Después de amenazar con condicionar el voto de Juntos por el Cambio en el Senado como respuesta a la suba de retenciones, la mesa nacional opositora no se reunió. Por problemas internos, el único encuentro previo a la sesión que buscará sancionar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional será el del interbloque en la Cámara Alta. Los chispazos con el Gobierno nacional de las últimas horas no lograron, pese a las intenciones de los sectores más duros, modificar el panorama y el pacto con el organismo de crédito se aprobaría sin inconvenientes. “Son dos cosas separadas”, aclararon desde el PRO nacional a El Destape para marcar la línea a seguir.
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El interbloque de Juntos por el Cambio conducido por Alfredo Cornejo se reunirá este miércoles a las 11:30 de manera presencial, ya con todos los legisladores en la Ciudad de Buenos Aires y sin plenarios de comisión pendientes, dado que el dictamen ya fue aprobado y por amplia mayoría. El cónclave mostrará en un mismo lugar a los dos bloques opositores en la Cámara Alta, el PRO y la UCR.
Desde esas filas confiaron a El Destape que la molestia por las retenciones no implicó un cambio de estrategia para la sesión que se realizará el jueves a las 14. Al igual que en Diputados, los senadores acompañarán el pacto con el Fondo, tanto con su voto positivo como con la habilitación del debate ya que aportarán los dos tercios necesarios para un tratamiento sobre tablas.
En la Cámara Baja, el mensaje fue el mismo pero hubo algunos díscolos que optaron por no seguir la línea bajada desde la mesa nacional y desde el interbloque, la de votar favorablemente. Hubo una mano en contra, la de Ricardo López Murphy, y cuatro ausencias, las de Fernando Iglesias, Martín Maquieyra, Francisco Sánchez y Héctor Stefani. En base a esa experiencia, los imprevistos siempre quedarán como una posibilidad a tener en cuenta aunque, en principio, se dijo que no habrá faltazos ni pulgares hacia abajo. En caso de suceder así, aportarían 33 voluntades positivas sobre 72.
Eso se terminará de confirmar a media mañana del miércoles. Así, los senadores se encontrarán después de la fallida convocatoria de la mesa nacional que, por problemas de horarios y un viaje de Gerardo Morales a Dubai, no pudo coordinar una sala virtual para poner a consideración su defensa del sector exportador. La dirigencia llamó a un mitin de urgencia luego de que los halcones y palomas PRO no pudieran zanjar sus diferencias. Los primeros optaron por romper todo acuerdo con el oficialismo o, al menos, ponerlo en duda. Los segundos consideraron que retenciones y FMI son temas separados y no se puede condicionar la elusión del default.
Sin embargo, la reunión no se hizo. Pautada para el lunes a las 18:30, se postergó al martes por cuestiones de coordinación, pero jamás se concretó. Con Morales de gira por Dubai, parte de una delegación de los gobernadores del Norte en misión comercial, no pudieron garantizar la presencia de todos los dirigentes y quedó suspendida, sin fecha definida en el futuro cercano. En las últimas horas se especuló con una cancelación producto de la desmentida oficial respecto una posible suba de retenciones a los granos, pero fuentes de la alianza negaron la versión y adjudicaron los idas y vueltas a cuestiones de agenda.
Las últimas reuniones de la mesa nacional no fueron para nada pacíficas y el pacto con el FMI calentó los ánimos. Apenas se conoció el principio de entendimiento, JxC marcó dos posturas claras, la de facilitar y la de obstruir. Ganó la primera pero con el condimento de la negociación, causa de la intransigencia del sector más combativo y la debilidad del oficialismo producto de sus divisiones.
Hubo varios encuentros en el último tiempo. En uno de ellos, Gerardo Morales y Patricia Bullrich se cruzaron por la conducción de la alianza. Ambos hablaron en nombre de toda la coalición, uno para marcar responsabilidad y la otra para pedir el alineamiento oficialista o la derogación de la ley que obliga a que la deuda pase por el Congreso. También hubo chispazos entre Mauricio Macri y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, por el mismo motivo. De un lado, más combativo y, del otro, proclive a la negociación.
De esos intercambios calientes salió una conclusión que buscó ordenar el funcionamiento interno. Se acordó no hablar por la alianza, a menos que sea mediante un comunicado oficial consultado y armado con todas las partes. En caso contrario, cualquier dicho pasó a ser sólo a título personal. De este modo, no se ahogaron las distintas voces pero se acordonaron las molestias.
En el último encuentro, hace dos fines de semana, la calma todavía no reinaba. Macri se levantó y abandonó la reunión virtual poco después de comenzar. A los días, negociaciones mediante entre diputados opositores y oficialistas, llegó la paz. Con la supresión de los anexos con las medidas económicas y la total ausencia de la responsabilidad de Mauricio, se lanzó una comunicación oficial en la que buscaron mostrar unidad y “responsabilidad”. Eso, por un momento, corrió cierto peligro tras el rumor de las retenciones. Finalmente, no.