Lejos de avanzar en un plan de pacificación dentro de su feroz interna, Juntos por el Cambio volvió a entregar un capítulo de el radicalismo versus el resto. Después de reunirse temprano a la mañana, la mesa nacional de la alianza marcó un objetivo claro, eje central para intentar ordenar la tropa: "El adversario es el otro", pero no alcanzó. Casi al instante, referentes de la UCR lanzaron una serie de tuits que sirvieron para marcar la cancha adentro y afuera del partido. Algo así como "nosotros entendemos que la unidad es clave, pero otros no". Un mensaje amplio para los aliados pero también para una figura propia, el gobernador de Jujuy Gerardo Morales.
"Desde la @UCRNacional estamos convencidos que el adversario en estas elecciones es el oficialismo. La unidad de @juntoscambioar ofrece una alternativa a un modelo que destruyó la economía, la educación y no supo manejar la pandemia", tuitearon el presidente de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, el diputado y precandidato a senador por Córdoba, Mario Negri, y el jefe del interbloque en la Cámara Alta, Luis Naidenoff. Los tres coincidieron en un mensaje que fue dirigido hacia la alianza y la tropa radical.
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Dos lecturas. Por un lado, la intención de señalar que la UCR comprende el valor de la unidad y otros - en referencia a Elisa Carrió - no lo hacen. Pero, por otro, la necesidad de soltarle la mano a un Gerardo Morales que llegó a amenazar con romper la alianza opositora. Una advertencia que rápidamente descartaron desde el partido centenario pero que sirvió para tensionar las filas cambiemitas.
Si Carrió y Morales pusieran la disputa en stand by, analizan, estarían más ordenados. Tanto el referente del radicalismo como la dirigenta de la Coalición Cívica deberían, para eso, bajar las revoluciones y mantener el silencio público, como el PRO que decidió no meterse pese a que el gobernador jujeño le pegó directamente a Horacio Rodríguez Larreta, a quien considera el autor intelectual de los ataques contra Facundo Manes, el candidato de la fuerza centenaria para la provincia de Buenos Aires.
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Antes del mensaje de las figuras nacionales radicales, Morales aseguró que Larreta borró de un plumazo a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich, disconforme con eso, y Carrió amenazó con denunciar a Manes por daños morales. La acusación no se presentó y podría ser simplemente un alimento para la tribuna. A fin de cuentas, el debate es por poder: ambos querían una lista de unidad encabezada por su candidato, para la UCR tenía que ser el neurocientífico y para el PRO-CC, Diego Santilli.
La aparición mediática de Morales no es casual. En diciembre se elegirá un nuevo presidente del Comité Nacional de la UCR y Alfredo Cornejo no podrá reelegir por lo que necesariamente surgirán nuevas figuras. Hasta el momento, los anotados para disputar el espacio son el gobernador de Jujuy y Martín Lousteau, que negoció la inclusión del economista liberal Martín Tetaz como segundo en la lista de María Eugenia Vidal.
Manes, que hasta ahora se había alejado de la confrontación, limitado a despegarse de las gestiones de Mauricio Macri y Vidal, también levantó la cabeza. Con la educación y la juventud como columna vertebral de la campaña, contó en sus redes sociales: "Una vez me dijeron que, como alumno de nuestra pequeña escuela pública en Salto, nunca llegaría a la Universidad. Pero, con la ayuda de todos, pude dar el paso. ¿Y a vos? ¿Cuántas veces te dijeron que nunca llegarías?". Una respuesta y contraste con el "nadie que nace en la pobreza en Argentina hoy llega a la universidad", autoría de la ex gobernadora.
El código de convivencia de Juntos por el Cambio
En un encuentro matutino del que participaron Larreta, los diputados nacionales Mario Negri; Juan Manuel López; Alfredo Cornejo; Maximiliano Ferraro; los senadores nacionales Luis Naidenoff y Humberto Schiavoni; la precandidata a diputada nacional María Eugenia Vidal; la presidente del PRO Patricia Bullrich, la diputada provincial Maricel Erchecoin y el auditor Miguel Ángel Pichetto, acordaron cierto manto de piedad en la campaña de cara a las internas del 12 de septiembre.
Resolvieron hacer todos los esfuerzos por consolidar la unidad en la diversidad y lograron el compromiso poder cumplir reglas de convivencia básicas. Lo que fracasó fue el decálogo de buenas prácticas propuesto por Bullrich. Fue Morales quien calificó la iniciativa como propia de un "jardín de infantes" y fue la UCR quien bajó la hoja de ruta. Consideraron que se podría transformar en una suerte de VAR de Juntos por el Cambio con toda la sociedad controlando la convivencia opositora. Más un problema que una solución.
En la reunión también profundizaron los ejes de campaña que girarán en torno al rechazo de la modificación del Ministerio Público Fiscal y la de Reforma de la Justicia, el avance de la campaña de vacunación, la reactivación económica, la educación, la seguridad (caballito de batalla opositor durante toda la pandemia) y la política internacional centrada sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua.