La interna de Juntos por el Cambio (JxC) a nivel nacional, con cruces entre dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) y del PRO, tiene su correlato en Entre Ríos. Si bien la sociedad no pareciera estar en peligro de romperse, la decisión de la UCR de presentar y apoyar candidatos propios viene afectando la salud de la coalición. En las últimas horas, el bloque del partido centenario en la Cámara de Diputados se partió en dos. De un lado quedaron cuatro dirigentes encolumnados detrás de la figura de Rogelio Frigerio; mientras que del otro dos legisladores que apoyan a Pedro Galimberti. La carrera hacia 2023 ya comenzó y el tablero empieza a definirse cada vez más.
Las relaciones dentro del bloque radical ya venían gastadas. La dura posición de Lucía Varisco -hija del fallecido exintendente condenado por narcotráfico Sergio Varisco- con sus pares del PRO tornaba insostenible el matrimonio con el partido liderado a nivel nacional -en la formalidad- por Patricia Bullrich y -en lo simbólico- por Mauricio Macri. El cruce con Ayelén Acosta -alfil político de la exministra de Seguridad en Diputados- oportunamente detallado por El Destape, hizo pensar que pronto habría novedades. Y las hubo. Este lunes, Sara Foletto, Uriel Brupbacher, Gracia Jaroslavsky y Eduardo Solari, dieron a conocer la conformación del bloque Unión Cívica Radical, dejando del otro lado a sus pares Varisco y Gustavo Cusinato. Éstos últimos dos, confesos militantes de la propuesta a la Gobernación que encabeza Galimberti, expresidente de la UCR entrerriana dispuesto a darle la pelea a Frigerio como lo hizo en 2021, con buenos resultados. El oriundo de Chajarí logró que su propuesta quedara segunda en la interna de las PASO, ubicando la figura del por entonces intendente de su localidad en la tercera colocación de la nómina liderada por el exministro del Interior. A la postre, con la victoria consumada, Galimberti obtendría una banca en el Congreso, junto a Frigerio y Marcela Ántola, exconcejal de Gualeguay enrolada en el espacio Evolución de Martín Lousteau.
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Así las cosas, los cuatros diputados que ahora saltaron el cerco hacia su nuevo espacio dieron a conocer un breve comunicado, casi políticamente correcto y de compromiso, donde resaltaron su decisión de "impulsar una oposición más clara que busque los consensos necesarios para llevar esperanza y certidumbre a la sociedad". De fondo, lo dicho: radicales con Frigerio vs radicales con Galimberti. Lo cual, a nivel nacional, significa radicales con Horacio Rodríguez Larreta vs radicales con Gerardo Morales. O al menos, a priori, es lo que se presume.
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Llama la atención lo de Solari, exsecretario de Sergio Varisco en Paraná y hombre de máxima confianza del exdirigente fallecido en 2021. Y sobre todo porque, luego de la muerte del expresidente municipal, se colocó en la sede capital de la UCR una placa que lo caracterizaba como “víctima del lawfare”. Una guerra judicial con tentáculos en la política que, en palabras de la propia hija, estuvo encabezada por Patricia Bullrich y Rogelio Frigerio. Sin embargo, el legislador dio el paso definitorio hacia el bando que mira a Frigerio como la opción más potable para reencontrar a un radical con el Poder Ejecutivo provincial, situación que no tiene lugar desde que Sergio Montiel dejara el cargo en 2003.
El detonante para partir el bloque habría sido, asimismo, el arribo de Morales a la provincia el último fin de semana. El jujeño, presidente de la UCR nacional y postulante a la Presidencia, estuvo en Paraná y Concordia, compartiendo actividades sólo con militantes enrolados en la campaña de Galimberti. El gobernador del norte fue tajante: sólo se mostrará con candidatos radicales. "Como presidente del partido, donde haya un candidato radical ahí estaré. Pedro es nuestro candidato a gobernador y ahí estoy para apoyarlo. Queremos un radicalismo que pueda poner un presidente de la Nación y poner tantos gobernadores como sea posible", señaló. Luego, advirtió que estará otra vez en Entre Ríos a fines de noviembre.
Lo sucedido movió el avispero dentro del centenario partido. Las palabras de Morales no cayeron muy bien en algunas tribus radicales que pretendían que, con el tiempo, se impusiera una definición unánime respecto del acompañamiento a Frigerio. Una de ellas es, claramente, Evolución. El antecedente es claro: Lousteau fue el encargado del trabajo sucio en la Cámara de Diputados de la Nación, donde rompió el bloque de radicales para que un sector se encolumne detrás de él y, por ende, de Larreta. Es sabido, además, que la relación del exministro de la 125 y Morales no es la mejor, pese a que públicamente se muestren juntos en actos del partido.
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Uno de esos eventos fue el multitudinario encuentro en Costa Salguero, que tuvo como excusa los 40 años de la elección de Alfonsín, pero cuyo propósito fue marcarle la cancha al PRO. Allí estuvo Galimberti, cerca de Morales, que sin embargo tuvo dos gestos que no cayeron del todo bien en el entorno del chajaríense: por un lado no nombró a Entre Ríos como una provincia con candidatos fuertes; y por el otro, aseguran, fue el encargado de invitarlo a Rogelio Frigerio, que fue hasta la actividad y lanzó un comunicado calificando al radicalismo como la "columna vertebral" de Juntos por el Cambio.
"Creímos conveniente mostrar una imagen de unidad y enviar un mensaje serio respecto de que no es momento de internas ni de peleas. Mucho menos con el escenario que está atravesando el país. Hubo una serie de hechos que, concatenados y puestos uno al lado del otro, nos llevaron a irnos. No significa que estemos peleados, que no nos hablemos o que no trabajemos más en conjunto. Sí que consideramos oportuno separarnos para sentar postura en relación a cuestiones puntuales que se vienen suscitando", señaló Gracia Jaroslavsky.
En contacto con el El Destape, la legisladora no dio cuenta de esos "motivos", pero tampoco esquivó el hecho de que los cuatro diputados que se fueron del bloque apoyan a Frigerio: "No fue la causa principal, pero está claro que compartimos que debemos apoyar la figura de Rogelio porque es el candidato más competitivo. Pero, de nuevo, nuestra idea es fortalecer Juntos por el Cambio, trabajar en unidad y encarar el año eleccionario con un espacio que no esté más ocupado en peleas de dirigentes que en los problemas de la gente". En esta última frase, el parentesco con el discurso del exministro es notable. Frigerio se ocupa, en cada ocasión que puede, en bajarle el tono al debate interno, a recalcar que no hay que cerrarle la puerta a nadie y que la realidad de los entrerrianos pasa por un plano diferente al de las discusiones pre-electorales puertas adentro de los partidos.