"Casta", "ensobrados", "fuerzas del cielo", referencias bíbllicas, ataques a adversarios políticos, a los gremios: el discurso del presidente Javier Milei para dar inicio a las sesiones ordinarias del Poder Legislativo transitaba por los mismos caminos que el resto de sus intervenciones públicas desde que llegó a la Casa Rosada, hasta que mencionó el llamado a un supuesto pacto de diez puntos, a firmarse en Córdoba el 25 de Mayo.
El pacto que vendió el presidente de la motosierra fue tomado con euforia por sus partidarios y espacios que quieren acercar posiciones con el oficialismo de La Libertad Avanza (LLA), mientras que desde el peronismo y otros espacios de la oposición fueron desde el rechazo a la cautela.
Comentaba un diputado con línea directa con el gabinete que hasta ayer no se sabía qué era lo que iba a decir el Presidente desde el novedoso atril, aunque se había promocionado como un "Milei auténtico". Los comunicadores afines vendieron el texto elaborado por el Jefe de Estado y su asesor Santiago Caputo como que iba a "sacudir a la sociedad".
Los supuestos logros o ataques a adversarios tenían para ser celebrados a una claque ubicada en los palcos. En las tribunas se pudo ver a Caputo, al subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem, el subsecretario de Integración Sociourbana, Sebastián Pareja, el legislador porteño Ramiro Marra, el diputado bonaerense Nahuel Sotelo, entre otros.
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El cancionero de la tribuna mileista incluyó el clásico "la casta tiene miedo", "Milei, querido, el pueblo está contigo" y el grito de "motosierra". En la transmisión televisiva se pudo ver que una alusión macabra del Presidente a los 30 mil desaparecidos de la última dictadura cívico militar fue aplaudida por los suyos en las gradas.
Milei llegó al Congreso con las avenidas que rodean al parlamento valladas y con el protocolo antipiquetes en vigencia. Aún así, en las inmediaciones se registraron cacerolazos de protestas contra las políticas de motosierra al Estado y desregulación económica.
Cuando se le consultó por qué el acuerdo que les vendió a los gobernadores iba a tener sede en Córdoba, respondió: "Porque creo que es el lugar fundacional en término de conocimiento en Argentina. Y en especial no se olviden de algo muy importante: que Conan es cordobés". Esto último, en referencia a su perro muerto en 2017.
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"Necesitamos un quincho grande en Córdoba", le dijo un diputado de Hacemos Coalición Federal a uno de la provincia mediterránea. La bancada que comanda Miguel Ángel Pichetto tiene gran influencia de gobernadores y fuerzas provinciales, que serán - al igual que en la ómnibus- definitorias en lo que pueda pasar con el pacto.
Después de semanas (o meses) de riñas, algunos de los gobernadores se hicieron presentes: desde los más cercanos, como el cordobés Martín Llaryora, hasta el archienemigo declarado por Milei, el bonaerense Axel Kicillof.
El anuncio del pacto con los mandatarios provinciales hizo asentir con la cabeza a Llaryora y aplaudir cuando Milei habló de rediscutir la Coparticipación.
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Afuera del recinto, el ex presidente Mauricio Macri le dio el aval al nuevo pacto propuesto por Milei. Antes de estos dichos, parte del PRO ya estaba expresando su apoyo. El jefe de la bancada Cristian Ritondo aplaudió en casi todas las intervenciones, como un oficialista más.
Damián Arabia, que responde a Bullrich, se jactó en sus redes sociales de quedar con las manos rojas de aplaudir. "Les propusieron dialogar y no aplaudieron. Raro", dijo otro diputado del partido amarillo en los pasillos.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, que una semana atrás había amenazado con cortar el suministro de petróleo y gas por fondos de Coparticipación retenidos, aceptó la convocatoria a Córdoba. El PRO no llega a ser parte del oficialismo, pero se prende en casi todas sus iniciativas.
Por su parte, las voces de la Unión Cívica Radical aceptaron el llamado al diálogo pero fueron cautos. Una voz del partido centenario percibió el acting de las tribunas y desconfió del "prepacto" con los gobernadores que propuso Milei antes de la cita de mayo.
Otro diputado boina blanca lo consideró lógico, ya que haya una discusión previa antes de firmar cualquier cosa. De todos modos, consideró que el líder de la motosierra debe explayarse primero sobre cómo, por ejemplo, con qué medidas se pretende lograr la baja del gasto público en un 25%.
El radicalismo sintió el golpe con la alusión de Milei a los bloques que no acompañaron la ley ómnibus. "Eso no fue así, hubo impericia del Ejecutivo", lanzo una voz de la bancada opositora.
El bloque de Unión por la Patria montó en cólera cuando Milei mencionó en su discurso a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En su alusión a distintos adversarios, Milei enumeró a figuras del peronismo y el sindicalismo. El diputado y gremialista Mario Manrique quiso hacer visible este malestar poniendo su banca de espaldas a donde estaba Milei dando su discurso.
El peronismo ve una trampa en la convocatoria de mayo. Una voz de la bancada de Unión por la Patria conjeturó que el cambio es "ley ómnibus por pacto fiscal", con el objetivo de que los mandatarios provinciales se sometan al Gobierno nacional. Consideraron el acuerdo como un anzuelo para "los que quieren ser oficialistas" y que tiene propuestas que ya estaban en el proyecto de ley que chocó en Diputados.
Desde la perspectiva peronista, la recepción del discurso de Milei fue fría y las reacciones fueron porque el texto apuntó al núcleo duro, que formaba parte de la claque de los palcos.
También, con la iniciativa para que los sindicatos tengan elecciones periódicas con el control de la Justicia electoral, se vio un parentesco lejano con la "ley Mucci" del gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín: el mismo que, con la caída de esa ley en el Congreso, comenzó la decadencia de su gobierno.