El panorama de Juntos (ex por el Cambio) está cada vez más complicado. A diez días del cierre de listas de cara a las elecciones 2021, arden las internas y los comentarios misóginos del diputado macrista Fernando Iglesias motivaron, en paralelo a la pelea UCR versus el resto, soltadas de mano y silencios. En medio del escándalo, intentan acomodarse en al menos un frente y el presidente del PRO bonaerense, Jorge Macri, tiene ganas de terminar con el entuerto que los enfrenta al partido centenario. Más allá de los chispazos interalianza, pronostican buenas elecciones en la provincia y en la Ciudad, con la intención de llegar al 35% en Buenos Aires y a un piso del 50% en la CABA.
El escándalo Iglesias no implicará, al menos no están los ánimos para hacerlo en este momento, una baja en su precandidatura a diputado nacional y su expulsión de la Cámara Baja requerirá dos tercios de los votos, un número muy alto para concretarse. La inclusión del tuitero fue un pedido del ala dura del PRO y, pese a ser cuarto en la boleta, es el segundo representante del espacio en la nómina después de María Eugenia Vidal.
El otro frente es el de la disputa entre la Coalición Cívica, con Elisa Carrió a la cabeza, y el radicalismo, con el gobernador de Jujuy Gerardo Morales como vocero. El objeto de la discusión es Facundo Manes, el candidato de la UCR en el distrito bonaerense. La ex diputada salió en redes sociales con un enigmático mensaje dirigido a su contrincante: "Todo está en paz. Primero me retan, después me van a agradecer. Un beso. Lilita", acompañado por las fotos de un corazón y una cartera signo fundacional de Cambiemos.
La anécdota cuenta que en una reunión del extinto UNEN, Fernando Pino Solanas vetó la posibilidad de ampliar la alianza hacia la derecha, algo con lo que Carrió no coincidió. La dirigenta agarró la carterita de la foto, se levantó, se fue, rompió el espacio y comenzó a tener reuniones con quienes serían los cofundadores cambiemitas: Ernesto Sanz y Mauricio Macri.
En medio de esos ruidos internos, Jorge Macri, como titular del PRO bonaerense, tiene la intención de reunir en una misma mesa a Manes, al postulante del larretismo, Diego Santilli, y al presidente del partido centenario en la provincia, Maximiliano Abad. "No me gusta este momento de Juntos. La gente nos ve peleando en términos personales" y "me preocupa que la PASO nos divida, porque no siempre estas disputas internas se resuelven bien", dijo el intendente de Vicente López en una entrevista con La Red pero aclaró que "después de las PASO, Facundo Manes y Diego Santilli van a ir juntos en la misma boleta". El espacio fundado por Mauricio Macri, de todos modos, tiene la intención de no meterse en una disputa que, entienden, beneficiará más al Frente de Todos.
El rol de Macri será central en la campaña de Santilli. Este miércoles comenzará su recorrido por el conurbano, puntualmente en San Martín, y la semana que viene acelerará el ritmo con visitas a al menos ocho localidades. Tiene pensado mostrarse por varias decenas de alcaldías de acá a las elecciones bajo el sello de ser el hombre fuerte de la primera sección electoral. Su acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta lo dejará, a nivel provincial, con un rol similar al de Patricia Bullrich a escala nacional: como presidente del partido, gracias a su apellido y contactos, tiene más llegada que Santilli en el interior.
A diferencia de la estrategia oficialista, que sectorizará el contenido de la campaña según la sección electoral (por ejemplo, en el interior agrario harán foco en la productividad y en la zona costera se centrarán en el turismo, con la gestión como base), Juntos nacionalizará los temas a debatir. Entienden que los comicios serán un plebiscito de la gestión de Alberto Fernández y que a la ciudadanía no le interesa, en este momento, que le digan cómo arreglarán un bache sino cómo evolucionará la educación presencial o la economía.
Con ese panorama, en la provincia esperan concentrar el voto opositor en la interna cambiemita primero y en la elección general después. El voto histórico contrario al peronismo gira en torno a los 35 o 36 puntos y aspirarán a conseguir eso con una PASO que tendrá un ganador claro pero no avasallante. A esta altura, se estima que el candidato victorioso podría aspirar al 20% de los sufragios contra un 15% del perdedor. Bajo la primera etiqueta posicionan el nombre de Santilli.
Según entienden desde el armado de su campaña, una mesa comandada por Néstor Grindetti con la presencia de intendentes de todas las secciones, el ex porteño tiene más imagen positiva que negativa e incrementará esa distancia cuando, campaña mediante, logre un mayor nivel de conocimiento. Algo en lo que también deberá trabajar Manes.
En la Ciudad, en tanto, Juntos por el Cambio espera que María Eugenia Vidal gane la interna que la enfrentará a otras dos listas. La ex gobernadora, según sus cálculos, podría llegar al 38 o 39% en la PASO mientras que Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein dividirían los otros puntos restantes para llegar al número mágico del 40% el 12 de septiembre. Para las generales esperan, todos juntos, arrancar con un piso del 50%.