El diputado nacional de Hacemos Coalición Federal, Nicolás Massot, apuntó contra el rumbo que está tomando el Gobierno nacional, marcó que "al final, la casta éramos todos" y aseguró no entender los comportamientos del presidente Javier Milei, al chocar constantemente con los demás partidos políticos. El último viernes, pasadas las 18, Diputados votó y aprobó en general la Ley Ómnibus -con el afirmativo de Massot- y el próximo martes retomarán el trámite parlamentario para discutir artículo por artículo.
En diálogo con El Fin de la Metáfora, por Radio Con Vos, el legislador marcó que "los agravios, amenazas y aprietes del Presidente hablan más de él" y señaló que es "hasta tragicómico" que continúe asegurando que no negocia cuando "funcionarios de él vivieron en el Congreso hasta la última semana negociando" diversos artículos de la megaley. En esa línea, apuntó: "El que queda mal es el Presidente, la realidad va por otro lado. Cuando uno tiene en claro eso, que lo que diga él a uno lo tiene sin cuidado, todos más o menos tenemos una cuota razonable de autoestima y amor propio y cuando uno tiene claro lo que quiere para el país... Después el reproche es 'qué mala suerte tuvimos en el reparto de líderes', que no nos haya tocado otro tipo de líder".
"Yo no voto para quedar bien con el presidente ni para darle gobernabilidad o ayudar un gobierno. Voto porque creo que las cosas en la Argentina tienen que ocurrir. Todo lo que objetamos, hoy no está en la ley como el ajuste a jubilados y las retenciones. Eso no iba a pasar jamás", sostuvo firmemente Massot.
Por otro lado, aseguró que las formas del Gobierno para financiar el déficit "es lo menos liberal que uno puede pensar" y cuestionó fuertemente el supuesto "pragmatismo" de Milei. "Está muy bien en la medida que tenga rumbo... Acá lo que no queda claro es cuál es el rumbo. Tiene que ser en el margen, no en el fondo; eso es incoherencia", lanzó. En esa línea, observó que el único horizonte existente -al parecer- "es una obsesión por lo recaudatorio para tratar de cerrar el déficit más por ingreso que por gasto" y apuntó: "No le veo un plan productivo, no le veo un plan de estabilización serio, ni una política de ingresos. Están de acuerdo en indexar todos los gastos de la economía, todos los precios salvo el del trabajo -el salario o el ingreso- y eso es una gran inconsistencia en cualquier plan de estabilización de precios relativos".
Ante esta obsesión que marcó el diputado nacional, sostuvo que "el riesgo es evidente, no es una estabilización de precios sino una licuación de ingresos" y que si bien fue lo planteado a la sociedad por el máximo mandatario durante la campaña electoral, "él hizo hincapié en que (el ajuste) no lo iba a pagar la 'gente de bien', en sus palabras, sino la casta. Al final la casta éramos todos, eso creo que es lo que la sociedad está empezando a descubrir". Frente a ello, advirtió: "Lo que implica esto es pedirle demasiado a la sociedad, hay que ver si está dispuesta a acompañar y por cuánto tiempo".
Massot acusó al Gobierno de no comprender las tres opciones posibles frente a los objetivos planteados en la primera parte del año. "La peor de todas es que el plan de estabilización no funcione y la inflación no baje acorde a las expectativas, llevándonos a la tan temida estanflación. El otro extremo, si se quiere, el positivo que deben pensar, es que los precios y la inflación empiecen a ceder y bajar y que el shock de reformas genere la suficiente confianza en los agentes de la economía -grandes y chicos- para que en el presente se tomen decisiones relevantes en términos de inversión y generación de empleo", marcó. "Entonces, en la salida de la crisis donde va a haber una gran cantidad desempleo producto de la situación actual, exista un efecto contrario donde la demanda de empleo crezca, ese es el mundo ideal", añadió.
"En el medio hay un escenario que creo es el que estamos viviendo: no entender que las reformas necesitan existir y plantearse, pero para que incidan en la decisión de inversión y empleo, tiene que haber una percepción de estabilidad y durabilidad. La principal trampa que sufrió la Argentina en distintas épocas", advirtió.
Sobre el cierre, Massot criticó el "ruido político" calificándolo de innecesario ya que "quedó en claro que hay una gran mayoría que tiene coincidencias estructurales". Y nuevamente, volvió a cargar contra el presidente Milei: "No se entiende el tiro en los zapatos que el Presidente se pega, como dijo De Loredo. ¿Para qué ir al conflicto gratuito que le pone ruido al éxito de tu plan? No tengo idea de por qué lo hace".
"A veces daría la impresión que el Gobierno tiene más ganas de tener razón, que de tener éxito. De verificar una tesis que planteó en la campaña, esta idea de que el liberalismo son los nuevos 'superhombres' y él es un mesías, que todo el que no concuerda con el gobierno busca intereses particulares. Ahí entran todos, es muy peligroso. Solo Argentina se salva con esta nueva raza de superhombres... Es un gran disparate", concluyó el diputado.