder realizar la tarea, y neutralizar lo negativo que tienen los sectores que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender.
Compañeros, esta concentración popular me da el respaldo y la contestación a cuanto dije esta mañana.

Por eso deseo agradecerles la molestia que se han tomado de llegar hasta esta plaza. Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires me trae el mensaje que yo necesito.
Compañeros, con este agradecimiento quiero hacer llegar a todo el pueblo de la República nuestro deseo de seguir trabajando para reconstruir nuestro país y para liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el último aliento.

Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino".