El presidente Javier Milei desmanteló de forma casi definitiva la Línea 144 que brindaba atención telefónica especializada a mujeres víctimas de violencia de género durante las 24 horas, los 365 días del año, y otros programas del ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Desde 1992, es la primera vez que el país no cuenta con organismos específicos de género, y ya incumple con Tratados Internacionales de jerarquía constitucional.
El Ministro de Justicia Mariano Cuneo Libarona, anunció vía redes sociales: “Hemos despedido al 85% de los empleados del ex Ministerio de la Mujer”, casi como si se tratara de un logro obtenido por La Libertad Avanza. Además, expresó: “Los restantes pasarán a cumplir funciones dentro de la órbita de la Dirección de Protección a la Familia y asistirán a todos los argentinos que atraviesen una situación de violencia y riesgo”.
Uno de los programas más afectados es la Línea 144, que fue creada para dar cumplimiento a la Ley 26.485 de “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres”. Este espacio de contención y asesoramiento, contaba con un equipo integral interdisciplinario para asistir a personas en situación de violencia, y también para conocidos, familiares, o amigos que quisieran dar asistencia. Durante su funcionamiento, los psicólogos, abogados y trabajadores sociales atendieron más de un millón de consultas.
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A partir del vaciamiento determinado por Milei, este centro de llamadas solo cuenta con dos empleadas que deberán recepcionar, asesorar, y derivar las consultas de todo un país. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), sostienen que “resulta imposible garantizar la continuidad” en estas condiciones y solicitan la reincorporación inmediata de los despedidos.
El desguace de las políticas de género responde a la ideología impuesta por La Libertad Avanza desde su asunción como partido oficialista. Está a la vista la intención de eliminar, o modificar nombres y funciones de aquellos espacios donde se promueve la igualdad y la diversidad como el ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. La existencia de estos organismos no responde a una lógica caprichosa, sino a una problemática que requiere intervención del estado y que Argentina reconoció como tal mediante su participación en convenios internacionales.
El desconocimiento de Javier Milei en torno a la violencia de género, y el odio hacia las disidencias que provoca muertes, como por ejemplo el ataque lesboodiante de Barracas, no disminuye su gravedad, ni elimina el problema de raíz. Sólo pone en evidencia su falta de cumplimiento de las leyes vigentes y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belem do Pará).
Por otra parte, especialistas denuncian que el Equipo Interdisciplinario de la Dirección de Abordaje Integral de casos de Femicidios, Travesticidios, Transfemicidios y Delitos contra la Integridad Sexual, también sufrió despidos y está funcionando de forma reducida con muy escaso personal.
Entre chicanas en redes sociales y vaciamiento de políticas públicas de género, las estadísticas de violencia continúan aumentando de forma alarmante: En lo que va del año, más de 120 mujeres fueron asesinadas por razones de género.