Una por una: todas las críticas del arzobispo a Javier Milei en el Tedeum

El arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, pronunció un discurso del Tedeum por el 25 de Mayo con fuertes críticas a las políticas del gobierno de Javier Milei.

25 de mayo, 2024 | 10.57

El arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, pronunció una homilía del Tedeum por el 25 de Mayo que se caracterizó por sus fuertes críticas a las políticas del gobierno de Javier Milei. Si bien anticipó que su discurso de Mayo buscaba "una reflexión de todos los actores de la sociedad argentina" fue contundente contra el mandatario y su gabinete.

"No podemos hacernos los tontos, hay que acompañar con hechos y no con palabras los esfuerzos de la gente. Por eso siguen doliendo algunas acciones de la diligencia contra la ciudadanía de pie como los autos aumentos de sueldos de algunas semanas atrás”, fue una de las frases puntuales del cardenal primado de la Argentina contra el mandatario.

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Manos paralizadas para los pobres

Cuerva comenzó su discurso refiriéndose a “las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen”. 

En este maco, pidió a Dios que nos preserve "de las manos manchadas con sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción en la coima de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia”.

Críticas por el hambre y las políticas previsionales 

Durante su intervención, Cuerva exigió "tomarse en serio las parálisis del pueblo" y no postergarlas "en nombre de un futuro prometedor", al tiempo que alertó sobre los graves indicadores sociales que sufre el país. "Tenemos que tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo. Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar: su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad”, apuntó.

En este marco, sostuvo que se trata de “un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir: la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad, son algunos de esos ejemplos impostergables".

Desde la Catedral Metropolitana, el referente del purpurado local señaló que la mirada de Jesús "alerta sobre la insensibilidad con los más desprotegidos, reclama mayor compromiso y cercanía con los que sufren". Además, ante la atenta mirada del presidente Javier Milei, apeló a la "conciencia" de cada uno: "En estos tiempos difíciles, ¿qué estoy haciendo por los más pobres y los que sufren? ¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta, sin echar culpa como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargos, incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que tanto necesita escuchar alguna vez nuestro pueblo?".

Crítica a los aumentos de Milei y funcionarios 

El arzobispo aseguró que "nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande y nosotros no podemos hacernos los tontos. Hay que acompañar con hechos y no sólo con palabras ese enorme esfuerzo de nuestra gente”. Por lo que aseguró que “por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos de algunas semanas atrás".

Frente al jefe de Estado y los miembros del Gabinete, García Cueva pidió "eliminar la doble vara" a la hora de juzgar a la política y remarcó: "No es lo mismo unirse que confabular; no es lo mismo fraternizar y forjar la cultura del acuerdo que ser cómplice del mal con el sólo ánimo de destruir al otro, de pensar estrategias para que al otro le vaya mal, creyendo que cuanto peor, mejor". "Éso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la Patria: es como un sismo que no nos permite nunca ponernos de pie", expresó el cardenal primado de la Argentina.

Y continuó: "El pasado nos enseña que todo lo que amamos se puede destruir en base a la instrumentalización y el odio, ya que priva al cuerpo social de las defensas naturales contra la desintegración y la fragmentación social, rédito instantáneo para los saqueadores de turno e incapacidad presente para pensarnos como Nación".

Antes de iniciar la oración del Padre Nuestro, el cardenal primado de la Argentina expresó: "Pidamos para que no caigan en el esfuerzo todos los hermanos que están haciendo tanto esfuerzo para salir adelante".

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