El canciller Santiago Cafiero, luego de hablar con el presidente Alberto Fernández, dio la instrucción de que Argentina vote a favor de la resolución que prevé la suspensión a Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por las acusaciones de crímenes de guerra en la invasión a Ucrania. Argentina preside este Consejo a través del diplomático Federico Villegas y considera esta posición coherente con su defensa de los derechos humanos.
La información fue confirmada por fuentes oficiales a El Destape. Es por los crímenes de guerra cometidos por Vladimir Putin dados a conocer en las últimas horas en las afuera de Kiev, capital de Ucrania. Dicha votación se llevará a cabo en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, mañana a la mañana. Se necesitan dos tercios de los votos. Las bancas las ocupan 293 miembros. Ninguno tiene poder de voto. El último Estado miembro suspendido fue Libia de manera unánime en 2011. En contra se prevé que voten Rusia, Nicaragua, Velezuela y Cuba. China se abstendría.
"Es un tema específico de Derechos Humanos", señalan desde el Gobierno destacando que no es un cambio de postura del Gobierno en relación al conflicto y que condice con la defensa histórica del país en la materia. La suspensión podrá ser revertida en el futuro de finalizar la situación bélica actual.
La tensión generada por las denuncias e imágenes de una masacre de civiles cometida en una pequeña localidad en las afuera de la capital ucraniana, Bucha, no parece haber alcanzado su pico aún. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, participó por primera vez desde que empezó la invasión rusa de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y pidió que se expulse a Moscú -un miembro permanente con poder de veto- del mayor órgano decisor de las Naciones Unidas. En paralelo, la Unión Europea propuso a sus miembros aumentar significativamente las sanciones contra Rusia e imponer un embargo sobre sus exportaciones de petróleo y carbón. A ambos pedidos, el mandatario Vladimir Putin respondió con nuevas acusaciones, condenas y amenazas. Por un lado, condenó la presión europea sobre sus empresas, tras la toma de su filial en Alemania; mientras que por otro lado, volvió a rechazar cualquier responsabilidad en la masacre y advirtió que podría tomar represalias sobre "países hostiles", por ejemplo, con sus exportaciones de alimentos.
En paralelo, la ONU volvió a pedir este martes una investigación independiente para saber qué pasó en Bucha. "Todas las señales apuntan hacia el hecho de que las víctimas fueron un objetivo deliberado y asesinadas directamente. Y estas pruebas son muy preocupantes", dijo Elizabeth Throssell, en una conferencia de prensa en Ginebra y recordó que el derecho humanitario internacional prohíbe atacar deliberadamente a civiles, según recogió Télam. "Se tiene que investigar, pero aunque podemos entender que un edificio, por ejemplo, sea bombardeado en un contexto militar, es difícil de imaginar cuál sería el contexto militar de un individuo tendido en el suelo con una bala en la cabeza o de tener su cuerpo quemado", insistió.
Mientras autoridades ucranianas anunciaron que está reuniendo evidencia para presentarla frente a la Corte Penal Internacional en La Haya, el vocero del gobierno ruso, Dmitri Peskov, puso en duda este martes si será posible investigar de manera imparcial lo que sucedió en Bucha: "Hay que pensar en qué medida es posible ahora una investigación verdaderamente imparcial", dijo Peskov, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik. Rusia, agregó, llama una vez más a los líderes de los países occidentales y al Consejo de Seguridad de la ONU a "hacer abstracción de las emociones" y "comparar los hechos para entender de qué tipo de falsificación monstruosa se está hablando".
El papa Francisco denunció hoy las "nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha", de la guerra en Ucrania, al referirse a los asesinatos de civiles por los que las autoridades del país europeo responsabilizan al Ejército ruso.
"Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, más que traer alivio y esperanza muestran en cambio nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha", denunció el pontífice durante la Audiencia General de los miércoles en el Vaticano, aunque sin acusar directamente a Rusia.
Para el Papa, el acto de guerra deplorado por organismos internacionales y Gobiernos de todo el mundo muestra "crueldades cada vez más horrendas, cometidas contra civiles, mujeres y niños indefensos".