La controversia por las reglas de uso de la Hidrovía Paraguay-Paraná no para de crecer en la región. Luego que los Gobiernos de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay pidieran al Gobierno argentino que suspenda el cobro del peaje en la parte de su territorio, el embajador argentino en Asunción, Domingo Peppo, acusó al Ejecutivo paraguayo de Santiago Peña de "embarrar" la discusión y dificultar la búsqueda de "una salida diplomática".
"El conflicto va escalando y no por voluntad argentina, sino por Paraguay. Veníamos trabajando con lo del peaje, pero Paraguay tomó medidas unilaterales, que nada tienen que ver con lo que se venía trabajando", advirtió en una entrevista con el medio argentino Radio Dos el diplomático. El embajador no se refirió al comunicado regional publicado el domingo a la noche -"No tenemos instrucciones de Cancillería" sobre ese texto, aclaró-, sino que habló sobre la reacción del Gobierno paraguayo ante la retención de una barcaza de esa nacionalidad que se negó a pagar el peaje en territorio argentino. "Ellos querían pagar algo como fianza y no de peaje, eso cambió el trámite, y la cosa se embarró", aseguró.
El diplomático adelantó que esta semana habrá novedades de la parte argentina. "Estamos esperando la presencia de la secretaria de Energía Flavia Royón para ver el tema de Yacyretá, porque lo que hicieron fue una decisión unilateral", sostuvo y agregó a modo de defensa de la posición nacional: "El tratado dice que los países no pueden cobrar impuesto sobre el río, pero sí tasas retributivas por el servicio que se preste sobre el mismo, y Argentina vuelca cerca de 25 millones a la hidrovía, es justo que pague quien más lo utiliza y eso son los paraguayos".
"Nuestra voluntad es resolver el problema, plantear una situación de costos, ellos van por otro camino, pero esperemos que esto se encamine", afirmó y continuó: "Quieren ir al litigio directo sin pasar por las conversaciones previas que se deben dar". También contó que "hay distintos niveles de negociación sobre el tema", pero sostuvo que "esto no ayuda a la búsqueda de una salida diplomática".
"El gobierno paraguayo se está pasando de la raya. Hay que ver cómo se resuelve el tema, espero que podamos mantener una buena relación como siempre", concluyó, en medio de rumores de que Asunción tome represalias en la represa hidroeléctrica que comparten ambos países, Yaciretá.
El comunicado de los países vecinos, difundido por Paraguay
"Lo Gobiernos de Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay lamentan las medidas impuestas por la República Argentina que restringen la navegación en la Hidrovía Paraguay-Paraná a partir de la aplicación de un peaje unilateral y arbitrariamente establecido al margen del Acuerdo de Santa Cruz de la Sierra y otras disposiciones reglamentarias internacionales vigentes", sostiene el texto consensuado por los países vecinos, quienes además, expresaron su "especial preocupación por tratarse de una restricción a la libertad de tránsito de bienes estratégicos y sensibles para un país signatario que tiene comprometido el abastecimiento de combustible y que puede afectar el precio de dicho insumo, lo que representa una afectación grave que exacerba la vulnerabilidad de dicho Estado por su condición de país sin litoral".
La propuesta concreta de los cuatro países que junto con Argentina componen el recorrido de la hidrovía es que el Gobierno de Alberto Fernández suspenda el cobro del peaje en su tramo, "adopte las medidas necesarias para garantizar la libertad de navegación y tránsito, y se abstenga de aplicar otras medidas restrictivas a la navegación hasta tanto se resuelva la controversia en el ámbito intergubernamental de la Hidrovía."
La importancia nacional y regional de la hidrovía
La hidrovía, cuya administración tanto se discutió en los últimos tiempos en Argentina, tiene más de 3.400 kilómetros de largo, comienza en Puerto Cáceres en Mato Grosso do Sul, en Brasil, recorre a lo largo de la frontera sureste de Paraguay hasta el suroeste, luego ingresa a Argentina a la altura de Corrientes, desciende hasta la desembocadura del Río de la Plata y termina en el puerto de Nueva Palmira, en Uruguay. Por allí pasan el 80% de las exportaciones del agro de Argentina y el 90% de las importaciones.
Es una vía de transporte clave para la economía argentina. No solo se convirtió en la vía de salida más utilizada para las exportaciones oleaginosas, entre ellas la soja, sino que además es la más rápida. A principio de este año, el Ministerio de Transporte estableció que todas las embarcaciones comerciales que transiten en el tramo exclusivamente argentino deben pagar un peaje fluvial. Esto desató una lluvia de quejas en Paraguay y empresas navieras ya presentaron recursos de amparo en la Justicia argentina.