Faltan menos de 4 días para la primera apertura de sesiones ordinarias de Javier Milei. Este viernes enviará su primer mensaje a la nación ante la Asamblea Legislativa por cadena nacional. Trazará el presente y el futuro del rumbo de gobierno. Es en ese marco que en la tarde del lunes, el integrante de la mesa chica y funcionario de extrema confianza presidencial, Santiago Caputo, mantuvo un extenso encuentro con la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
La reunión de casi dos horas se desarrolló en las oficinas de la presidencia del Senado bajo un profundo hermetismo. “No podemos decir nada sobre lo que trataron en ese encuentro”, señalaron desde su despacho.
El eje fue transmitirle a la titular del cuerpo y conductora de la Asamblea Legislativa las exigencias del Presidente para su primera apertura. Entre ellas, el ya comunicado cambio inédito de horario para el acto - que históricamente es al mediodía - y que en esta oportunidad se realizará a las 21hs. La modificación fue impulsada por el propio Caputo en su afán de estetizar la administración libertaria a la de las tradiciones norteamericanas.
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Además, se comunicó el pedido de Milei para que el viernes haya un atril desde el cual pronuncie su discurso. Esta vez no será desde el escritorio de la Cámara ladeado por el resto de las autoridades de la Asamblea.
El cara a cara entre Caputo y Villarruel se dio en un momento de máxima tensión entre la vicepresidenta y su compañero de fórmula. El diálogo entre ellos es mínimo. El Presidente la mira con desconfianza desde la reunión que la defensora de represores mantuvo a solas y en secreto con Mauricio Macri en noviembre cuando se estaba armando el Gabinete nacional. En privado niega que se hayan multiplicado los encuentros con el ex presidente aunque deja correr esas versiones. Caputo también habla con Macri.
Caputo y Villarruel además se encontraron en medio de la inminente caída del mega DNU de Milei en la Cámara Alta. El oficialismo no cuenta con los votos para su aprobación y los oficios de la vicepresidenta resultaron inútiles ante la escalada de conflictos entre Nación y las provincias que derraman en los senadores. El trabajo Villarruel es valorado por los bloques antikirchneristas, ya que recibe a los senadores e intenta armar una agenda legislativa de consenso. Sin embargo, la intransigencia de Milei atenta contra su táctica. El desenlace del conflicto con las provincias del sur será determinante para el rechazo o aprobación del decreto cuyo tratamiento se precio figura para el 7 de marzo.
Ella se mueve con independencia dentro y fuera del Senado con acciones que marcan fuertes gestos de autonomía, construcción de poder propio y distancia de las formas del Gobierno. “Está para tocar la campanita”, disparan desde la cercanía presidencial en Casa Rosada, en un intento por reducir al mínimo su responsabilidad institucional. El Presidente, sin embargo, vio con buenos ojos la disputa provocada en el Senado por la remoción del busto de Néstor Kirchner aunque no había sido consultado ni estaba al tanto. Ella no anticipa sus pasos.
Este fin de semana, en medio de la máxima tensión entre el Presidente y los gobernadores, Villarruel se desmarcó del conflicto y pidió “cohesión entre los argentinos” en un acto junto al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés.
La semana pasada también se distanció del cuestionable tratamiento que el Gobierno hizo de la visita del Canciller del Reino Unido David Cameron a las Islas Malvinas. En esa coyuntura, Villarruel anunció la organización de un gran desfile militar para el 2 de abril en homenaje a los héroes de Malvinas.
Además, se anticipó a la llegada de la comitiva presidencial a Corrientes y encabezó reuniones con varios gobernadores. Nadie en Casa Rosada estaba al tanto.