El 17 de octubre tiene un significado muy especial: es el Día de la Lealtad. Y pese a que esta jornada representa el amor y la convicción por el peronismo, del otro lado de la histórica grieta también hay sectores movilizados por el odio y autodenominados antiperonistas. Tal y como le pasó a Cristina Kirchner el pasado 1° de septiembre, con el intento de magnicidio que padeció en la puerta de su casa, Juan Domingo Perón sufrió varios intentos de asesinato en diferentes etapas de su vida.
Un día como hoy, pero de 1945, una gran movilización obrera y sindical se autoconvocó y marchó hacia la Casa Rosada para exigirle a la Junta Militar la liberación de Perón, a quien detuvieron el 13 de octubre y llevaron preso a la isla Martín García. ¿El motivo por el que lo procesaron? Se negó a renunciar a sus cargos como vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión, y luego brindó un discurso.
Ante la presión social, los militares liberaron al General, quien luego brindó un discurso en la Plaza de Mayo frente a una multitud. A partir de aquel momento surgió el peronismo, aunque también comenzó a construirse un sentir antiperonista colmado de odio y resentimiento contra el sector que se identificó por defender a las clases populares. Lamentablemente, Perón sufrió esto último en carne propia: fue perseguido en muchas oportunidades y hasta sufrió varios intentos de asesinato. Incluso, algunos no son de público conocimiento o no tomaron tanta trascendencia.
Las veces que quisieron matar a Perón
El primer intento de asesinato a Perón
La primera vez que intentaron matar a Juan Domingo Perón fue el 15 de mayo de 1953. Aquella jornada, un grupo de militantes de la UCR colocó tres bombas: en el Banco Italiano, en el hotel Mayo y también en la estación Plaza de Mayo del subte A. Mientras tanto, el entonces presidente de la Nación brindaba un discurso en el balcón de la Casa Rosada, donde una multitud lo escuchaba atentamente. El atentado dejó un saldo de 6 muertos y más de 90 heridos.
El segundo atentado contra Perón
El 16 de junio de 1955 tuvo lugar un hecho escalofriante y oscuro en la historia argentina. Un grupo organizado de militares y civiles ultraopositores al peronismo bombardearon la Plaza de Mayo con el objetivo de asesinar y derrocar a Juan Domingo Perón. Más de 300 personas resultaron asesinadas y más de 1.200 terminaron heridas. El presidente de la Nación logró escapar, luego le entregó el poder al Ejército y se refugió en Paraguay. En total estuvo 18 años exiliado: volvió al país brevemente el 17 de noviembre de 1972.
El día que intentaron asesinar a Perón en el exterior y en una fecha patria
A Juan Domingo Perón también lo quisieron asesinar en el exterior. Fue en 1957 y nada menos que el 25 de mayo, fecha en la que se conmemora la Revolución de Mayo de 1810. Tras mantenerse refugiado en países como Paraguay, Panamá, Nicaragua, aquel año se mantuvo en la ciudad de Caracas (Venezuela). El coronel Héctor Cabanillas y al sargento primero Sorolla, quienes años después negociaron para devolver el cadáver de Eva Perón, fueron algunos de los encargados de diagramar el plan que finalmente falló.
Tres días después del hecho, el diario Nacional de Caracas escribió un artículo al respecto detallando lo que pasó: "Una bomba de tiempo, que se supone fue conectada a medianoche al sistema de encendido del motor, estalló a las siete y cinco de la mañana del día sábado dentro del automóvil del ex presidente Juan Domingo Perón". Y agregaron: "El proyectil estalló ruidosamente haciendo volar la tapa del motor del vehículo cuando el chofer Isaac Gilaberte iba en busca del ex mandatario. El pequeño carro se incendió a medias por la explosión y 82 ventanas se fragmentaron en 17 departamentos de tres edificios de la cuadra".
El testimonio del último médico de Perón
Pedro Ramón Cossio, médico que atendió a Juan Domingo Perón hasta el día de su muerte, sostuvo que el hombre que logró ganar tres veces las elecciones a través del voto popular le confesó que tenía temor de que lo asesinaran. Según relató en junio de 2014 en diálogo con La Prensa, en 1973 el General le comentó: "A mí no me internan en ningún lado porque en Ezeiza me quisieron matar".
En tanto, Cossio dejó en claro que Perón "no se sentía seguro ni siendo presidente de la República". Y advirtió: "Él creía y murió convencido de que grupos de izquierda lo querían matar. A mí me lo dijo dos o tres veces".