El Ministerio de Capital Humano recortó un 14% el presupuesto en “políticas alimentarias” en el primer cuatrimestre de 2024, comparado con la gestión de Desarrollo Social durante el mismo período del año pasado. Esta reducción se produce en medio del escándalo por los 5 millones de alimentos sin distribuir por parte de la cartera a cargo de Sandra Pettovello, que resultó en la renuncia del secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre. Además, la parálisis en la distribución de alimentos también refleja un ajuste del Estado en los programas de políticas alimentarias.
Según el informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), el Gobierno ejecutó $542.593 millones en políticas alimentarias durante el primer cuatrimestre del año 2024 (los datos de mayo aún no están consolidados). En contraste, entre enero y abril de 2023, el entonces Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Victoria Tolosa Paz, había transferido en concepto de políticas alimentarias unos $169.412 millones. Aunque nominalmente se destinó más dinero en 2024, el poder de compra de ese dinero es menor debido al impacto de la inflación, lo que se conoce en términos económicos como “licuadora”. En términos reales, esto representa una reducción del 14%.
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Un informe de La Nación reveló que en los datos disponibles en el sitio gubernamental Comprar, que publica las compras del Estado, Capital Humano no registra ningún proceso abierto entre enero y mayo. Sin embargo, se realizó una única adquisición de alimentos a través de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). En esta licitación, se adjudicaron 1.485.000 litros de aceite y 660.000 kilos de lentejas.
El concepto de “políticas alimentarias” abarca la asistencia a comedores y los programas específicos del Gobierno, como la Tarjeta Alimentar, cuyo aumento durante el año ha sido significativo. También incluye las compras de alimentos para asistencia social. Sin embargo, no engloba los planes asistenciales que no tienen un objetivo alimentario específico, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o las pensiones no contributivas, que el Gobierno busca fortalecer para reducir intermediaciones políticas.
En contraste, durante el mismo período en 2023, el entonces Ministerio de Desarrollo Social, dirigido por Victoria Tolosa Paz, realizó varias compras de alimentos. Estas incluyeron 600.000 kilos de hortalizas, 100.000 kilos de frutas y verduras, 19.000 kilos de leche en polvo, 54.000 kilos de yerba, 48.000 kilos de harina, 86.400 kilos de puré de tomate, 26.400 kilos de arroz, 484.704 litros de aceite y 151.875 litros de agua mineral sin gas. En términos cuantificables, la gestión de Pettovello compró aproximadamente un tercio menos de alimentos en kilos, como lentejas, hortalizas, frutas y arroz, pero adquirió casi 3,5 veces más aceite.
Sin embargo, el aspecto económico presenta una paradoja interesante. La licitación realizada a través de la OEI en beneficio del Ministerio de Capital Humano tuvo un costo de $3.651.940.179, mientras que las compras realizadas entre enero y mayo de 2023 ascendieron a $649.801.332,8. Esto significa que la compra de este año fue un 462% más cara que las adjudicaciones del año anterior. Llamativamente, la OEI había explicado que su proceso generaría ahorros en comparación con licitaciones anteriores.
El hecho de que el Gobierno haya involucrado a un tercero en la compra de alimentos, como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), genera interrogantes. Hasta ahora, no hubo una explicación oficial sobre por qué se eligió a la OEI para adquirir aceite y lentejas en lugar de gestionar directamente la compra. Además, las condiciones generales del convenio firmado entre la OEI y el Ministerio de Capital Humano indican, según el informe de La Nación, que el Comité de Evaluación de la OEI redactará un informe detallado sobre cada propuesta y recomendará la preadjudicación, que luego debe ser aprobada por el Órgano de Contratación (es decir, el ministerio). Esto sugiere que el Gobierno tuvo una participación limitada en la única licitación de compra de alimentos realizada por el área encargada de la contención social.
Funcionarios de Sandra Pettovello son investigados por un presunto desfalco millonario al Mercado Central
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, no sólo escondió 5 millones de kilos de comida que debían destinarse a cientos de comedores populares en todo el país sino que también ocultó entre sus filas a dos funcionarios - de su extrema confianza - sindicados por una auditoria interna del Mercado Central como posibles responsables de un desfalco millonario a través de la contratación de empresas y servicios fantasmas.
El Destape accedió a seis informes internos del mercado concentrador que apuntan contra Fernando Rafael Szereszevsky, actual titular de la Unidad Gabinete de Asesores de Capital Humano, y Javier Gustavo García Re, director General de Relaciones Institucionales de la misma cartera. Ambos fueron señalados como los organizadores de un presunto pasamanos de contratos y pagos millonarios realizados a través de una sociedad vinculada al Mercado Central.
MÁS INFO
Szereszevsky, la mano derecha y más cercana de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, no sólo habría pasado gastos de representación irregulares tras su paso por el Mercado Central, tal como publicó El Destape el sábado. De acuerdo a la Auditoría Interna establecida bajo Resolución CMC 539/21, los dos funcionarios que ahora revisten bajo el ala de Pettovello habrían participado de un esquema irregular de contrataciones entre mayo de 2020 y diciembre de 2021.
Szereszevsky ocupaba en 2020 el cargo de gerente (legajo 2274) de la empresa Central Servicios Sociedad del Estado (CSSE), una sociedad vinculada a la Corporación del Mercado Central encargada de proveer servicios. A su vez, García Re era el jefe del Departamento de Administración. El área de auditoría interna del mercado concentrador investigó más de 120 órdenes de pagos que llevan las firmas de ambos, actuales funcionarios de Capital Humano.