Con la calle en ebullición, Pettovello sigue su duelo contra las organizaciones sociales

Tras una semana de rumores de renuncias y peleas, la ministra de Capital Humano continuó con su avanzada contra los movimientos sociales, mientra busca vías para reemplazarlos.

24 de febrero, 2024 | 10.28

"Yo voy a atender una por una a la gente que tiene hambre, no a los referentes", les gritó a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, a principios de mes a un grupo de manifestantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) que reclamaba asistencia alimentaria en la puerta de la sede ministerial, en una de las tantas largas filas para pedir comida.

La escena muestra cómo la necesidad, que creció exponencialmente por acción de la motosierra al Estado y la desregulación de la economía aplicada por el presidente Javier Milei, comienza a ponerle presión a la cartera que debe paliar el impacto del ajuste y frenar cualquier posible estallido. Pese a esas turbulencias, y las provenientes del seno del Gobierno, la ministra busca restarle poder a las organizaciones sociales, a las que ve como adversarias.

Versiones de disputas jaquearon a Pettovello esta semana, tanto con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, como con el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo; en este último caso incluían supuestos episodios de llanto y amenazas de renuncias. Todas las discrepancias fueron desmentidas por los respectivos entornos de los tres involucrados.

Fuentes por fuera del Ejecutivo afirman en off the record que "la relación es buena" entre Pettovello y el ex funcionario macrista que trajo al Fondo Monetario Internacional en 2018, mientras que con el ex Corporación América las versiones varían entre un vínculo "frío" o "embrollado desde antes de la asunción del gobierno".

En la previa a esto, la Ministra estuvo a principios de mes a cargo de la firma de convenios con Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (ACIERA) para la asistencia alimentaria y con Cáritas para la compra de alimentos.

A esto se le suma el anuncio de este viernes de que se duplicarán los fondos destinados a la tarjeta Alimentar y que el 4,2% del presupuesto destinado a la compra de alimentos secos, que era administrado por las organizaciones sociales, será "destinado directamente a los comedores que, a su vez, deberán rendir cuenta de la comida que compran".

Según acotaron desde Capital Humano, de ese 4,2%, "el 50% se encuentra en proceso licitatorio, mientras que para el otro 50% se están reasignando los fondos a los otros programas alimentarios que tienen mayor alcance". En total, la cartera de Pettovello tendrá para 2024 un gasto alimentario de "un billón setecientos setenta y siete mil millones".

"Las organizaciones sociales van a seguir recibiendo ayuda, en tanto y en cuanto presenten los papeles y esté todo en orden", aclararon a El Destape desde el Ministerio. 

Como contraparte a la relegación de los movimientos sociales, crece la ayuda vía entidades religiosas. Fuentes de Desarrollo Social señalaron que "eso ya se hace, pero es solo una parte". Traducción: una cosa no reemplaza a la otra. Sin embargo, hay una tendencia de ver con mayor benevolencia a las iglesias que a las entidades, a las que ligan a espacios políticos opositores.

"Las iglesias evangélicas son más transparentes, no llevan gente a las marchas", opinó una voz de LLA que está al tanto de la labor del Ministerio de Capital Humano. "Estamos haciendo un cambio de modelo. Hay nuevos instrumentos para transferir fondos. Después que la gente decida si quiere ir a una movilización o no", siguió.

Fuentes ligadas a las iglesias evangélicas señalaron a este medio que ACIERA "no golpeó ninguna puerta", sino que "el Ministerio los vino a buscar". En ese contexto, afirmaron que observaron una "creciente asistencia" a sus comedores. "Frente a este hecho, todo pastor está abierto a la interacción con las autoridades de turno de gobierno más allá de toda afiliación política", completaron.

Pese a que el de Pettovello, según Milei, es el único ministerio con la "billetera abierta", el Presidente y los suyos le declararon la guerra a los movimientos sociales desde antes de llegar a la Casa Rosada. La hostilidad va desde el protocolo antipiquete de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hasta la línea para denunciar supuestas extorsiones para ir a movilizaciones. Como contraparte, como se señaló en este portal, continúa la coordinación para plasmar en las calles sus reclamos contra los efectos de los 75 días de motosierra.

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