Los votantes de Milei mantienen el crédito pero están cada vez más preocupados

En los focus groups de las encuestadoras entre votantes de Milei en primera vuelta surgen cada vez más voces de desencantados, especialmente entre quienes pertenecen a las clases populares. En cambio, quienes todavía tienen algún resto económico le mantienen el crédito, en la convicción de que es necesario un sacrificio. En este sector, no distinguen ningún opción opositora que los atraiga. 

14 de julio, 2024 | 00.05

Los focus groups que realizan periódicamente las consultoras entre quienes votaron a Javier Milei se parecen a una sesión de terapia grupal en la que los ya desencantados se quiebran y quienes todavía tienen resto económico -los electores con empleo registrado o de nivel socioeconómico más alto- buscan contenerlos, asegurándoles que todavía falta para ver la luz al final del túnel. "Es esto o nada", es lógica que sigue prevaleciendo entre estos electores, según describe Santiago Giorgietta, de la consultora Proyección. Pero la certeza que existe a esta altura acerca de que el peso del ajuste no va a recaer sobre la casta siembra dudas y preocupación entre los votantes de Milei que sufren en carne propia las inclemencias del modelo libertario en marcha.Tampoco ven una opción opositora que resulte atractiva. 

En los focus surge muy notoria la diferencia entre quienes, aunque sea con padecimientos, pueden llegar a fin de mes y quienes ya tiraron la toalla porque se quedaron sin resto. Muchos votantes de Milei -incluso del 30% que lo eligió en primera vuelta- pertenecían a las clases populares y pusieron su boleta en la urna con la idea de que esta vez sería la clase política sobre quien recaería el peso del ajuste. La última medición de la consultora Analogías dio que sólo un 22,5% cree que el Gobierno está ajustando principalmente a la casta mientras que un mayoritario 54,4% ya se convenció que la guadaña recae sobre trabajadores y jubilados.

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En uno de estos últimos focus de Proyección, un ex votante de Milei se largó a contar su historia apenas se ubicaron en sus lugares, antes incluso de que se lo pidieran. "Me está yendo muy mal, el ajuste me está pegando mucho. No pensé que sería así", se descargó el hombre. Tenía claro que durante la campaña se le había ofrecido "libertad", pero que no era libertad lo que estaba recibiendo. “Reducir el gasto público es la frase que me quedó, pero vemos que los políticos se suben el sueldo", fue otra de las conclusiones que destacaron durante los encuentros. Sin embargo, en un mecanismo casi terapéutico, otros participantes les aseguraron a los desencantados que era necesario atravesar este sacrificio para que el país salga adelante.

En un artículo publicado ayer, Giorgietta junto al sociólogo Miguel Zunino y la psicóloga Ana Monsell relacionaron esta creencia con cierta negación de la realidad y la necesidad de depositar sus esperanzas en alguien. "Los votantes de Milei parecen aferrarse a una ilusión de completud y felicidad prometida, incluso cuando algunas pruebas que ellos mismos aportan sobre su economía doméstica puedan mostrar lo contrario. Consideran que los culpables son aquellos que no los han escuchado en gobiernos anteriores", escribieron. Incluso entre quienes todavía tienen resto económico reconocen que tuvieron que recortar salidas o le dejaron de comprar golosinas a sus hijos. Sin embargo, mantienen la idea de que es necesario atravesar esta situación.

En leve baja mes a mes, la imagen positiva de Milei se mantiene en niveles parejos con su imagen negativa. Una sociedad dividida. Por un lado, sus votantes siguen elogiando su franqueza y sus propuestas extremas, que consideran son las necesarias para sacar al país adelante. Por el otro, les preocupa su terquedad y soberbia, y que continúe con su carácter "explosivo e impulsivo". Seguir de conflicto en conflicto, opinan, le generará recurrentes obstáculos para poder llevar adelante sus políticas. “Es un poco soberbio, y tiene que saber que los que los que lo votamos queremos que piense en lo mejor para el país y no que esté pensando en pelearse con las otras fuerzas políticas, no es algo personal", fue otra de las frases subrayadas.

Como siguen depositando las esperanzas en Milei, estos votantes justifican todo lo que haga el Presidente pero comienzan a dirigir algunas críticas a sus colaboradores. La teoría del "entorno", que ya se utilizó en anteriores ocasiones históricas en Argentina. El Presidente no tiene la culpa sino que los ministros que no hacen lo que él les ordena o no tienen capacidad para cumplir su mandato. Entre los hombres, curiosamente, una de las más criticadas es la diputada Lilia Lemoine, que no tiene funciones ejecutivas. Entre las mujeres, en cambio, una de las apuntadas es la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien sí, efectivamente, ya dio muestras de incapacidad de gestión. 

"Ya no puedo ajustarme más, pero hay que esperar", es una de las frases repetidas, según comentó Giorgietta. ¿Cuánto? Es el interrogante. "Parece haber un patrón de resistencia y negación en su comportamiento. A pesar de la incertidumbre y el agotamiento, continúan aguantando sin ver cambios materiales, más allá de vastos gestos simbólicos oficiales. Están en una encrucijada, atrapados entre la incertidumbre y la falta de alternativas claras que los interese", sostuvieron los analistas. Algunos plantean que hasta fin de año, otros hablan de las elecciones del año que viene. Quienes depositaron sus esperanzas en Milei creen que todavía hay darle más crédito y que siete meses es poco para juzgarlo.

Si hay algo que favorece a que un sector importante de ex votantes de Milei lo siga bancando es que no ven en la oposición una opción que los atraiga. “Si fracasa este gobierno a donde vamos a volver, no hay otra opción, es como elegir entre guillotina y fusilamiento. No hay salida. Peronistas y radicales son lo mismo”, fue otra de las frases destacadas en el trabajo. Por ahora, lo que les llega del peronismo son más las diferencias internas que propuestas seductoras. En el sondeo de Analogías, un 45,4% respondió que el peronismo no estaba unido en la oposición al Gobierno y apenas un 26,2% sostuvo que sí. 

Más allá de eso, en Proyección indicaban que un 37/38% se mantenía inclaudicable en su rechazo a todo lo que tuviera que ver con Milei y su gobierno. Un porcentaje casi calcado que el obtenido por Sergio Massa en la primera vuelta, con una base potente en la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof consiguió su reelección con el 45%. "Esos porcentajes se mantienen casi sin variantes y constituyen un piso importante para las legislativas del año que viene", afirmaba Giorgietta.