Se cancela la ley ómnibus y entra a jugar el decreto ómnibus. Por estas horas el gobierno trabaja en los detalles de un DNU extenso que recoge una gran cantidad de desregulaciones en el marco de lo que, desde la propia Casa Rosada, definen como “la mayor reforma del Estado del último siglo”. El proyecto dispone la derogación o modificación de las normas que organizan las relaciones laborales, los contratos entre privados, el acceso a la vivienda y a la salud, los derechos del consumidor y los medios de comunicación. Según anticipan, podría publicarse entre el viernes y los primeros días de la semana que viene.
Aunque la letra chica se seguía trabajando por la noche del jueves, los puntos salientes de esta iniciativa se discutieron en la reunión de gabinete que se llevó a cabo a la mañana, encabezada por el presidente Javier Milei. Allí, al igual que en las jornadas anteriores, la voz cantante la llevó Federico Sturzenegger, que a pesar de no contar con un cargo ni vínculo formal con el Gobierno daba órdenes a los ministros como si se tratara de un jefe de Gabinete sin despacho, según describieron, ante la consulta de El Destape, dos de los funcionarios presentes. El economista, responsable de las crisis económicas de 2001 y 2018, es el principal impulsor de esta ambiciosa reforma.
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De acuerdo a un borrador, entre las normas que van a ser eliminadas o fuertemente mutiladas por el DNU figuran la ley de empleo público, la ley de servicios de comunicación audiovisual, la ley de alquileres, el régimen de obras sociales, la ley de defensa de la competencia, la ley de góndolas y la ley de abastecimiento. También se facilita la privatización de empresas públicas. Otros puntos aún están en discusión, porque se evalúa la viabilidad de incluirlos en el decreto o la necesidad de que pasen por el Congreso. Entre ellos, cambios en la fórmula jubilatoria y una reforma laboral que incluirá, entre otras cláusulas, la eliminación de las indemnizaciones por despido.
La inminente publicación del decreto es el motivo por el cual se decidió acelerar el lanzamiento del protocolo antiprotestas que el jueves por la tarde presentó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, otra funcionaria que, como Sturzenegger, fue protagonista de dos crisis y recibió de Milei una tercera oportunidad. En el Gobierno descuentan que habrá protestas contra la reforma y están dispuestos a utilizar toda la fuerza que resulte necesaria para imponerla. De todas formas, en la Casa Rosada creen que la legitimidad que aún da la reciente elección, el apoyo de los medios de comunicación y la cercanía con el período de fiestas y vacaciones van a atemperar la reacción social a las nuevas medidas.
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